51

1.1K 103 34
                                    

Ane's POV

"Un verano en Alemania", así podría titularse la película de nuestras vidas ahora mismo. En cuanto pasamos a las semis de la Eurocopa nos mudamos a Múnich y ya prácticamente nos la hemos recorrido entera. Lo mejor de todo es que estamos viviendo la experiencia como unos aficionados más y la estamos disfrutando al máximo.
Robin siempre dice que estoy exprimiendo yo más la Euro que él y razón no le falta. Mi pobre está a tope de entrevistas a pesar de que no jugará el próximo partido desde que sabemos que nos enfrentaremos en semifinales a Francia. Sí, ese es el nivel del periodismo español: buscar a ver si le sacan algún titular jugoso en contra de su país de nacimiento o, por el contrario, algo jugoso en contra de España.

Ainhoa y yo nos hemos escapado hoy viernes por la mañana a trabajar un poco por la ciudad creando algún contenido para marcas y estamos pasando un calor increíble para estar en Alemania, la verdad. Nos encontramos a varios aficionados españoles que ya nos reconocen de haber coincidido con nosotros en otros partidos y acabamos nuestra sesión de trabajo camino a un restaurante para poder comer algo rápido antes de volver al hotel. Vamos sumergidas en una charla sobre la nueva colección de Zara cuando nos interrumpe el sonido de mi móvil.

-Mamá, ¿qué tal?- saludo respondiendo a la llamada de mi madre.

-Ane, ¿tú estás embarazada y no me dices nada? ¿Qué estás esperando a bautizarlo?- me regaña y me freno en seco quedándome de piedra ante la atenta mirada de mi amiga.

-¿Pero quién te ha dicho eso? ¿Como voy a estar embarazada y no decírtelo, mamá?

-Pues tu novio lo ha dicho. Acabo de leer el titular.

-Mamá, los titulares son eso... titulares. No puede haber dicho algo que no es verdad.- me río ya más tranquila.

-Yo te paso el enlace y tú ya me dices si estoy loca o no. Pero menudo susto me has dado.

Sigue regañándome un rato más por enterarse la última de una noticia que no existe y volvamos. Una grande mi madre, la verdad.
Llegamos al restaurante y me siento con Ainhoa a ver la entrevista en la que supuestamente Robin dice que estoy embarazada:

E: Entonces Robin, ¿tú te sientes más español que francés?

R: Yo no voy a negar que yo he nacido en Francia. Me he criado allí, mi familia es de allí. Pero tampoco puedo negar que España me lo ha dado todo. Yo me he hecho jugador y persona en San Sebastián, me siento muy vasco.

E: Entonces podemos decir que tienes sentimiento de pertenencia a España aunque toda tu familia sea francesa.

R: Bueno, sí. Al final mi familia es de Francia pero yo he hecho una vida en España. Yo tengo a mi club que me han ayudado mucho, a mis amigos desde que tengo 18 años, a mi novia... todos en San Sebastián.

E: Se puede decir que ya tienes una familia en España, claro.

R: Claro. Como te digo, tengo amigos que son como familia en España desde hace 10 años, tengo a mi novia que es de San Sebastián, mis hijos serán españoles...

Termino de leer la entrevista y ya veo de dónde se han sacado el titular. Como os decía: el nivel del periodismo es este, todo por el clickbait.
En cuestión de minutos parece que la entrevista se hace vital porque tengo que aclarar lo mismo a todos mis amigos, a mis primas y, cuando llegamos de vuelta al hotel, a mis padres y a los de Robin.

Ahora mismo me encuentro en mi habitación terminando de arreglarme un poco para ir todos juntos a dar una vuelta (otra más) por Múnich. Mi móvil suena y acepto la videollamada entrante de mi novio.

-Qué guapa estás.- es lo primero que dice al verme y sonrío aún con el corrector de ojeras a medio poner.

-No me hagas la pelota. Vaya tela la que me has liado.- le regaño y se ríe.

-No he dicho ninguna mentira... Solo quería reafirmar mi compromiso con España. No sabía que la gente iba a estar tan interesada en nuestra procreación.

-Pues lo estaban. Aunque a nadie le parecía mal, estoy altamente preocupada por la salud mental de nuestros seres queridos.- bromeo y bufa en respuesta.

-A mi me preocupa más que seas a la única que le horroriza la idea de tener un mini Robin.

-No me horroriza, idiota. Pero para emocionarme por eso tiene que ser verdad y te recuerdo que no lo es.- hablo mientras sigo maquillándome y veo cómo está atento a cada paso que doy.

-De momento.- puntualiza.- Te estás poniendo muy guapa, ¿vienes a colarte en mi hotel para que te haga un bebé?- suelta y me río tanto que me mancho de rímel.

-¡Robin! Arreglarse contigo de por medio es imposible.

-¿Me echas de menos por ahí molestando?- pregunta y me muero de ternura.

-Te echo de menos cada minuto del día, amor. Pero mañana nos vemos por fin y en nada estamos juntitos en casa.

-Mañana pienso pasar de nuestras familias, eh. Yo quiero un rato a solas con mi mujer.- sentencia y asiento.

Hablamos un poco más hasta que nos despedimos porque todos me esperan abajo para irnos.

-Sí que has tardado...- me dice Amaia al verme aparecer en el hall.

-Estaba hablando con el padre de mi hijo imaginario.- bromeo y todos ríen.- Por supuesto ha ignorado mi bronca así que no os sorprendáis si en la próxima entrevista decide hablar de nuestras bodas de plata.

Tras un par de bromas más con el tema, damos por iniciada nuestra excursión en familia y nos encaminamos hacia el centro de Múnich. Hacemos varias fotos de familia que aprovecho para enviarle a Robin porque se que le encanta que estemos todos juntos.

Para finalizar el día cenamos en una terraza aprovechando el buen tiempo que nos está haciendo hoy en Múnich. Si bien es cierto que la comida alemana no es mi cosa favorita en el mundo, os diré que ya he cogido más o menos mis cuatro comidas dentro de mi zona de confort y voy comiendo medio bien. Sin embargo, hoy parece que no he acertado demasiado porque me está dando fatiga hasta probar mi plato.

-Hija, yo diría que esto está bueno.- dice mi padre probando de mi plato y pongo cara de asco.

-Si a ti no te entra, no te lo comas. No te vaya a sentar mal. ¿Quieres mirar otra cosa?- me pregunta mi suegra y niego con la cabeza.

-La verdad es que me da fatiga pensar en comerme esto y ya tengo el estómago bastante revuelto. Me haré una infusión antes de irme a dormir y mañana como nueva.

-Ay, los primeros síntomas.- bromea Theo y su hermana le da la colleja que me habría gustado darle a mi si le tuviese más cerca en la mesa.

Cuando llegamos al hotel me tomo la infusión mientras me cambio al pijama y hago mi rutina de skincare. Recibo un mensaje de Robin preguntando si tengo el estómago algo más asentado y sonrío. Lo que os decía: siempre atento. Da igual que le haya contado mi malestar hace una hora y que él esté jugando a la play en la habitación de Ferran y Pedri, él siempre estará pendiente de mí.

"Ya algo mejor. Creo que me estoy sugestionando, tengo miedo de que en breves tu hijo me de una patadita". Es el último mensaje que le escribo y acto seguido me quedo dormida.

Cuando te vi - Robin Le NormandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora