CAP.64- DEMENTOR

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Harry estaba de pie en la entrada de una torre, la marea pegaba en las rocas al borde de  ésta, a penas era posible estar fuera del inmenso mar con el poco espacio que estaba entre la marea y las rocas,  el cielo era negro y el aire helado, la constante sensación de tristeza estaba en todo el ambiente, la desesperanza y el miedo invadían cada centímetro de su piel.

Entró en la torre caminando lentamente por un pasillo oscuro, algunos gritos y llantos se escuchaban al momento de ir cruzando por el lugar, al final del al fondo había una celda, con un hombre tirado en lo que parecía una cama de piedra, un hombre extremadamente delgaado, de no ser por que se alcanzaba a percibir su lenta respiración Harry podría haber dado por hecho que era un cadaver. 

El hombre en la cama se giró, tenía la cara pálida, sin color, manchada de tierra y algunos moretones, cabellos plata cayendo hasta los hombros unos mechones cubriendo su rostro. Si aquel hombre seguía con vida era por poco tiempo, por su lenta respiración y la apariencia se podía detectar que moriría en poco tiempo. El hombre miraba sus pies, por un momento Harry pensó que era Lucius Malfoy,  pero cuando levantó la cabeza y Harry  chocó con la mirada de aquellos ojos gris, y se percató del destello plata en la mano del hombre deteriorado, pudo darse cuenta que era Draco.

Un vuelco al corazón le llegó, la respiración comenzó a acelerarse, ¿que había pasado con Draco?  ¿En qué momento se convirtió en eso que estaba frente a él? lo que alguna vez extintivo de vida y brillo que irradiaba en aquel hombre se había esfumado, no había ni una pizca de vida en todo su ser.  Harry se dejó caer a sus pies, llorando incontrolablemente.

-Es culpa mía. Todo esto es mi culpa. - Harry lloraba sin cesar. Draco levantó una mano con demasiado pesar para acariciar el cálido rostro de Harry.

-Lo haría de nuevo- la voz rasposa, lejana y a penas audible de aquel hombre resonaron en las paredes del horrible lugar. 

La celda  se puso frío recorriendo cada parte de su piel, era más fuerte de lo que Harry percibió cuando llegó al lugar, una inmensa tristeza y desesperanza invadieron nuevamente cada rincón de su alma, la habitación se hizo aún más oscura, dejando apenas visible la pálida piel del hombre sentado en la cama de piedra y sus cabellos largos color plata. El miedo surgió en toda la habitación, un enorme dementor hasechaba a los dos hombres.

El dementor se acercó lentamente, Draco comenzó a temblar sin control, el rostro se tornó de un color gris, sin vida, como si no circulará sangre por su cuerpo, Harry estaba en una esquina observando la escena; como iba saliendo del cuerpo de Draco lo poco que aún quedaba de vida, miraba como iba desapareciendo ante sus ojos el hombre que amaba.

Harry no se movía, seguía en una esquina con sus ojos llenos de lágrimas, quiso invocar su patronus, no podía, no encontraba un recuerdo que lo hiciera feliz, no desde que Draco dejó de estar a su lado, dejó de sentirlo cerca, cuando dejó de tocar su piel, mirar sus bellos ojos, no tenía un recuerdo feliz desde que habían arrebatado a Draco de su vida.

Harry estaba intentando gritar, Draco estaba tirado en el piso sin respiración, se acercó a él, no tenía pulso, sus labios estaban morados, no se movía, no respiraba, Draco estaba muerto...

Harry no podía gritar, no salía su voz, el pecho se apretó, con el cuerpo de Draco entre sus brazos, la marea de lágrimas surgían como las olas de aquel inmenso mar  que chocaban con las piedras al pie de la torre.

Harry se aferraba al cuerpo de Draco como si quisiera fundirse a éste y morir junto a él.

Soltó un grito ahogado, seguía sentado aferrado  con las manos en el pecho, moviéndose de adelante hacia atrás, con los ojos llenos de lágrimas, ahogado de su propia tristeza, una mano se posó en su espalda.

HARRY POTTER Y EL LUGAR DE SUS SUEÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora