40

1.4K 125 29
                                    

Ane's POV

Si ayer estaba nerviosa, lo de hoy debe ser un nivel más avanzado. He dormido poco y mal esta noche y aún así me he levantado con una hiperactividad que lleva haciendo reír a mis compañeros una hora.

-Si es que no te deberías haber tomado el colacao...- me regaña con tono de broma Tomás y, de la nada, aparece mi chico en el comedor.

-¿Qué has hecho ya para que te castiguen sin colacao, niña?- irrumpe Robin en la conversación y rápido viene a abrazarme de lado.

-Está insoportable, no para quieta y encima se mete todo ese azúcar en el cuerpo.- le explica mi compañero y Robin me mira enarcando una ceja.- Quédatela tú un ratito, anda.

-Haré ese esfuerzo.

Acompaño durante el desayuno a mi novio y el resto de mis 4 fantásticos y después aprovecho para estar unos minutos a solas con Robin. Nos vamos a un salón del hotel y se sienta en un sillón, sentándome a mi sobre sus piernas. Permanecemos callados y abrazados hasta que me separo un poco para admirar su rostro mientras acaricio su mandíbula. Cierra los ojos porque estos momentos le dan mucha paz y por eso lo hago. Me quedo mirando su perfil y no puedo evitar recorrer sus facciones con la punta de mis dedos.

-Tienes una nariz súper mona.- digo dejando un besito en ella.

Abre los ojos para mirarme como cuestionando a qué viene eso y ambos nos reímos. Qué guapo está cuando se le achinan los ojos al reír, es increíble.

-No sé, es que tienes todo bonito. Eres guapísimo.- respondo a su gesto anterior encogiéndome de hombros.

-Y aún así no soy ni de cerca el guapo de la pareja.- dice y bufo riéndome.- ¿Tú te has visto? Tienes los ojos más celestes que he visto en mi vida, los labios más apetecibles que he conocido, la piel tan suave... Joder, si pensaba que no me gustaban las rubias y estoy enamorado hasta de tu último pelo.- bromea pero yo me quedo tiesa.

Está claro que soy conocedora de que ambos estábamos en la fase de enamoramiento, pero escucharle decirlo así de claro... Si podía estar un poco más enamorada ya lo estoy.

-¿Estás enamorado de mí?- pregunto bajito con una sonrisa tímida y ese gesto hace que él ensanché la suya.

-Demasiado. Eres lo más importante de mi vida ahora mismo, Ane. Si no te tuviera conmigo creo que me moriría.

-Te quiero muchísimo. Sé que no te lo digo mucho y que tú eres cien veces más cariñoso que yo. Pero que nunca se te olvide que te quiero con mi vida. Y si necesitas que te lo recuerde más, me lo dices.- sonríe con ternura ante mi confesión y deja un beso en mis labios.

-Me demuestras cada día cuánto me quieres, puedes estar tranquila.

Nos volvemos a besar y seguimos un rato en nuestro mundo hasta que toca volver a la realidad: él tiene que irse a la sesión de activación y yo voy a ver a nuestros padres, que llegan en media hora, y después a empezar a trabajar como una loca. Nos despedimos intentando demostrarnos todo el amor del mundo porque sabemos que ya no volveremos a estar solos hasta después del partido y nos dirigimos a nuestros quehaceres.

———————————————————————————

Suena el himno de España y no os mentiré, yo ya estoy con las lágrimas amenazando con salir. No le deseo estos nervios a nadie. Siempre he sido muy pasional con el fútbol, pero en cuanto Robin entra en la ecuación todo se magnifica más aún. Vi antes del partido a mis padres, a la familia de mi novio, a Ainhoa... y todos coincidieron en que debía relajarme o no llegaría al pitido final.

Me encuentro en la banda, al lado de nuestro banquillo. Esa es nuestra posición en la noche de hoy: nuestros cámaras pueden grabar desde ahí y yo puedo hacer fotos y vídeos con el móvil del club. De hecho, esa es mi misión de esta noche: llevar el minuto a minuto de la final en stories.

El árbitro pita el descanso después de una primera parte con alguna ocasión demasiado clara por ambas partes, pero habiendo sido nosotros superiores en juego, lo cual deja buenas sensaciones. Robin pasa por mi lado dejándome una sonrisa tranquilizadora y su ya más que habitual guiño.
Me dirijo a la grada para grabar a algunos aficionados que ya lloran del cúmulo de nervios al igual que yo haría si estuviera en la grada y aprovecho para acercarme también a los familiares.

-Pf gordi, ahora sí que estoy como tú. Las dos paradas que ha tenido que hacer Alex me han dejado las piernas como un flan.- confiesa mi amiga Ainhoa cuando me acerco a ella.

-Yo necesito que esto se acabe ya. Ha habido fotos que he tenido que repetir porque de los nervios temblaba, tía.

Me despido de nuevo y bajo a la salida del túnel de vestuarios ya que el equipo va a volver a saltar al césped para la segunda parte. Dejo de grabar cuando aparece Robin porque se perfectamente que viene directo a decirme algo.

-Abrígate, amor. Y no estés más nerviosa, ¿vale? Ahora marcamos, lo prometo.- me dice mientras sube la cremallera de mi sudadera y sonrío asintiendo.

No deja de hacer que me derrita por él ni en mitad de una final, es increíble.

Comienza la segunda parte y, tal como mi novio me había prometido, en el 63' un gol de Oyar nos hace saltar a todos a celebrarlo. Lo que viene después es imposible de explicar porque la tensión es indescriptible: hay varias paradas de Remi que desafían la física, un control del centro del campo entre Zubi y Merino descomunal y una anticipación y cortes determinantes de Robin y Aritz que nos hacen creer.

El árbitro pita el final del partido y mi primera reacción es echarme a llorar. Algunos compañeros me abrazan antes de salir a correr hacia la piña de jugadores que se ha formado en el césped, pero yo tardo en reaccionar. Consigo llegar a la posición de los jugadores cuando ya se están levantando del aplastamiento en el suelo que le han hecho al pobre Oyar.
Sinceramente, no sé ni cómo ni qué estoy grabando porque estoy literalmente temblando y llorando. Consigo ver a Robin acercándose hacia mí y me pongo la mano en la boca para intentar ocultar un sollozo, aunque no tengo mucho éxito. Dejo de grabar en cuanto me acoge en sus brazos y me aferro a él todo lo que puedo.

-Mi amor, enhorabuena. Te quiero, te quiero, te quiero.- digo entre lágrimas y él coge mi cara entre mis manos para besarme.

-Te amo.

Dos palabras y ha conseguido que toda la emoción por el título quede a un lado y solo importe él. Me ama, cómo va a importar cualquier otra cosa.

Cuando te vi - Robin Le NormandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora