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Tardé dos horas en escribirla.

Había tenido que usar más de tres folios, tras emborronarse la tinta con mis lágrimas, para escribir la carta nada más llegar de madrugada al hotel.

"Es lo mejor" me dije una y mil veces antes de darle la carta a Julián a primera hora de la mañana. Las palabras de Lena se repetían en mi cabeza constantemente "¿Y crees que puedes darle lo que merece?".

—¿Me haces un favor? —en el fondo, no tan fondo, supliqué que me dijera que no. Supliqué que hubiese algo, por mínimo que fuera, que me hiciese cambiar de opinión.

Pero no lo hizo.

Escribí su nombre en la solapa del sobre con el pulso acelerado y el corazón saliéndoseme de la boca, así que, demasiado que conseguí poner los acentos sobre las íes.

Volví a subir para terminar de preparar la maleta, ya que la noche anterior había decidido acostarme nada más terminar la carta, dejando allí, para siempre, un cachito de mí.

Un cachito de mí que, siendo egoísta, esperaba que no se perdiese nunca.

Un cachito de mí que, siendo honesta, sabía que se perdería para siempre.

Bajando EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora