Voy en el bus que nos lleva al hotel de concentración sentada con mi novio, quien va descargándose las fotos que le han pasado del partido.
-Ay, pero si somos nosotros.- me sorprendo al ver que los fotógrafos han captado nuestro encuentro post partido.
-Son muy bonitas. Sales guapísima, como siempre.- dice y me derrito.
Hago que me las pase y seguimos mirando su móvil juntos mientras mi cabeza descansa en su hombro. El camino no debería estar durando tanto pero el tráfico en Berlín es más espeso de lo normal debido a que los aficionados están en las calles celebrando, así que mi novio decide aprovechar este tiempo para empezar a contestar todos los mensajes que tiene por delante. Para darle algo de intimidad decido apartar la mirada de su móvil y centrarla en el mío. También tengo varios mensajes por contestar, aunque no puedo hacerlo porque justo me entra una videollamada de Helena. Todos mis amigos han ido a un bar de Donosti a ver la final y han llamado para que no les falte en su celebración y para felicitar a Robin. Ver a mi novio charlando tranquilamente con todos mis amigos y agradeciendo tanto que se hayan molestado en llamar para felicitarle hace que me muera de ternura, pero cuando Robin se despide de ellos con un "lo celebramos juntos en un par de días" ya me muero del todo. Que mi novio y mis amigos se lleven bien es primordial, pero es que Robin supera siempre cada expectativa. Colgamos y volvemos cada uno a su móvil tras comentar un par de tonterías, así que aprovecho para subir mi último post porque luego se que soltaré el móvil y me dedicaré a disfrutar cada momento de la celebración y de la fiesta.
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