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Matías

Llevaba necesitando volver a probar de sus labios desde la última vez. Los meses en los que había tenido que evitar mostrar cualquier interés resultaron ser difíciles de cojones. Pero esa maldita semana había sido un puto caos. Saber que ella sentía algo por mí, pero que aún así no podía hacer nada, estaba resultando ser de lo más asfixiante.

Por eso, cuando sus labios se atrevieron a ir en búsqueda de los míos sentí cómo mis pulmones volvían a respirar tras haber estado sumergidos en el océano, revolcados por miles de olas.

Era cómo si me hubiera llevado a un planeta en el que respirar era la tarea más ardua que podía encontrar.

¿Venus? ¿Júpiter? ¿Saturno?

Ni idea. Solo sabia que ella estaba allí conmigo. Que sus labios parecían estar hechos a medida para los míos. Que su alma estaba atada a la mía. Que no existía nada más aparte de nosotros.

Una vez me preguntó si creía en el destino.

¿Cómo podría haberle respondido, si mi destino era ella?

Bajando EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora