I CAN SEE YOU (YOUNG MIKO)

•Capitulo 4•

MIKO

|CHICA DE LA PLAYA|

Después del bullicio con la chica castaña, regresamos a nuestros departamentos. Mariana nos esperaba en la cocina, disfrutando de una cena tranquila.

—¿Cómo les fue en la playa?—preguntó Mariana sin levantar la vista de su plato.

—Un poco alocao'. Nos encontramos con una chica perdida y sin phone—respondió Mauro mientras se dejaba caer en un sillón cercano.

Me hundí en el sofá, inmersa en mis pensamientos. Esa chica castaña, con sus ojos verdes y matices marrones, aún rondaba mi mente. Su presencia era impresionante, casi de modelo. No podía sacarla de mi cabeza.

—¿En qué piensas, Miko?—me sacó de mis pensamientos Mariana, con curiosidad.

—Parece que se ha enchulado de la chica de la beach. No dejaba de mirarla, toda una descarada—comentó Andy con una sonrisa irónica.

—Mucho hablan de esa nena—Mariana también rodó los ojos—. Miko, deberías descansar. Mañana tenemos una reunión en el estudio con la modelo que hará la portada de tu nuevo álbum.

—¿De dónde crees que sea?—preguntó Andy a Mauro, buscando conversación.

—Seguramente es de Venezuela, porque me dijo "chamo"—respondió Mauro con una sonrisa.

Decidí levantarme del sillón y dirigirme a mi habitación. Cogí mi teléfono y abrí Instagram, buscando distracción. Sin embargo, no podía dejar de pensar en esa chica. Su imagen seguía presente en mi mente: su cuerpo, sus ojos, todo en ella era una verdadera maravilla.

Me tumbé en la cama, tratando de concentrarme en las publicaciones que aparecían en mi feed, pero la imagen de ella seguía interrumpiendo mis pensamientos. Las fotos y las historias se volvían un borrón mientras mi mente revivía los momentos en la playa, ese encuentro inesperado que me había dejado tan intrigado.

Finalmente, me rendí y decidí cerrar la aplicación. En lugar de distraerme, estaba más obsesionado que nunca. ¿Quién era realmente esa chica? ¿Volvería a cruzarme con ella? La idea de descubrirlo me mantenía despierto, y el sueño parecía un lujo inalcanzable en ese momento.

Me pasé un buen rato dando vueltas en la cama, incapaz de despejar mi mente de la imagen de la chica de la playa. De repente, escuché un golpeteo en la puerta. Era Mariana.

—Oye,Vic, ¿te importa si vemos una película?—preguntó Mariana.

—Claro, ven—respondí, tratando de ocultar mi preocupación.

Mariana se acomodó en la cama conmigo, pero antes de que pudiéramos decir algo más, escuchamos a Andy desde el pasillo.

—¿Qué pasa, Mariana?—preguntó Andy, curioso.

—Vamos a ver una película. ¿Quieren bajar a ver con nosotras?—respondió Mariana.

Andy y Mauro se asomaron por la puerta, sonriendo.

—¡Vamos, que ya estamos en la sala!—dijo Mauro, emocionado.

Nos levantamos y bajamos a la sala, donde Mauro había preparado algunas botanas. Nos acomodamos en el sofá y pronto empezamos a ver una comedia ligera. Aunque trataba de disfrutar del momento, mi mente seguía regresando a la chica de la playa.

—¿Todo bien, baby?—preguntó Andy, notando mi distracción.

—Yeah, solo estoy un poco tired—mentí, tratando de sonar convincente.

Mientras la película avanzaba y las risas llenaban la sala, me esforzaba por concentrarme en la trama. Sin embargo, la imagen de la chica seguía interrumpiendo mis pensamientos. La presencia de mis amigos y la comedia en la pantalla ayudaban a distraerme, pero no podía olvidar el encuentro inesperado que había tenido en la playa.

[...]

Íbamos de camino al lugar donde íbamos a ver a la modelo. Mientras los chicos seguían haciendo bromas y riendo, yo me mantenía concentrada en la carretera.

—No jodas, Andrea—dijo Mauro, indignado.

—¿¡Qué!? Tú sabes que es una broma, baby. Tú eres mi favorito—intentó arreglar Andy, con una sonrisa.

Tras un rato de viaje, llegamos al set. Nos bajamos del carro y nos dirigimos al lugar. Las luces ya estaban encendidas y todo estaba listo. Mariana parecía reconocer a una chica pelirroja que estaba parada cerca del equipo.

La pelirroja estaba hablando con alguien, y lo único que pude escuchar de la persona que estaba parcialmente oculta detrás de ella fue un insulto.

—Tengo una arrechera ahora mismo, maldito ese, vale—exclamó, visiblemente molesta.

—Hey, ¿Elena, verdad?—dijo Mariana.

Pude ver cómo Mariana se alejaba con la chica pelirroja para poder hablar.

Me di la vuelta y reconocí a la castaña. Ella era la que había estado en la playa anoche.

«Fuck» solté en un susurro, sorprendiéndome por el inesperado encuentro.

Ella me miró. Su expresión era serena y más calmada que la noche anterior. Me dedicó una sonrisa cálida y se acercó hacia nosotros. Los chicos notaron su presencia y le saludaron con la mano.

—Mucho gusto, Madeline Bennett—dijo ella, extendiendo la mano hacia mí—. Una disculpa por lo de ayer, que vergüenza.

Sus mejillas se sonrojaron, y aunque trataba de mantener la compostura, se veía increíblemente tierna. Acepté su saludo con una sonrisa genuina.

—Don't worry, de verdad—dije—. A veces las cosas pasan.

Mientras los chicos intercambiaban bromas y charlaban con ella, me fijé en cómo se movía con una gracia natural y cómo su risa era contagiosa. La tensión de la noche anterior parecía desvanecerse poco a poco, y me sorprendía lo cómodo que me sentía con ella ahora.

Mariana volvió a nuestro lado después de hablar con Elena y el resto del equipo.

—Todo está listo para comenzar—dijo Mariana, con una expresión satisfecha—. Madeline, Miko, les dejo para que se conozcan un poco más.

Mariana se alejó con Elena y el resto del equipo. Quedé sola con Madeline y los chicos. Mientras nos preparábamos para la sesión, la conversación fluía con facilidad, y la incomodidad de la noche anterior se desvanecía.

Madeline me miró con curiosidad y una sonrisa juguetona.

—Así que, ¿qué tal si hablamos un poco mientras nos preparamos?—sugirió, claramente interesada en conocernos mejor.

Asentí, tratando de mantener mi calma mientras una mezcla de emociones y expectativas burbujeaba en mi interior.

HOLIIIII, ESPERO LES GUSTEEEEEE💗💗💗💗

BAIII, LES MANDA UN BESO, NIX💗