Capítulo 20

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-Eso es todo por hoy, niños -La voz de la profesora McGonagall consigue despertarme, rápidamente me acomodo en el escritorio tratando de disimular -Por favor no olviden leer los capítulos para la próxima clase.

Luego de decir eso todos en el salón se levantan con prisa por salir, hasta se empujan con fuerza con tal de ser los primeros en ser libres.

No me interesa competir, mucho menos cuando puedo cruzarlo en los pasillos.

Si fuera por mí estaría encerrada en la maldita aula todo el día, hasta usaría el mapa de Harry para saber su ubicación y moverme en dirección contraria.

Me mantengo en mi lugar esperando a que la estampida deje el camino libre, no pienso matarme con esos idiotas.

-¿Puedo preguntar desde cuándo duerme en mis clases, señorita Snape?

Mierda.

Levanto la vista del banco para encontrar con una McGonagall decepcionada y expectante a obtener una buena respuesta de mi parte, estoy segura de que ya debe estar pensando en algún castigo insoportable.

-Lo lamento -No dudo en disculparme lo más rápido que puedo tratando de no dejar escapar ningún bostezo.

La veo asentir con la cabeza sin estar del todo convencida con mi declaración.

-¿Está descansado de manera correcta en las noches?

Desearía hacerlo, de preferencia con un pelinegro de ojos chocolate y olor a cigarrillos rodeando mi cintura y respirando sobre mi cuello.

Pero no es posible, esa imagen tan estremecedora solo podrá habitar en mis sueños.

Jamás volveremos a dormir juntos.

-No demasiado, profesora -Intento con todas mis fuerzas no dejar escapar ninguna lágrima, algo que se vuelve imposible con el paso de los segundos y con su sonrisa apuñalándome el corazón.

-¿Últimamente tienes alguna preocupación?

Sí.

De hecho, mi novio terminó conmigo por creer que soy una puta.

Una maldita fácil y entregada que le abre las piernas a cualquier idiota que se cruza con ella.

Y no consigo dormir porque su voz me atormenta en las noches repitiendo la misma frase.

Siguiendo Tus LatidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora