97

3 0 0
                                    

Matías

La vi con la mirada perdida. Cómo si no supiera que hacer, cómo si su vida se hubiese ido al traste en los últimos segundos.

Lo sabía porque, el miedo que había en sus ojos también estaba en los míos.

—Me lo prometiste —murmuré sin ser capaz de mirarle.

Creo que hasta que no zarandee la carta no fue consciente de que la tenía. De pronto, ese miedo que había visto en sus ojos se había esfumado, no quedaba nada.

Tenía la mirada perdida, vacía. Abría y cerraba la boca cómo si en una de esas fuera a saber qué decir.

El dolor del pecho se me había intensificado.

—Me prometiste que no te llevarías mi corazón —susurré con un nudo en la garganta. No hablaba el resentimiento, ni el odio, ni si quiera el rencor. —Por eso volviste, por eso —tomé aire —por eso viniste aquí. Tenías que volver a verme para devolvérmelo —sentencié comprendiéndolo con una sonrisa amarga en mis labios.

—Matías —no me gustaba cómo sonaba mi nombre en su voz si lo hacía acompañado de la tristeza en sus ojos. Tuve que cerrar los míos, no podía soportar ver cómo los suyos se cristalizaban.

Percibí un gusto salado cuando las lágrimas brotaron hasta llegar a mi boca.

—Volviste para devolvérmelo, para cumplir con tu promesa —sorbí la nariz y asentí un par de veces con la cabeza.

—No —sus ojos suplicaban que no siguiera hablando —, no, no.

—Me lo prometiste, y lo has cumplido —sollocé tratando de agradecérselo con una triste sonrisa.

En cuanto mi voz se rompió me tambaleé hacia atrás. Su pecho había envestido al mío. Su cabeza estaba enterrada en mi hombro mientras sus lágrimas dejaban un reguero por mi camiseta.

La rodeé con los brazos intentando que ni una pizca de aire cupiese entre nosotros. Ella se agarraba a mi espalda con fuerza facilitándome el trabajo.

Creo que estuvimos así horas.

Ninguno de los dos fue capaz de decir nada.

Ninguno de los dos fue capaz de hacer nada.

Nada más que no fuera seguir queriéndonos.

Nada más que no fuera intentar, por unos segundos, seguir bajando estrellas.

Bajando EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora