El sonido algunas voces despertaron a Harry esa mañana, eran demasiado fuerte que lograban llegar hasta la habitación, Draco no había comentado que tendrían visitas "Narcisa" pensó Harry poniéndose sumamente nervioso, Narcisa había enviado unas cartas días atrás avisando de su llegada los próximos días para preparar el festejo de las almas destinadas, la celebración sería en los días que los niños estuvieran de vacaciones de navidad. Harry agudizó el oido y no era voz de mujer, era de varón pero no lograba identificar a quien pertenencia, abrió los ojos muy grandes sorprendido por el pensamiento que llego en ese instante "¿y si Draco me esta engañando en nuestra propia casa?" el corazón comenzó a latir aun con más velocidad, dejando sin aliento los pulmones. "Deja de estar pensando idioteces y baja" la voz molesta de Draco resonó en su cabeza.
Cuando Harry bajó a la cocina encontró a un Draco sentado recargado en la isla bastante malhumorado, con la cejas muy juntas y un color rojo en sus orejas. Cuando escuchó que Harry había llegado se giró lanzando una mirada acecina.
-Tú grandísimo idiota - Draco apuntaba con un dedo acusador a Harry- si no fuera por que te amo demasiado en este preciso momento te estaría maldiciendo. Lo estoy haciendo en mi mente. Imbecil. - diciendo esto, se giró nuevamente dando la espalda a Harry.
Sí, Draco se había molestado por el pensamiento que había tenido sobre el engaño y ahora Harry no sabía como calmar la rabia de aquel rubio colorado de furia.
-Lo siento... de verdad... me asusté un poco - Harry se acerco a Draco ignorando totalmente a la visita que estaba frente a ellos, rodeo con sus brazos la cintura de Draco dando suaves besos en su cuello.
-Iuu. Oh por el amor de Salazar, ¿harán esto frente a mi?
Harry no se había dado cuenta de quien estaba frente a ellos, casi nadie los visitaba, ni siquiera Luna iba, y era extraño tener a alguien más en casa. Pero Harry ignoró totalmente la voz del visitante y siguió disculpándose con Draco.
-Deja que se disculpe. Este miserable imbecil creyó que tenia a alguien aquí en la cocina y lo estaba engañando.
-Oh pero que hijo de...
-¡Blaise! - gritó Draco cuando lo observo sacando su varita para quien sabe qué quería hacer con ella.
-No es por ti, amigo. ¿Pero como se le ocurre a éste gran idiota que yo podría tener algo contigo? no te ofendas eres guapo y elegante, ¡claro! y con esos ojos gris brillante todos hermosos, pero no eres mi tipo, solo eres del tipo de Potter.
-No, no soy tu tipo, a ti te gustan las comadrejas pelirrojas - Draco sonrío divertido, el mal humor estaba bajando.
-Oye... no estes...
-¡TU CALLATE! - gritaron Blaise y Draco al unísono, fulminando con la mirada a un Harry arrepentido aun abrazado a la cintura de Draco. Éste solo hizo un gruñido de molestia.
-Lo siento compañero, pero tendrías que hacer algo más que solo darle besos en el cuello a Draquito para compensarlo por tu estupidez.
Draco volteo por sobre el hombro para encontrar a Harry recargado en él dedicándole una tierna sonrisa
- Perdón - la voz melosa con la que Draco no podía resistirse salió de Harry.-Blaise tiene razón, necesitaras más que una linda voz y besos tiernos para que olvide que eres un idiota. - Draco seguía en total indignación.
-Esta bien. Ya pensaré en algo. - una ligera sonrisa maliciosa se dejó ver en el labio de Draco complacido.
- Y bien. ¿A que debemos tu agradable y repentina visita? - Soltó Harry a Blaise con algo de sarcasmo.
-Bueno... como no han ido a las noches de reunión y su indispensable presencia es importante para todos - Blaise se paseaba de un lado a otro de la cocina, revisando los estantes, tomó una manzana del frutero la mordió y masticando aquel pedazo continuo diciendo.
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HARRY POTTER Y EL LUGAR DE SUS SUEÑOS
FanfictionDespués de la segunda guerra mágica todo marcha con normalidad. Harry formó una hermosa familia con Ginny Weasley, tienen tres hermosos hijos, es auror reconocido del Ministerio de Magia y está rodeado de muchos amigos que lo aman. Pero unos terrib...