CAP.80- PROMETO

57 2 6
                                    

— ¡CRUCIO!

El cuerpo cayó retorciéndose en el piso, con fuertes  movimientos, su columna se encorvaba los pies y manos se contraían, habían pasado años desde la última vez que su cuerpo recibió un crucio, se sentía tan familiar, aunque menos potente como los de la tía Bellatrix, pero aún así dolían, la electricidad insoportable recorriendo todo su cuerpo. El Fuerte grito de dolor y agonía resonaron en aquel lugar hueco y en lo único que logró pensar fue en "Harry".

Su cuerpo quedó tembloroso, intentaba controlarlo y no parecer un cobarde, resistirse, se mantuvo firme por un momento y a lo lejos se escuchaba el eco de unas voces discutiendo pero no identificaba a quien pertenecían. Y si lograba poner atención una gota de agua penetraba sus sentidos al caer, el piso se sentía frío y húmedo, un hedor a moho invadían sus fosas nasales. Intentó abrir los ojos pero una nube negra se formó ante él, se imaginó que el hechizo "obscuro"  era lo que impedía su visión, intentó mover sus extremidades "incarcerous".

— Se quien eres. No necesitas poner obscuros en mi. ¡Hijo de puta! - su valentía se ganó una patada en la cara y una fuerte carcajada de su captor.
A demás de un crucio parecía que eso no era suficiente para la tortura del cautivo, golpes en su estómago y sus costillas.

— Maldito traidor de sangre - otra patada en el estómago lo hizo temblar. Pudo sentir el crujir de sus costillas, solo pidió que no fueran tan miserable su suerte como para perforar algún órgano, y rogaba a Salazar, Merlin o quien sea que pudiera ayudar, que aquella agonía no estuviera en Harry.

Harry... recordó sus últimas palabras y le dolió más que los golpes que recibía.

Más golpes a su estómago, una a su rostro, escuchaba las fuertes carcajadas de diversión de su raptor. Draco escupió sangre, comenzó a toser ahogándose con el propio sabor en su boca era tan amargo, algo de bilis también debió salir junto con aquellos golpes.

— ¡CRUCIO! - una luz brillante pegó en su cuerpo, aunque no la podía ver, recordaba como era, sobre todo cuando comenzó a temblar de nuevo, aunque no eran períodos mayores a diez segundos, solo era un castigo, que por un momento creyó merecer, había sido tan estúpido, reaccionó de una manera tan estúpida, que esa era la consecuencia de su falta de tolerancia y lo merecía, se había ganado cada crucio y cada golpe, solo esperaba que Harry no sufriera por su culpa.

A penas doce horas atrás había pensado que estaba en el cielo, en el paraíso, en los brazos del ángel más hermoso que se había escapado  de la gloria para estar junto a él y ahora eso se sentía como él mismo infierno. Los espasmos que la maldición y la culpa eran suficientes para hacerlo querer morir.

Merecía morir, esa era la señal de que nada en su vida jamás estaría bien por siempre, esa era la señal de que siempre tendría sufrimiento, un Malfoy jamás podría tener total felicidad. Un Malfoy no puede amar, no puede tener nada bueno, nada tan bueno como Harry. "Merezco morir" "Harry es demasiado. Su amor es demasiado. No lo merezco".

— ¡CRUCIO!

********

Lily y Ellis caminaban hasta el altar donde se posaría la pareja de almas destinadas, era bajo el árbol de cerezo que Luna había plantado en el jardín de la Mansión Drarry, había sido la única colaboración que la pareja hizo; decidir donde querían el lugar de la ceremonia,  ese lugar era de suma importancia para ellos y muy especial. Mientras las niñas recorrían el camino, lo iban llenado con pétalos de flores blancas, y a su espalda caminaba la pareja de almas destinadas, con una hermosa sonrisa en sus rostros, relucientes, guapos y elegantes.

Habían elegido trajes sastres muggles de tres piezas en color blanco, igual para ambos que quedaba a la perfección para la complexión de sus cuerpos. Caminaban tomados de las manos sintiendo que flotaban con cada paso como si su recorrido fuera sobre nubes. Era el momento más perfecto que jamás se imaginaron algún día llegaría.

HARRY POTTER Y EL LUGAR DE SUS SUEÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora