Capítulo 39

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Locutor: ¡Hasta ahora se han completado 7 de los 8 enfrentamientos, 5 a 2, lo cual confirma la derrota absoluta de la fuerza de coalición China, aunque el siguiente peleador salga vencedor ya no hay oportunidad de ganar y menos de un empate, el desconcierto de los orgullosos espectadores chinos es inconmensurable, totalmente desmotivados! -grito mientras Gosha entraba a la arena en ese momento.

Espectador 60: ¡Es Yujiro!

Espectador 61: El capitán de los campeones Japones y estadounidenses.

Gosha: 8 a 0, una victoria total, eso fue lo que el emperador Kaioh, general de la fuerza de coalición China nos prometió, pero no cumplió su palabra-dijo y soltó un suspiro-Sin embargo, la dignidad de los 4 mil años de las artes marciales chinas y los titulo de Kaioh y Kaioh emperador jamás podría caer, durante 4 mil años, miles… ¡no!, cientos de miles de luchadores han desaparecido antes de lograr las metas que habían imaginado. Algunos son derrotados por enfermedades, otros lloran por las heridas, mientras que otros no soportan el esfuerzo que conlleva entrenar, unos cuantos caen por la edad, aunque sean animales longevos. ¡Pero en este momento hay un animal milagroso que conquisto todos los obstáculos y completo su visión, Kaku, ningún otro maestro se ha acercado a la cubre de éxitos que el alcanzo como peleador, un animal que durante mas de 100 años jamás se alejo del camino de las artes marciales, tienen todo el derecho de estar orgullosos de él, el Kaioh emperador Kaku es la personificación de las artes marciales chinas, escuche…-dijo mientras Kaku aparecía en la arena sobre su silla de ruedas-…Si Kaku logra derrotarme, a mí, el hombre que muchos llaman la criatura mas fuerte del mundo garantizo que las ultimas derrotas del lado de coalición China, no significaran nada-dijo mientras el publico grito de emoción.

Kaku: Ya llegué-dijo bajando de su silla.

Locutor: ¡A pelear! -grito mientras el gong sonó y el publico estallo en gritos.

Kaku lanzo su silla de ruedas hacia Gosha quien la atrapo con un dedo, le dio un par de vueltas sobre su dedo y la puso de vuelta en el suelo.

Gosha: Por favor siéntese-dijo con amabilidad.

Kaku: Jajaja, gracias-dijo sentándose mientras reía y Gosha empezó a empujarlo un poco.

Gosha: Kaioh emperador Kaku, ¿qué es lo que tuviste que sacrificar?, y ¿qué ganaste para llegar a este punto? -pregunto con curiosidad- ¿Dinero?, ¿amigos?, ¿mujeres?, ¿alcohol?, podrías haber tenido una vida llena de lujos, pero elegiste lo contrario, elegiste una vida llena de lucha y penitencia y viviste así durante mas de 100 años así que quiero saber que perdiste y que ganaste-dijo con la clásica mirada nerviosa de su nieto.

Kaku: Dragón fuerte de Japón ya deberías saberlo, en los 4 mil años de historia de las artes marciales chinas, nadie quiso ser fuerte tanto como yo lo desee, ¿qué daría por tener fuerza?, mujeres, amigos, alcohol, estatus, incluso a mi propia familia sin dudarlo lo sacrificaría a todos y no lo pensaría 2 veces, me embriagaría con mi propia fuerza creciendo dentro de mi dia a dia, así que me preguntas, ¿qué fue lo que me causo mas dolor cuando tuve que renunciar a ello?, la fuerza-dijo mientras se quitaba la camisa mostrando músculos muy grandes para su edad-La fuerza que anhele con todas mis ganas, por la que tanto luche en mi vida, cuando tuve que renunciar a esa fuerza, la fuerza que desee mas que todos en China, la fuerza que me costo tanto obtener, soporte tanto por conseguirla, ni siquiera la muerte mis padre me dolió tanto-eso ultimo sorprendió a Gosha.

Gosha: ¿En serio? -pregunto con una cara de sorpresa mientras Kaku soltaba su camisa.

Kaku: Nada se compara con toda esa pena que sentí. Hace 100 años tenia un cuerpo que parecía estar echo de acero, realizaba toda clase de entrenamientos musculares, aunque tuviera el cuerpo pequeño estaba totalmente cubierto de músculos, tenia los brazos tan fuertes que probablemente era el mejor en toda Asia, hasta hice cosas estúpidas para presumir mi fuerza. Ridiculice al arte del puño y la razón llamándola mentiras, mientras continuaba ridiculizando a esas mentiras un dia conocí a un verdadero maestro, era una nutria que ya pasaba de los 60 años, tenía tan poca fuerza en los brazos que apenas se podrían llamar así, pero me golpeo, me pateo y me arrojo. Perdí contra la razón, desde ese dia abandone todos mis juguetes de entrenamiento, renuncie a mi fijación con la fuerza corporal y al mismo tiempo comencé a entrenar para razonar. El proceso parecía insoportablemente largo en comparación con el entrenamiento muscular, cada dia mi cuerpo regresaba a la normalidad cuanto me frustraba, sin importar la felicidad o seguridad de nuestro entorno los humanos estamos hechos para adaptarnos a él. Pero despues de muchos años, los músculos de mi cuerpo comenzaron a desvanecerse, tenia mas de 90 años la piel me colgaba de los huesos y comencé el peso del tazón y los palillos cuando comía hasta el peso de mis pobres órganos y todo mi pelo. Y fue entonces que adquirí la razón-dijo contando su historia.

Beastars AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora