•Capitulo 24•

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MADELINE
|TENSION|

Después de responder las preguntas al reportero, sentí el peso de las miradas sobre nosotras. Sabía que todo esto desencadenaría una oleada de especulaciones. Mientras caminábamos hacia el auto, Vic me puso su mano en la cintura, un gesto que me reconfortó más de lo que estaba dispuesta a admitir.

—Están obsesionados con ustedes dos, que dejen vivir la vida—, comentó Maggie con frustración mientras subíamos al auto.

Asentí sin decir nada, buscando un poco de calma en medio del caos. Vic, sentada a mi lado, me dio un pequeño apretón de mano, una muestra de apoyo que me hizo sentir un poco mejor.

—¿Qué tal si vamos a cenar para dejar ese mal rato que les hicieron pasar?— propuso Elena, y todos aceptamos.

Cuando llegamos al restaurante, pedimos nuestra mesa y, en unos minutos, el camarero llegó para tomar nuestra orden. La conversación se desvió hacia anécdotas de la pasarela, incluyendo alguna caída que fue recibida con risas y comentarios sobre si era parte del show.

De repente, sentí una mano en mi hombro. Miré hacia el grupo de amigos, pero la expresión de Miko fue la que más me llamó la atención; ella rodó los ojos con desdén al ver a la persona que se acercaba.

—Madeline, ¿podemos hablar?— la voz de Ángela resonó en el aire.

—Nunca creí que Maddie tuviera una acosadora—, dijo Maggie con sarcasmo, haciendo que me sonriera con una mezcla de sorpresa y diversión.

Me levanté de mi asiento y caminé hacia el baño del restaurante con Ángela siguiéndome. Cuando entramos, ella cerró la puerta detrás de ella y me miró con intensidad.

—¿Qué?— pregunté, con un tono que indicaba que no estaba de humor para juegos.

—Madeline... ¿estás saliendo con esa cantante?— su tono reflejaba desagrado.

—"Esa" tiene nombre y es Victoria. Y para tu información, no tengo por qué explicarte si estoy saliendo con ella o no— respondí, elevando un poco mi voz.

—¿Ahora resulta que la defiendes? Nunca creí que llegaras a caer tan bajo al estar con una cantante que se ve... de esa manera y esos tatuajes.

—No caí bajo y no es de tu importancia si estoy con ella. Y, para que lo sepas, al menos Victoria me da la atención y el respeto que merezco, algo que tú nunca hiciste.

Me volví y salí del baño, dejando a Ángela con una expresión de sorpresa y enojo. Al regresar a la mesa, noté que mis amigos me miraban con curiosidad, pero decidí no comentar nada. Me senté de nuevo y traté de enfocar mi atención en la conversación, aunque la conversación con Ángela había dejado una sombra sobre mi noche.

Después de la cena, nos dirigimos a nuestros hoteles. Victoria me había invitado a quedarme con ella esa noche, y acepté sin dudar. Al llegar a su habitación, ella cerró la puerta detrás de mí con un clic definitivo.

Cuando me giré, lo primero que sentí fueron sus labios presionándose desesperadamente contra los míos. Sus manos se aferraron a mi cintura, acercándome más a ella. La intensidad del beso nos dejó sin aliento, y cuando finalmente nos separamos, el aire se sentía pesado entre nosotras.

—Me aguanté las ganas de besarte antes, porque si lo hubiera hecho, las noticias se habrían descontrolado—, me susurró al oído, su voz cargada de deseo.

Me mordí el labio, buscando palabras que no llegaron. Sentía la atracción y la tensión en el aire, como si todo estuviera a punto de explotar. Victoria me miró con intensidad, sus ojos reflejando el mismo deseo que yo sentía.

I CAN SEE YOU (YOUNG MIKO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora