CAP.4 -ALGO SIEMPRE SALE MAL

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Luna y Draco salieron poco después del café rumbo al parque a comprar la nieve de Luna, estuvieron un rato dando una caminata y después regresaron a la Mansión, Luna estaba ansiosa por perderse en el laberinto, era uno de sus pasatiempos favoritos cuando visitaba la mansión. Scorpius y ella jugaban escondidas dentro del laberinto, sabían que si se perdían bastaba con solo lanzar chispas rojas Draco los encontraría.

Draco estuvo el resto de la tarde en su despacho con más pendientes y Luna deambulo por los jardines. Antes de que comenzara a bajar el sol, Luna apareció en su puerta -Me hubiera gustado que los jardines de Hogwarts fueran así de hermoso, nuestras caminatas nocturnas habrían sido maravillosas.

-Necesitarían llevar a mi madre a cuidar de los jardines en Hogwarts, para mantenerlos así de hermosos... aun así, fueron maravillosas esas caminatas nocturnas - Draco le dedicó una sonrisa.

La chica estaba de pie caminando de un lado a otro, observando los cuadros que estaban en la oficina, ya los conocía, pero le gustaba verlos.

-Draco... ¿aún sigues sin perdonar a Harry por el ataque en el baño? - soltó de repente la chica, sin siquiera mirarlo, seguía observando la pintura muggle que tenía frente a ella. Era el cuadro de la noche estrellada de Van Gogh. Draco la había comprado, no era la original claramente, aunque le gustaba tener piezas auténticas, Luna le ha  dicho que no importaba siempre y cuando trasmitiera el mismo vibrante sentimiento que la original. A pesar de ser muggle había algo mágico en esa pintura que les gustaba a ambos.

La había puesto frente a su escritorio y amaba verla todos los días, le recordaba a su amiga y lo mucho que había resistido gracias a su amistad.

Luna estaba dando la espalda a Draco, este levantó la mirada.Era una costumbre que había adoptado la chica a la que él se había acostumbrado cuando lanzaba sus preguntas tan directas, se ponía de espaldas a él o miraba a otro lugar. Draco agradecía eso, sentía que le daba tiempo y espacio para contestar con toda sinceridad sin necesidad de presionarlo.

Este también observó la pintura, tomó un poco de tiempo antes de contestar finalmente suspiro hondo -yo... no necesito disculpar a Potter por eso. Él no tiene que pedirme perdón. Nunca lo he odiado por ello. El debió matarme, habría terminado con mi sufrimiento- su voz era cortada y casi como un susurro.

-Pero entonces él hubiera sufrido por ello. Ni si quiera mató Voldemort directamente, Harry no es un asesino- Luna se volteo a mirar a Draco. Este seguía muy atento en la pintura, movió su vista hasta encontrar los ojos azul cielo de Luna y le dio una media sonrisa - y tú no merecías morir- terminó diciendo. Mirándolo con ternura. Draco solo desvió la mirada y se enfocó de nuevo en uno de sus archivos que tenía en el escritorio.

-Les dije que me acompañarías, si no vas, van a creer que tuviste miedo-  Luna se regresó de nuevo al cuadro, pero esta vez dando una pequeña sonrisa, de triunfo. Sabía lo que esas palabras provocaban en un orgulloso Malfoy.

-Ese es un golpe bajo Luna Lovegood, eso es un golpe muy bajo- dijo sonriendo, sabiendo que su amiga había logrado dar en su orgullo.

Draco y Luna se aparecieron horas después en el callejón Diagon para caminar unas cuadras al pub.

-El azul es un color que combina con tus ojos, hiciste una buena elección, eso ayudará para que conquistes a un chico hoy- Luna siguió caminando casi en puntas y dando unos pequeños saltos. La peculiaridad con que Luna lo elogiaba hacía que sus mejillas se sonrojaran.

-No necesito conquistar chicos, Luna- dijo alzando una ceja queriendo parecer rudo, pero finalmente terminó sonriéndole a la chica. Luna lo tomó de la mano y lo llevó jalando para que se diera prisa.

HARRY POTTER Y EL LUGAR DE SUS SUEÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora