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Tsurugi se había alejado un poco de aquella escena que le hizo pasar vergüenza, no sabía que estaba pasando por la cabeza de Tenma, pero prefería hablarlo con la cabeza fría y no en ese estado.

—Tsurugi... 

—Dormiré fuera.

—Perdóname Yo... No quise... –le tomó de la muñeca, pero no hizo el intento de acercarlo, no sabiendo de que Tsurugi estaba molesto, y un abrazo solo lo arruinaría más —Discúlpame

Kyousuke chasqueo la lengua.

 Las cosas habían cambiado gradualmente con Tenma desde que se fueron a vivir juntos terminando la carrera, el cual estaba más posesivo, celoso y muy extraño, cuestionando siempre lo que hace y con quien esta desde que se graduaron, algo que no le agradaba dado que Matsukaze no era así.

—Kyousuke... En verdad lo siento –se puso delante de este —¿Y si vemos una película de terror? De las que te gustan... 

Tsurugi negó.

Aquello estaba siendo ya insoportable.



—¿Qué fue esta vez? –cuestiono Yukimura, el cual vivía no muy lejos de ellos, y quien trabajaba en la misma escuela con Tsurugi.

Yukimura como el resto habían cambiado, aunque no demasiado, se mostraba más expresivo y comprensivo. No era mucho lo que sabía de que sucedía en la vida de Tsurugi, o de alguien más de sus amigos, pero reconocía cuando algo no estaba bien.

Kyousuke no respondió, aquel sitió tenía una habitación adicional además de la principal con todo lo necesario, cuarto de lavado, cocina, sala/comedor, terraza y los servicios, aunque claro el suelo que tienen no era aun demasiado, sus servicios como masajista le daban un dinero extra.

—¿Tan mal estuvo? –siguió mientras revisaba las tareas de sus alumnos.

Tsurugi no tuvo más remedio que responder —golpeo a una persona, solo por preguntarme por una dirección –recordarlo le hacía enojar —no puedo con esto.

—Te dije que cuando quieras puedes mudarte aquí conmigo –bebió del chocolate caliente para acomodarse los lentes —el que sea tu novio, no significa que deba de actuar como un animal.

—Los animales incluso son más humanos –respondió sacando una botella de jugo del refri —no somos niños, tenemos una vida, un trabajo. ¿Qué mierda paso? –se cuestiono para beber un buen trago.

—Bueno... Si no lo hablan, no lo sabrán.

—Tiene tiempo para invitarme a salir y arruinar al mismo tiempo la cita, pero no puede darse el lujo de detenerse un momento a hablar.

—Oh claro, siendo el entrenador de un equipo representativo ¿Cómo podría? –rodo los ojos a lo que Tsurugi los puso en blanco y tomo lugar en uno de los sofás individuales —si no quiere hablar, entonces que no hable, pero que te deje en paz si lo dejas.

Tsurugi se tenso con ello, algo que notó Yuki y alzo la ceja —¿piensas seguir con él?

Medito por un momento. Ya iban para cinco años estando juntos, la relación empezó de manera suave, hermosa y ahora no era más que problemas, discusiones y lamentos después de ello, tenía que parar con ello, lo sabía, pero también debía buscar una manera de solucionarlo ¿No es lo que hacen las parejas que se aman?


Amor.


—¿Kyou? –le miro extrañado Yuki —Oye...

Tsurugi le miro confundido ¿Por qué pensó en Hakuryuu?



La fina lluvia caía por todo Londres haciendo correr a las masas de gente a resguardarse en algún sitió antes de proseguir hacía su destino, entre ellos un albino de cabellera más larga en una coleta baja y mechas rubias.

—Por más fina que sea la lluvia, de igual modo empapa más que si fuera un torrencial –escucho a su costado izquierdo, viendo a un hombre de cabello castaño y bonitos ojos azules quien le sonrió —no eres de por aquí ¿Cierto?

—Tengo un par de meses... –hablar con un extraño no era algo que hiciera de manera usual, no desde que hablo con Víctor.

—¿Eres Coreano? –tanteo el castaño —¿Tailandés?

—Japonés –respondió Hakuryuu mirándole mejor —no pareces ingles... 

Fidio rio leve —no lo soy. ¿Adivina de donde soy?

Haku alzo las cejas y medito un poco, el acento le era familiar de algún lado —¿Suizo? 

Negó con una sonrisa juguetona —es un lugar donde se come pasta.

—Italiano –aquello ensancho la sonrisa del otro.

—Soy Fidio, Fidio Aldena, pero puedes decirme Fide, por Fi de Fidio y De de Aldena. Fide –le extendió la mano —¿Qué te trae a Londres?

Estrecho la mano ajena —Hakuryuu Terumi... Ah... –¿Debía de decirle su nombre de pila? —me dicen Haku...

—Haku... ¿Tiene un significado? Sus nombres suelen significar algo, siempre.

Salvado por la campana, su celular sonó, por lo cual Aldena entendió y el dio espacio para que atendiera a la llamada, la cual era de la academia a la cual había metido papeles para ser docente de lengua extranjera.



"Debe de ser una broma..." pensó cuando vio al otro chico delante de él junto a la mujer con la cual había hablado el día de ayer, justo cuando quería librarse de Fidio.

—Fidio Aldena es maestro en traducción desde hace siete años, es un docente excepcional y será su guía por la academia, no dude en preguntar cualquier duda que tenga, el señor Aldena conoce este sitió de maravilla –la mujer parecía estar hablando de la misma reina, con una devoción y cuidado.

—Es pequeño el mundo ¿No lo crees, Haku? –de nuevo, sus manos fueron estrechadas —algo me dice que nos llevaremos bien –le sonrió con calidez.



11/10/2023

Lazos paralelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora