CAP.22- UNA JUGADA DEL DESTINO

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-Encuéntrame... ven a buscarme... estoy aquí...- Se escucho decir a una voz suplicante.


Harry abrió los ojos esperando encontrar aquella voz que lo llamaba, aquella persona que le estaba pidiendo que lo buscara. Cuando abrió los ojos, pudo ver nuevamente el bosque que se había manifestado en su último sueño. Emocionado se levantó de donde estaba tirado. Girando en su propio eje buscando alguna señal de vida que pudiera indicar quién le llamaba.

-Ven a buscarme... Eres mi recuerdo más feliz...

Después de escuchar esa frase una luz brillante nubló su vista al grado de tener que cerrar los ojos, la luz incandescente cesó para enseguida aparecer un hermoso león, con una melena abundante alrededor de su cara. Era un león plateado, grande y hermoso, lo más hermoso que Harry jamás había visto en la vida.

El león comenzó a caminar hacia Harry y éste avanzó a su encuentro, cuando por fin lo tuvo frente a frente, Harry no pudo evitar lanzarse a abrazar al hermoso león. La melena era suave como si tocara las mismas nubes, podía sumergir sus manos y perderse en lo sedoso de su cabello. Se aferraba al león con tanta fuerza que no era capaz de separarse, porqué sentía que una vez que lo hiciera éste iba a desaparecer.

- ¿En dónde estás? - Preguntó Harry al oído del león. Se separo un poco para mirar su cara y ver si podría encontrar algo en ese rostro que pudiera ayudarlos a encontrarse. Sintió una marea de emociones al encontrar aquella mirada que tantas noches lo abrazó. Aquellos ojos hermosos llenos de amor incandescente. Eran unos ojos grises claro, cristalino como agua pura que lo miraban con una ternura descomunal, como se observa la cosa más bella sobre la faz de la tierra o en este caso al ser más amado.

Cuando sus miradas se encontraron bastaron unos segundos para que el león se transformara en una línea plateada que comenzó a volar alrededor de Harry, lo envolvió entre sus lazos y comenzó a hacerse más y más delgada, se enredó en su mano hasta terminar siendo un hilo plateado que giro alrededor del dedo anular de la mano derecha de Harry. Formando así un anillo color gris plata, con unas líneas curvas como si fueran unas pequeñas grietas en forma de guías, en un color verde esmeralda, en medio tenía una piedra que al acercarse a verla se podía distinguir una nube color gris plata.

Harry se despertó de golpe, jadeando de la emoción, se incorporó para quedar sentado, lo primero que hizo fue ver su mano derecha. No podía creer lo que sus ojos estaban mirando, era el anillo que se había manifestado en su sueño, ahora se encontraba en su dedo anular. No daba crédito aquello que estaba pasando.

Harry llegó muy agobiado y triste de la madriguera por la reacción que Molly tuvo, antes de que regresara Molly del jardín Arthur le indicó a Harry que se retirara. Le pidió tiempo para que Molly aceptara y procesara todo aquello que estaba ocurriendo, él se encontraba bastante mal y ver a Molly no lo haría sentirse mejor.

El chico se había aparecido en casa, subió a la recamara y s tiró e, la cama sintiendo que su cuerpo no le pertenecía. Cuando se recostó, sintió que como si la cama lo absorbiera y callera al vacío. Estaba en total oscuridad con la sensación de estar al fondo de un pozo profundo cuando se quedó dormido mientras seguía sollozando de tristeza.

Se olvidó de tomar la poción para dormir sin sueños, hasta que despertó jadeando de la emoción, en estado de shock que le generó aquella situación, recordó que no la había tomado y al mirar a su costado se percató de que estaba solo. Ginny no había vuelto, al menos en la habitación a su lado no se encontraba.

Salió rápidamente a buscar a la chica, quería contarle lo que había pasado, estaba confundido, no sabía lo que ese anillo significaba, aun había muchas cosas que pasaban en el mundo mágico que le seguían sorprendiendo.

Bajó las escaleras, pero Ginny no estaba, pensó que estaría dormida en el sofá, corrió nuevamente hacia la escalera en busca de Ginny, en alguna de las habitaciones de sus hijos podría estar. Buscó en la habitación de James, no la encontró, entro de golpe en la habitación de Al, tampoco, Harry estaba desesperado no sabía que hacer, aquella situación lo rebasaba, era algo desconocido, algo extrañamente emocionante pero confuso.

Sin esperanzas pensando que la pelirroja no regresó a casa, revisó la última habitación. Estaba abrazando a Lily, las dos recostadas en la cama individual de la niña, apenas tenían espacio para ambas. Harry quería despertarla, estaba inseguro de hacerlo, se arrepintió de querer contarle a la que próximamente seria su exesposa, se imaginó el dolor que tal vez le causaría con aquello que quería contar. Dando un paso atrás, dio la espalda a la habitación, cuando iba a cerrar la puerta escucho la voz de Ginny.

- ¿Qué pasa, porqué estás corriendo por la casa? - Harry se asustó por la voz inesperada de Ginny, volteo para mirar a la mujer que se había incorporado en la cama para quedar sentada.

 -Nada... No pasa nada. Solo... me asuste un poco cuando no te mire en la cama. - Dijo Harry en voz baja para no despertar a la pequeña Lily que yacía dormida en su cómoda cama. se giró nuevamente dando la espalda a la habitación, caminando hacia el pasillo. Ginny se levantó y caminó hacia Harry, cuando llego a él lo abrazó por la espalda, recargando su frente en ella, tocando con su mano uno de sus brazos y la otra alrededor de la cintura, sujetándolo muy fuerte Ginny susurró.

- Lo vi... vi cuando apareció...- Ginny bajó lentamente deslizando con suavidad la mano que sujetaba el codo, hasta llegar a la muñeca y levantando la mano de Harry dijo

- Almas destinadas...



HARRY POTTER Y EL LUGAR DE SUS SUEÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora