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Ane's POV

Despertar al lado de Robin podría pasar a ser mi cosa favorita en el mundo a partir de ahora. Tenerle abrazándome y repartiendo caricias y besos por mi cuerpo nada más sonar la alarma es todo lo que necesito para levantarme feliz.
Tras un despertar juntos y "un rapidito" como Robin lo ha denominado para convencerme, me ducho rápido mientras él prepara el desayuno. Bajo ya vestida a la cocina y me mira de arriba a abajo sonriendo y tendiéndome mi colacao.

-Sí, te estoy robando poco a poco el armario.- digo haciendo referencia a la camiseta que he robado de su armario para ponerme, como cada vez que duermo en su casa.

-Si es el precio que tengo que pagar por tenerte en casa... Todo lo mío es tuyo.- responde y me acerco a darle un beso.

Me quedo desayunando mientras él sube a darse una ducha y a vestirse para ir a entrenar. 15 minutos después ya estamos subidos en el coche con Rels B de fondo.

-Al final te está gustando mi música.- comento mientras tararea Afrolova.

-Ya me gustaba un poco de antes Rels B... Pero sí, tú ganas.- se rinde y aplaudo celebrando, a lo que responde pasando la mano por mi cara.

-Ay! Sabes que odio eso.- me quejo como una niña pequeña y se ríe el maldito.

-Hace un rato no te quejabas tanto por tener mis manos sobre ti...- suelta y le pego en el brazo.

Pocos minutos después llegamos al Estadio y para el coche a una distancia prudencial para que nadie pueda ver de qué coche bajo.

-¿Te veo luego en el entrenamiento?- pregunta y me encojo de hombros.

-No sé cuáles serán mis deberes de hoy. Luego te digo.

-Vale. Me voy entonces, que hoy voy a ser el primero en llegar.- dice y hago un puchero. El pobre no tenía entrenamiento hasta las 10:30 pero ha venido a traerme a trabajar a las 9 y ya va a quedar haciéndose gimnasio en Zubieta.

-De nada por hacerte madrugar y contribuir a ese cuerpo.- bromeo y niega con la cabeza.

-Tira, anda, no vayas a llegar tarde al final.- me dice desabrochando mi cinturón.

-¿Me estás echando? ¿Ya te has cansado de mi?- pregunto con una indignación fingida.

-Cuanto antes entres a trabajar, antes sales. Y así me daría tiempo de dormir la siesta contigo antes de irme al hotel de concentración. Lo tengo todo pensado.- explica y me muero de ternura.

Me lanzo a darle un beso que no dura demasiado ya que recuerdo que estamos en la calle y en territorio peligroso además. Nos despedimos, prometiéndome que vendrá a buscarme cuando acabe de trabajar y le doy otro beso rápido antes de irme.

Cuando llegamos todo el equipo, Jose nos reúne para hacernos saber quién se encargará de cada cosa.

-No te veo muy triste por no cubrir el entreno y por tanto no ver a tu hombre...- comenta Paula caminando a mi lado cuando salimos de la reunión.

-No tengo que verle todo el tiempo...- respondo intentando mostrarme convincente y ella me mira con los ojos entrecerrados y de pronto abre la boca.

-¿Has pasado la noche con él?- exclama y le tapo la boca mirando hacia todas partes. Por suerte, nadie se ha enterado.

-¿Me espiáis o qué? Mis amigas también me lo pillan todo.

-Es que se te nota mucho la buena noche que te habrá hecho pasar el chico.- dice y la empujo de broma.- ¿Quieres que le grabe un mensaje para ti al final del entreno? ¿Romántico o picantón?

-Vete a la mierda.- respondo riéndome y me dirijo a mi mesa.

La mañana transcurre mucho más relajada que los días pasados y a las 2 menos cuarto aviso a Robin de que ya puede pasarme a buscar. Me dice que tarda 20 minutos y cumple, porque no pasa ni uno más cuando me avisa de que está esperándome en el mismo sitio donde me dejó esta mañana.

-Uf, que chofer más guapo me ha tocado.- bromeo entrando al coche y viéndole con sus rayban puestas y una mano en el volante, simplemente irresistible.

-Hola, preciosa.- responde llevando su mano derecha a mi muslo y apretándolo.- ¿Qué tal el día? Te he echado de menos en el entreno. Paula me ha dicho algo sobre enviarte un mensaje de amor.- me cuenta con cara de no entender y me río en respuesta.

-El día mucho mejor que los pasados. Más equilibrado todo y con todo preparado para el partido de mañana. Y sí, Paula es subnormal, pobrecita.- ambos nos reímos y arranca el coche.

Todo el camino discurre entre bromas hasta que somos interrumpidos por una llamada entrante que suena en el bluetooth.

-Es Remi.- me informa y descuelga.- ¿Qué te pasa?

-Hola a ti también. ¿Ya estás con Ane?- pregunta y Robin niega con la cabeza incrédulo.

-Aquí estoy. ¿Me echabas de menos?

-Mucho. Y a mi amigo también, que desde que está contigo no pasa por mi casa.- contesta y Robin le manda a la mierda riéndose.- Por eso he pensado que podríais venir a comer aquí. Vienen Take y Zubi también. Ainhoa está de viaje de trabajo y me siento muy solito.- trata de convencernos y Robin me mira como preguntándome que quiero hacer yo.

-Bueno... Pasaremos, anda.- respondo y escucho un "toma!" al otro lado de la línea que hace que Robin y yo nos riamos.

-Gracias por joderme la siesta con mi chica, hermano.- dice Robin y ya no escucho la respuesta de Remi porque me he quedado totalmente atontada con lo bien que sonaba eso de "mi chica" en su boca.

En el momento que cuelga me lanzo a darle un beso en la mejilla y, aunque se sorprende, su sonrisa se ensancha.

-Comemos rapidito y nos vamos a dormir la siesta a tu sofá, ¿vale?- propongo y asiente no muy convencido.

-Tendrás que darme más cariño para que no piense que quieres más a estos tres que a mí.- finge estar molesto y paso mi mano por su pelo.

-Eres un bebé.- digo volviendo a besar su mejilla y dejo mi cabeza reposar en su hombro mientras entramos ya en su vecindario.

La comida con los 4 fantásticos transcurre como siempre: entre risas, piques y bromas. Poder comportarme con Robin tal como me sale, censurando besos y arrumacos excesivos, también es un punto a favor. Tengo confianza plena en estos idiotas y me alegra mucho tenerles como amigos y que Robin los tenga en su vida.

-Poco más y no os coméis ni el postre. ¿Vais con prisa a la cama o qué?- grita Take cuando nos dirigimos a la puerta para irnos a casa de Robin.

-Búscate una novia o algo, pesado.- le responde Robin apoyando la mano en mi cintura para darme paso por el pasillo.

-Es que a mi me gustaba la tuya.- responde Take y en seguida me sale una carcajada. Robin me mira mal porque es un picado y agarro su mano entrelazando nuestros dedos.

-Pues llegas tarde. Venga, adiós. Que no quiero ni pensar que os tengo que ver en 3 horas de nuevo.- habla de nuevo y salimos por la puerta dejando a los otros tres entre risas.

En cuanto llegamos a su casa nos tiramos en el sofá con una serie de fondo y me abraza contra su cuerpo para dormirnos. Tras algunos besos y caricias, caigo profundamente dormida a su lado. Si alguien sabe de alguna forma mejor de empezar el fin de semana, que me lo diga.

Cuando te vi - Robin Le NormandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora