Capítulo 26

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╰─▸ ❝ @[Almas Rotas]

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La oscuridad de la habitación me permite seguir descansando.

No sé hace cuánto tiempo estoy durmiendo pero parece haber sido una eternidad, es como si me hubieran dado un somnífero.

Quiero hacer memoria de lo que sucedió pero lo único que consigo recordar un sueño.

-¿Cómo sigue?

Reconozco la voz de Mattheo de inmediato, inunda mi cabeza logrando desestabilizar mi respiración.

Me mantengo inmóvil en mi lugar, finjo la misma sensación a cuando me petrificaron en segundo para pasar desapercibida.

-Sigue dormida -Me sorprendo al escuchar la voz de Enzo a mi lado, es gracias a ella que siento la presencia de su mano acariciando mi brazo -Ya han pasado dos días.

¿Dos días?

¿Estoy durmiendo desde hace dos días?

-Estaba cansada -Responde con frialdad, de repente un grave silencio se instala en el lugar -¿Le has visto el brazo?

La tensión que sentía se intercambia por una clara incomodidad.

-Antes de que digas algo, quiero que sepas que Theo y yo no fuimos.

-Tal vez ustedes no se lo dieron pero tampoco cuidaron de que alguien más lo haga.

-Quizás haya una buena explicación...

-¿Una buena explicación? -Mattheo suelta una risa seca al mismo tiempo en que sus pisadas se intensifican -Tiene el brazo lleno de moretones, es obvio que se está inyectando.

Un nudo se instala en mi garganta al escuchar que, muy probablemente, acabo de decepcionarlos de la peor manera posible.

-No quiero echarte la culpa de todo esto, pero...

-Está destrozada -Suelta en forma de murmuro, apenas consigo distinguir sus palabras -¿Sabes lo delicado que es este tema para ella...?

-Lo sé -Responde Enzo apretando mi brazo con impotencia.

-Y tienes razón, es mi culpa -La forma en que lo dice consigue arrebatarme un latido errático producto a la angustia que refleja -Ella está así por mí, yo fui quién la empujó a caer en esa mierda.

-Me encantaría consolarte pero no puedo hacerlo -De pronto el tacto de Enzo desaparece dejándome sola, escucho que se levanta del asiento y se aleja -¿Por qué hiciste esto?

Otro momento lleno de silencio.

-Ya sabes el por qué -Un sollozo inunda la habitación, no puedo evitar asustarme -La amo tanto, Enzo...

-No es la primera vez que me lo dices -Una corriente eléctrica me recorre quedando extrañada ante esa pequeña confesión -¿Recuerdas lo que me dijiste el año pasado cuando me golpeaste?

Siguiendo Tus LatidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora