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Ane's POV

Llego la última a la cena de mis amigas y, mientras paso al interior del restaurante, envío un audio a Robin en el que le aviso que ya he llegado y que me va a caer una bronca del quince por haber alargado la despedida con él.

-Menos mal que al menos vienes guapa, asquerosa.- es el saludo que recibo por parte de Helena cuando llego a la mesa con mi mejor cara de inocente.

-Perdón, de verdad. No he medido bien los tiempos. Ay, os echaba mucho de menos.- confieso tomando asiento.

-Wow, Ane mostrando sus sentimientos. ¿Por qué vienes tan contenta?- pregunta Irene con los ojos entrecerrados como intentando leerme el pensamiento y me río.

-Soy feliz, ¿es raro?- pregunto encogiéndome de hombros.

-Tú te has tirado al francés!!!!- exclama Marta y todas nos giramos hacia ella con los ojos bien abiertos. Esta chica tiene el don de la oportunidad.

-No... Todavía.- digo en un tono más bajo y la atención de mis amigas va directamente a mi.

-¿Qué nos hemos perdido?- pregunta Irene.

-Bueno, llevamos un tiempo quedando así más a solas y tal... Eso ya os lo conté.- asienten todas y me sale una risita, parecen tertulianas.- Pues anoche me dejó en casa al llegar del viaje y nos besamos al despedirnos.- escucho un "awww" de las tres a la vez y entiendo que quieren que siga y luego vendrán las preguntas.- Y bueno, hoy él tenía día libre y yo solo la tarde libre así que me invitó a su casa a comer y hemos estado toda la tarde en su cama besándonos con el tenis de fondo. ¿Qué os parece el planazo?

-Mira, yo cuando me contaste lo de la cenita en París llegué a dudar que lo estuvieras soñando. Pero esto ya es que es de novela. O sea, es que me estoy enamorando yo, Ane.- comenta Marta.

-Pues te desenamoras que ya es mío.- contesto con superioridad fingida y ella me saca el dedo.

-¿Entonces es oficial? ¿Te rindes y sucumbes a la pasión y el amor?- pregunta Helena y me encojo de hombros.

-A ver... No es algo que pueda evitar. No me está poniendo fácil el no pillarme por él. Y ya ha llegado el punto en que paso un día sin verle y siento que tengo ganas de verle cuanto antes.

-Uff, amiga. Pillada de verdad, eh.- dice Irene y asiento suspirando.

-¿No vais a decir nada? ¿Ni un contra?- todas me miran con el ceño fruncido.- Siempre que a alguna nos gusta un chico se acaban sacando contras a pesar de los pros. Joder, hasta a Cristian le sacamos contras al principio.- explico haciendo referencia a los comienzos de la relación de mi amiga Irene con su novio, que a día de hoy ya llevan 2 años juntos.

-Es que no lo tiene, gordi. No sé, perfecto no va a ser, claro. Tendrá sus defectos, pero esos ya los irás descubriendo con el tiempo.- dice Helena e Irene asiente dándole la razón.

-Yo solo te diría que tengas cuidado en el trabajo. Intenta que no se note mucho cuando coincidáis y, sobre todo, que cuando la gente se vaya enterando, tu jefe no sea el último enterarse.- razona mi amiga Marta.

-Exacto. Y que se entere por ti, claro.- añade Irene.

Poco después pedimos nuestros platos y comenzamos a hablar de temas diversos. Me encanta porque, por más a menudo que tratemos de quedar, siempre hay dramas nuevos o anécdotas que recordar.

-Ya sabes, a la próxima cena te traes al franchute y no admito discusión.- me advierte Helena cuando estamos ya en la puerta mientras me da un abrazo para despedirnos.

-Empieza por no llamarle así y entonces me lo pensaré.- le regaño empujándola.

-Perdón, doña enamorada.- vuelvo a empujarla.

Marta e Irene pasan ya montadas en el coche saludándonos con la mano y Helena y yo separamos nuestros caminos para irnos cada una a nuestra casa. Mi piso pilla a 10 minutos andando y, como esta zona no es que esté muy bien de aparcamiento, decidí venir caminando. Emprendo el camino y desbloqueo el móvil para ver mensajes pendientes. El primero que veo es uno de Robin que me dice que le llame por el camino si no quiero ir sola y eso hago.

-Hola, guapa.- saluda al otro lado de la línea.

-Hola, guapo. ¿Has visto cómo te hago caso? Tú me dices que te llame y yo te llamo.

-Habría querido mejor pasarte a buscar y secuestrarte en mi casa pero me habrías dicho que no...

-¿Tú eres consciente de que no puedo estar todo el día en tu casa, Robin?- me río.

-¿Y eso por qué?

-Pues porque pasaría a ser una okupa.- comento y le escucho reír al otro lado.

-No me importaría tenerte de okupa en mi casa para siempre.- río en respuesta y sé que está sonriendo orgulloso por dejarme, una vez más, fuera de juego.- Bueno, ¿qué tal con tus amigas? ¿Me habéis puesto verde?

-¿Quién te dice a ti que hemos hablado de ti, flipado?- bromeo y le escucho bufar.

-¿Me tienes escondido también de tus amigas?- pregunta y me da cierta pena que sienta que le escondo.

-Claro que no, idiota. De hecho están deseando conocerte, así que tendré que organizar algo pronto. ¿Cómo lo ves? Yo ya conozco a tus amigos...

-Conoces a mis amigos del fútbol, te quedan algunos más. Y mi hermana, que se ha pedido ser la primera en conocerte. Pero sí, podemos empezar porque yo conozca a tus mejores amigas.- responde y me quedo petrificada.

-¿Cómo has dicho? ¿Le has hablado a tu hermana de mi?- preguntó sorprendida y le escucho reír al otro lado.

-Claro que sí. A ver si te piensas que todos los consejos para conquistarte vienen de Alex...- bufa de broma.

-Ya estás dando por hecho que me tienes conquistada...

-Te tengo.- responde confiado.

-Yo diría que es al revés, chico.

-Si solo me tuvieras conquistado...- dice y me río.- Nunca me crees, pero ya te he dicho que me tienes en la palma de tu mano.

-Cállate, idiota.- me río avergonzada.

-Daría lo que fuera por verte con la cara roja de vergüenza ahora mismo. Estás muy graciosa.- dice y me quejo.- Y muy guapa, pero eso ya lo sabes.

-Dos seguidos... ¿No piensas parar hasta matarme de un infarto?- pregunto y, aunque no le veo, se perfectamente que está sonriendo.

-Acabarás tú antes conmigo... Hasta para eso eres pesada.- bromea.

-Pues te informo que acabo de llegar a casa, así que te libero de la carga de aguantarme.

-¿Seguro que no quieres coger el coche y venirte? Te tengo reservado tu lado de la cama.

-Eres lo peor...- respondo y le escucho reírse.

Siento decepcionaros pero no, esta noche no se sale con la suya. Nos despedimos en cuanto cierro la puerta de mi casa y comienzo mi rutina de noche.
Es ya cuando me meto en la cama que procedo a desbloquear el móvil y responder mensajes y echar un vistazo general a instagram, cuando recibo el mensaje de buenas noches de Robin:

R. Le Normand

Buenas noches guapa 💙
Mañana nos vemos en el entreno
Haré un gran esfuerzo por no comerte cuando te vea
Y ve pensando una excusa para no dormir mañana en mi cama 😉

Cuando te vi - Robin Le NormandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora