HARRY POTTER Y EL LUGAR DE SUS SUEÑOS

CAP.31- EL LUGAR DE MIS SUEÑOS

Se aparecieron en la puerta de la casa de Draco, el chico quería que Harry apreciara todos los detalles que la casa tenía. No comprendía, por qué se tomaba tantas molestias en querer que aquel hombre de cabello rebelde se sintiera cómodo y le gustara su casa. Pero quería mostrar todos y cada uno de los detalles. Tal vez porque podía decir que aquí era su hogar y después de años ahora Harry Potter era su amigo.

No se molestó en mostrar los jardines, Luna aun no terminaba de hacer los cambios y ya era tarde; según Draco era mejor verlos al atardecer, era majestuoso, aunque salir al jardín en una noche estrellada como aquella, también parecía el plan perfecto. Eso lo dejaría para después, para una próxima vez. Entraron al recibidor y la expresión de Harry fue de asombro, la casa por fuera no parecía del tamaño que tenía por dentro, Draco se había esforzado mucho para lograr aquello.

Harry estaba con la boca abierta, caminó hacia el interior de la casa y se movía en círculos para apreciar todos los espacios, era realmente mágico estar en aquel lugar, se sentía tan cómodo y había una calidez en el ambiente. 

Harry entró a la sala, era un lugar hermoso y mágico, los sillones eran un azul casi verde, al parecer el rubio no quería perder sus tradiciones Slytherin y seguía muy sutilmente usando aquellos colores.

Había dos sofás muy elegantes de terciopelo suave, de espacio para tres personas y una mesita de centro, al fondo había una gran ventana que daba del techo al piso en forma de arco, tenía unas decoraciones de pequeñas ramas como figurando un muérdago a la altura donde se hacía el arco, al pie de la ventana, otro sofá para dos personas. La habitación era extremadamente acogedora; por la ventana se colaba la luz de la luna y se alcanzaba a apreciar el lado derecho del jardín principal.

-Es realmente impresionante, Malfoy.-El rubio había quedado satisfecho con las decoraciones, el color, los muebles y en ese momento con la cara de satisfacción que Harry tenía al ver su nuevo hogar. 

- ¿Lo has hecho tú solo? Eres grandioso... ¿cómo lo hiciste? - Harry estaba anonadado, giraba y giraba observando muy detenidamente todos los detalles de aquel lugar. El papel tapiz con decoración tan elegante, era una casa Malfoy sin dudarlo, la única vez que estuvo en la Mansión fue cuando lo capturaron, no tuvo mucho tiempo para mirar detalles, pero sin dudarlo pensaría que ésta es mejor que la Mansion Malfoy.

Harry pasaba su mano sobre la tela de aquellos elegantes muebles, se percató que sobre aquel sillón cerca de la ventana estaba recostado un instrumento, la luz de la luna tocaba sus curvas bien definidas y la madera brillaba como resplandeciente oro. Rápidamente Harry se acercó a tocar aquel hermoso instrumento, lo puso entre sus manos y acarició suavemente como si tuviera miedo de quebrarlo. Era una guitarra acústica de color madera brillante, en las curvas estaban tallados algunos relieves en forma de flores y guías, de tono color verde esmeralda.

- ¿Es hermosa, ¿verdad? -Draco lo miraba intentando descifrar lo que aquellos ojos verdes tan iluminados querían decir. - La compre en una subasta muggle, me gusta coleccionar algunas reliquias que han tenido historia. Y a Scorpius le encanta todo lo que tenga que ver con muggles.

Harry tenía entre sus manos la guitarra y acariciaba los relieves con sutileza, pensaba que iba acorde con toda la decoración elegante que tenía el lugar, con los ojos muy abiertos acariciando la pieza, volteó a mirar a Draco. La mirada de este estaba llena de ternura, Draco le sonrió, una amplia y hermosa sonrisa, la sonrisa que Harry había visto en aquel pequeño pensamiento que había creído que era un error, pero esa sonrisa era única y no podía haberla imaginado. Teniendo aquel rubio frente a él solo podía pensar que también iba acorde con aquel lugar, tan hermoso y elegante como él.

-Sí... es hermosa. - contestó, pero Harry no se refería a la guitarra entre sus manos, se refería a la sonrisa que estaba siendo dedicada por el hombre que estaba frente a él. Una punzada en el estómago volvió a invadirlo" ¿realmente será él? ¿Me estoy engañando? ¿O solo quiero que sea él? ¿Por qué él? "seguía pensando.