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Ane's POV

Miércoles ya y todavía no he hablado con Jose. He cogido como excusa literalmente cualquier cosa para no afrontar la charla con él pero hoy en el entrenamiento viendo la carita de Robin he sentido que ya no podía retrasarlo más, porque esto ya es imposible de disimular. Me levanto de mi silla y Paula asiente con una sonrisa dándome ánimos.
Llamo a la puerta del despacho de Jose y entro intentando simular una tranquilidad que para nada siento.

-Cuéntame.- me pide mientras me indica que me siente.

-Tengo que contarte una cosa complicada.- comienzo a hablar y sube una ceja.- En serio.- continúo cuando veo que no me está tomando muy en serio, aunque agradezco que tengamos este tipo de relación tan cercana.- A ver, este tiempo ha pasado una cosa... Yo no quería pero bueno, tampoco he podido evitarlo.

-Ane, me estás poniendo muy nervioso. ¿Quieres irte?

-¡No! ¿Tú quieres que me vaya por esto?- pregunto asustada.

-Pero si aún no me has contado nada.- responde alzando los brazos y ambos nos reímos.

-Pues que la he liado... Más bien me he liado. Con Robin Le Normand. No quiero que pienses que he venido aquí a cazar un futbolista o algo de eso, por favor. He intentado ser lo más profesional posible en todo momento y creo que lo he conseguido. Pero ya se está poniendo seria la cosa y quería que te enterases por mi.- suelto por fin y espero su reacción.

-Ane... No pienso nada de lo que has dicho sobre ti. Es normal supongo, pasáis mucho tiempo juntos, sois chicos jóvenes y estas cosas pasan.- asiento agradecida y sonrío aliviada.

-Esto no significa que ahora vayas a ver muestras de cariño mientras trabajo ni mucho menos, eh. Pero si sale alguna foto, si algún compañero nos ve por la ciudad, si ves más complicidad de la cuenta... Quería que lo supieras antes.

-Te lo agradezco, de verdad. Y agradezco tu profesionalidad en todo momento. Tampoco tienes que ponerte una orden de alejamiento, que te veo venir.- ambos nos reímos y asiento.

-Gracias, Jose. De verdad. Tenía una ansiedad por dentro por contártelo que casi me cuesta la relación antes de hacerla oficial.- bromeo y suelta una carcajada.

-No seas tonta. Qué suerte tengo de que justo me toque ir este finde a Granada con el equipo y vaya a vivir en primera persona tu salida del armario.- dice y niego riéndome.

-No vas a ver nada más allá de la naturalidad.- intento autoconvencerme pero él no parece creerme.- Bueno, me vuelvo a trabajar ahora que no me has despedido.- bromeo de nuevo y me levanto de la silla para dirigirme a la puerta.

-Ane.- me llama antes de que salga y me giro.- Si alguien te dice la más mínima tontería por esto me lo dices. Y recuerda que tienes a tu jefe de tu parte.- me guiña el ojo y sonrío agradecida.

El alivio que siento al salir de su despacho es tal que Paula sabe que ha ido bien con solo verme la cara. Aún así me arrastra a la máquina de café con la excusa de necesitarlo para que le cuente absolutamente todo. La suerte que tengo con mis amigas no me la creo ni yo, de verdad.

La tarde pasa rápido gracias a que estamos entretenidos editando y programando los vídeos de retos que grabamos el otro día con Zubi y Merino. Contesto a los mensajes de mi novio (qué fuerte decir esto, no me acostumbro) diciéndole que sí que puede venir a buscarme a las siete, que hoy no tengo gym.
En cuanto me avisa de que está donde siempre esperándome le pregunto que si puede parar en la puerta, que no tengo ganas de andar. Bajo despidiéndome de todos los compañeros y veo su coche en la puerta.

-Hellooooo.- saludo cuando entro al coche y me lanzó directamente a abrazarle y dejar un beso en sus labios, algo que le sorprende y mira por mi ventanilla a ver si el de seguridad nos ha visto.

-¿Qué ha pasado para que estés tan feliz?- pregunta riéndose y me hago la ofendida.

-Tenía muchas ganas de verte.- contesto y no parece convencido con mi respuesta.- Y puede que también haya hablado con Jose y esté completamente a favor de nuestra relación.- añado rápidamente y abre la boca sorprendido.

-Eso significa...

-Sí.- le interrumpo.- Significa que no nos tenemos que esconder más.- sonríe ampliamente y me besa de nuevo, aunque separo nuestros labios rápidamente.- Peeeeero, no te propases conmigo en ámbito laboral. Ni besos ni arrumacos excesivos mientras alguno de los dos esté trabajando. Vas a respetar las concentraciones a raja tabla y, sobre todo, no vas a hacer que sea el blanco de las bromas de mis compañeros.- se ríe mientras juega con mi pelo y le apunto con el dedo amenazándole.- En serio, Jose va a buscar cualquier excusa para reírse de mí en el viaje a Granada de este finde. Me lo ha dicho él mismo.

Nos vamos juntos a su casa y. una vez allí, nos sentamos juntos en el sofá del jardín a ver el atardecer.

-¡Robin, mis padres!- exclamo de un momento a otro y se asusta.

-¿Qué pasa con tus padres?- pregunta asustado y me río.

-Que no les he dicho nada. A mi madre sí y cualquier día se planta aquí a conocerte. Pero mi padre y Amaia no saben siquiera de tu existencia. O sea de ti como tú sí, pero de ti como mi novio no. Mi padre va a flipar...

-¿Quieres que se lo contemos antes de que pueda salir cualquier foto o rumor?- ofrece y me muero de la ternura.

-Veré qué organizo, sí. Gracias.- susurro en su cuello abrazándome a su cuerpo.

-Lo hago por la que te espera a ti con los míos cuando vengan para la final de Copa. Puede ser que mi madre te secuestre.- exagera y me río.

Seguimos hablando de mil cosas y cuando terminamos de cenar me lleva a mi casa.

-No me gusta esto de tener que traerte a tu casa... Vas a tener que ir pensando en pedirme que vivamos juntos.- bromea cuando para en mi puerta y le pego en el pecho.

Nos besamos como si no nos fuésemos a ver más y me bajo del coche. Como siempre, no arranca hasta que no entro y cierro la puerta. Si esto no es amor...

Cuando te vi - Robin Le NormandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora