Madeline Bennett, una reconocida modelo de Inglaterra, aceptó una invitación para una entrevista que prometía ser distinta a cualquier otra que hubiera tenido antes. Con nerviosismo y curiosidad, se preparaba para lo inesperado.
-Por cierto, ¿has oí...
La noche de ayer habíamos llegado a Londres. Mis amigas se fueron para su departamento y volví a mi soledad. Decidí salir por la mañana a una cafetería. Entré a mi Tesla y empecé a manejar unos minutos. Cuando parqueé mi auto, me bajé para caminar hacia la cafetería y entré.
—Hola, buenos días. ¿Me puedes dar un latte de vainilla y un croissant de chocolate, por favor?
Me senté para esperar hasta que mi pedido estuviera listo, cuando me llegó una notificación.
baby miko: El rojo e' tu color, baby.
maddie_Bett: ¿Qué?
baby miko:
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Salía yo con mi café en la foto. Volteé a ver a todos lados hasta que la vi y me saludó con una sonrisa coqueta. Estaba sola en la mesa, no andaba con ninguno de sus amigos.
Maddie_Bett: No sabía que eras una acosadora, Victoria.
baby miko: No lo soy, babe. Eres muy fácil de reconocer.
Maddie_Bett: Claro, solo mírame, soy muy linda para ignorar.
baby miko: Pue qué te digo, si ta' chula.
Maddie_Bett: ¿No me quieres hacer compañía?
Cuando leyó mi mensaje, pude ver que se levantaba de su asiento y se acercaba a mí. Se sentó a mi lado, y pude ver a la platinada. Llevaba una sudadera rosada con el gorro puesto, que en parte cubría su rostro, y unos pantalones anchos.
—Hello, baby.
—Hi—, dije—. No sabía que estabas acá, ¿tienes concierto?— pregunté en inglés.
—Yeah, no esperaba encontrarte.
Nos quedamos mirándonos en silencio por un momento.
—Te ves increíblemente bien en rojo—, dijo, rompiendo el silencio con una sonrisa que hacía que mi corazón latiera más rápido.
—Gracias. Tú tampoco estás nada mal—. Intenté sonar casual, pero mi voz traicionó un ligero nerviosismo.
Ella se rió suavemente y me miró a los ojos, esos ojos que parecían leerme el alma.
—¿Qué te trae por aquí? Además del concierto—, pregunté, intentando desviar la atención de mí misma.
—Solo concierto y algunos compromisos, pero estoy contenta de haberte encontrado. ¿Tienes planes para hoy?
—Nada específico. Pensaba pasear un poco, disfrutar de la ciudad.
—Perfecto. Tal vez podamos hacerlo juntas—. Su propuesta fue acompañada de una mirada que prometía diversión.
