Capítulo 17

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Una gota de agua cayó cerca de su cuerpo...

Sus ojos cerrados se movieron detrás de los párpados hacia el lugar donde sintió caer la gota.

Su respiración era acompasada, ligera y liberadora. Su cuerpo, ligero y mojado, sentía una sensación familiar.

Agua.

Agua de un vasto plano espacial.

Flotar en medio de la nada podría causar angustia a cualquiera.

Sin embargo, para ella siempre fue lo opuesto... El agua siempre fue un refugio. Dentro del agua, entre el agua, como si su alma y cuerpo se conectaran en una armonía especial.

Agua tranquila y solitaria...

El agua cubría sus oídos, bloqueando los sonidos molestos, permitiendo que sus pensamientos fluyeran libremente.

Agua relajante y agradable...

Agua que siempre significó para ella: hogar y refugio. Su lugar de escape.

Escape de la realidad, como solía llamarlo.

Lágrimas caían de sus ojos y se unían a ese refugio, que le permitía existir a su propio ritmo...

Existir... Significaba ser ella misma...

Llorar sin sentir culpabilidad...

Sentir sin el peso de la debilidad.

Sentir y ser sentida...

Conectar y ser parte de esa corriente infinita.

El cansancio se disipaba al flotar, empapada en agua, siendo parte de ella.

-Extrañé esto...

-Siempre extraño estar en el agua...

El vacío en su pecho se hizo presente.

Todo había comenzado con los dilemas de la vida universitaria, las mudanzas constantes y, finalmente, la muerte de su padre. Esos eventos la alejaron del agua, de su elemento de paz.

Lloró más, recordando con nostalgia esos momentos, sintiendo las caricias de su difunto padre en su espalda, los ronquidos, sus bromas. Llevó sus manos húmedas para secar sus lágrimas, pero no podía. Siempre había sido agua, y el agua no se detiene a menos que la corriente sea interrumpida.

Sonrió entre el llanto.

-Sigue pesando en mi alma no verlo ni sentirlo... Qué cruel es sentir el luto tan de cerca, aunque el tiempo lo haya distanciado...

El agua revelaba la paz y la turbiedad de sus sentimientos desolados.

-Tal vez debería intentar volver al agua en estas tierras... Aquí no hay dolor, ni tristeza, solo descubrimiento y vida...

Sabía que estar en este mar espacial significaba que estaba dormida o inconsciente, perdida en un limbo donde se liberaba del peso de la existencia física.

Abrió los ojos y vio todo grisáceo, mezclado con un dorado brillante. Se encontró bajo un cielo vasto y sin límites, reflejado en un hombre, un rubio al que había conocido recientemente.

Luna de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora