•Capitulo 44•

1K 88 28
                                    

MADELINE
|LA NOVIA MÁS SEXY|

Nos encontrábamos en New York otra vez, una ciudad que había sido parte de mi vida por el mundo del modelaje. Los edificios altísimos y las calles siempre llenas de gente me recordaban por qué este lugar era tan especial para mí, y también por qué tenía una relación de amor-odio con él. Regresábamos esta vez por trabajo, yo para una sesión de fotos importante, y Vic, o mejor dicho Miko, para dar un concierto. A pesar de nuestras agendas ocupadas, estábamos emocionadas por estar aquí juntas.

La sesión de fotos esa mañana fue intensa. El equipo estaba increíblemente enfocado, y cada detalle era tratado con precisión milimétrica. Me tocaba modelar una serie de atuendos que eran a la vez deslumbrantes y pesados, un contraste que hacía el trabajo tanto más desafiante como gratificante. Las luces brillaban intensamente sobre mí mientras me movía frente a la cámara, consciente de cada ángulo, cada expresión.

—Maddie, chin up just a little, eso es—. La voz del fotógrafo era firme pero amable, dirigiéndome con paciencia mientras ajustaba la iluminación.

Después de varias horas, finalmente llegó la tarde. La sesión había sido un éxito, y aunque estaba agotada, la emoción por lo que venía después me mantenía con energía. Esa noche sería el concierto de Vic, y había una especie de nerviosismo en el aire. No porque dudara de su capacidad para deslumbrar en el escenario, sino porque sabía que, como siempre, habría una multitud que estaría encantada de mostrar su aprecio... de maneras bastante obvias.

De vuelta en el hotel, me preparé con mis amigas para el concierto. El ambiente en la habitación era animado mientras elegíamos nuestras prendas y nos arreglábamos el maquillaje. Sabía que tenía que lucir bien, no solo por mí, sino porque estaría al lado de Vic, y había una presión silenciosa en eso.

—So, Maddie, are you ready para ser el centro de atención?—. dijo Mariana con una sonrisa traviesa mientras me entregaba un par de tacones.

—No sé quién será más el centro de atención, si yo o Vic recibiendo todos esos... regalos—. Respondí con una risita, aunque sentía un pequeño nudo en el estómago.

Finalmente, estábamos listas y salimos hacia el lugar del concierto. La noche neoyorquina nos envolvió mientras nos dirigíamos al auto que nos llevaría al evento. Las luces de la ciudad brillaban como siempre, pero esta vez tenían un brillo especial, uno que solo se percibe cuando sabes que algo emocionante está a punto de suceder.

Al llegar al lugar del concierto, el ruido y la emoción de la multitud eran inconfundibles. Las luces brillaban intensamente mientras los fans se agolpaban alrededor de las entradas, esperando ansiosos por ver a Vic en acción. Sabíamos que el espectáculo sería increíble; después de todo, Miko siempre lo daba todo en el escenario. Pero antes de eso, teníamos un pequeño ritual que cumplir: pasar por su camerino para darle un último empujón de ánimo.

Nos dirigimos hacia los pasillos detrás del escenario, esos que estaban llenos de técnicos corriendo de un lado a otro, ajustando cables y revisando equipos. Las paredes estaban llenas de posters y arte alusivo al evento, lo que solo aumentaba la adrenalina en el ambiente. Mariana y Maggie iban a mi lado, charlando animadamente sobre lo increíble que sería el show.

—¿Crees que va a tocar alguna canción nueva?— preguntó Maggie, sus ojos brillando con entusiasmo.

—Seguramente— respondí, aunque mi mente estaba más enfocada en lo que encontraríamos en el camerino.

Cuando llegamos, empujé suavemente la puerta, y ahí estaba Vic, sentada frente a un gran espejo iluminado, con su característica concentración mientras un estilista le ajustaba el cabello. Lucía espectacular, como siempre. Vestía un atuendo que combinaba a la perfección su estilo urbano con un toque de elegancia que solo ella podía lograr. Sus tatuajes se asomaban por debajo de la ropa, añadiendo ese toque rebelde que tanto le caracterizaba.

I CAN SEE YOU (YOUNG MIKO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora