Lazos paralelos

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Fidio estaba que echaba chispas ¿en dónde se había metido Hakuryuu?

Peor se puso cuando al llamar se anunció que el número estaba fuera de servicio. Pensó en llamar a los parientes de este, a Nagumo y Suzuno cuando la puerta se abrió dejando ver al albino un tanto desganado y con ojeras pese a haber dormido, dejo las llaves en la mesa de entrada y soltó un largo bostezo.

Fidio es alguien paciente, demasiado. Una persona considerada, tranquila y tolerante, tanto que algunas personas lo consideran alguien sin enojo ni rabia.

—¿Dónde estabas? Te fuiste del restaurante sin decir a donde, no respondiste las llamadas ni mensajes –alterado era poco, más al ver el estado del otro —¿Paso algo? –el enojo estaba pasando a preocupación.

No podía durar mucho tiempo molesto, menos con aquel del cual se estaba enamorando.

—Encontré a Tsurugi –respondió bostezando de nuevo, solo quiere darse un baño caliente, dormir y regresar con Tsurugi.

—¿Y es motivo para que apagues el celular? –regaño.

—Fidio, maneje por mucho tiempo, ida y vuelta, lo que menos quiero es un interrogatorio –respondió pasando de él para ir al cuarto.

Aldena le miro hasta que Hakuryuu cerro la puerta de la habitación, al menos ya esta ahí, y como tal le dejaría descansar, y pediría comida a domicilio para poder hablar de lo que paso, de lo que estaba pasando, y también de sus sentimientos.

Lo que Aoi pensó que seria fácil, resulto ser todo lo contrario, y de hecho termino más enojada y molesta de lo que estaba al ver al albino que fue su novio con aquel sensual y estúpido hombre que no dejaba de hablar sobre Hakuryuu, teniendo que fingir que ya era tarde y despedirlo en la puerta, la cual después de verlo marcharse azoto con rabia.

—¿Es que acaso siempre tiene que estar él para joderme las cosas? –hablaba para ella misma dejándose caer en el sillón, sus padres la seguían complaciendo en todo lo que desea, como aquel departamento con todo incluido, sus salidas y facturas.

Se removió con enojo en el lugar, escuchando las notificaciones llegar de sus redes, mensajes de hombres que darían o harían todo por tenerla, mujeres buscando sus consejos, cosas a las cuales no les daba del todo importancia.

—Ese estúpido de Hakuryuu –gruño fastidiada lanzando los cojines importando poco romper algo, la sirviente lo limpiaría —si te hubieras portado bien –musito para ella.

No puede negar que Hakuryuu fue la pareja con la cual se sentía en un mágico cuento, de no ser por ese tal Tsurugi que le hecho todo a perder, incluso con Tenma, él era el problema, y lo sigue siendo dentro de la ecuación.

Chillo en rabia y molesta, le desagrada mucho la gente de ese tipo, aquellos que "salieron del closet" y que solo trajeron desgracia a la sociedad, esas personas que causando problemas tras problema, esos que más que ayudar solo atrasan las cosas.

Si por ella fuera, los castraría y encerraría a todos en un solo lugar para que se mueran de hambre, aunque sabe que el solo pensarlo es una idea que no solo la llevaría a la cárcel, tendría de enemistad al mundo, aquel que la respeta por ser esa mujer sensual que tiene a sus pies a todo hombre que ella desea, eso al menos antes, ya que ahora no son más que seres que piensan con la cabeza de abajo, o les gusta alguien de su mismo sexo.

Como tal la mucama salió a limpiar el desastre, rodó los ojos y puso en pie para servirse un poco de licor cuando recibió una llamada de sus padres, lo cual la hizo enojar más y responder con enfado a su padre quien ya empezaba a disculparse.

Antes que un regaño, Yukimura lo abrazo estrechándolo en sus brazos juntos a Taiyou, el cual estaba llorando y diciendo cosas apenas entendibles por el llanto.

Le ayudaron a bañarse, lo cual no fue necesario, aunque debido a sus escapes ya no se fiaban del hombre que más bien parece un joven rebelde que huye de la vida, y aunque sus motivos tiene, ellos ven en Tsurugi un ser humano que puede salir adelante, como lo ha estado haciendo hasta ahora, desde siempre.

Le dieron algo ligero y nutritivo de comer y lo mandaron luego a la cama, su aspecto era de miedo y dolor, soledad y fragilidad, estaba mucho más delgado que la última vez que lo vieron, la piel descolorida, ojeras oscuras y marcadas y ojos tristes.

30/10/2024

Tanto tiempo, demasiado tiempo.

Aunque no por ello me olvido de que tengo pendientes que terminar, ya saben como es todo esto, el punto es terminarlo algún día, actualizar cada que se puede y eso.

Se que es poco, y de hecho esto ya estaba, al menos una parte, ya escrita desde hace tiempo, solo agregue un poco más, que incluso para mi no es suficiente, sin embargo, si quiero ponerle más se que tardaría otro mes para hacerlo, y es mejor sacarlo y entregar luego un capítulo sólido.

Saludos y gracias, espero que estén bien.