•Capitulo 30•

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MADELINE
|UN WHIM|

El ruido de la música y las luces parpadeantes del antro parecían distorsionar el tiempo. Aunque estábamos de vuelta en Londres y la noche apenas comenzaba, todo en mi cabeza se sentía lejano, difuso. Jared, que estaba a mi lado, intentaba animarme a disfrutar la noche, pero yo no podía dejar de pensar en los últimos días, en las señales que Maggie había mencionado sobre Elena, y ahora, en los mensajes que acababa de recibir.

—¿Cómo te va con Miko?— preguntó Jared, inclinándose hacia mí para que pudiera escucharlo mejor.

—Bien, supongo— respondí con una sonrisa que no llegaba a mis ojos.

—¿Ya son novias?— continuó, acercándose un poco más, mientras la música subía de volumen.

Negué con la cabeza y reí ligeramente, pero no era una risa auténtica. —No, solo tenemos... ajá de vez en cuando—. Admitirlo en voz alta sonaba incluso más vacío de lo que esperaba, y Jared, notándolo, se rió conmigo.

Rodeé los ojos y miré hacia la zona VIP, donde Maggie y Elena estaban sentadas, aparentemente disfrutando de la noche, pero yo sabía que todo no estaba bien. Desde la última vez que Maggie me habló, su relación no había mejorado, y aunque ella intentaba ocultarlo, no podía dejar de notar las pequeñas señales de distancia entre ellas.

—¿Crees que le sea infiel?— preguntó Jared de nuevo, con un tono más serio.

Suspiré y miré mi copa antes de responder. —Nunca creería eso de Elena. Pero si lo hiciera, perdería una gran chica como Maggie—. Dije, sintiendo un nudo en el estómago. Elena era una de mis mejores amigas, pero incluso con eso, no podía negar que algo no estaba bien.

Mientras intentaba distraerme con la bebida, noté una mirada fija en mí. Al levantar la vista, vi a una chica de cabello negro, con tatuajes visibles en su brazo, que no dejaba de mirarme. Su sonrisa era amigable, pero yo no tenía intenciones de llevar las cosas más allá. Aunque Victoria y yo no éramos oficialmente nada, la idea de estar con otra persona no me hacía sentir bien.

«Ya caíste, pendeja», me dije a mí misma, pero sin poder reprimir el pequeño sonrojo que subía por mis mejillas.

El teléfono vibró varias veces en mi bolso, distrayéndome de la situación. Al ver los mensajes, sentí que el mundo a mi alrededor se desvanecía por un segundo.

baby miko:
Hey Madeline, quiero decirte algo.

Con todo esto que ha pasado entre nosotras creo que será mejor que no se vuelva a repetir, solo fue un whim.

Será mejor que no nos volvamos a ver.

Me quedé mirando la pantalla, sin saber cómo reaccionar. El mensaje me dejó sin palabras y sin humor para continuar la conversación con Jared. Sentí un vacío en el pecho, uno que no esperaba sentir tan profundamente. De repente, todo lo que había estado aguantando en mi mente se derrumbó. Victoria y yo nunca habíamos sido nada oficial, pero leer esas palabras me hizo darme cuenta de cuánto la había dejado entrar en mi vida.

Jared se alejó de mí, probablemente notando mi cambio de humor, y mientras lo hacía, la chica de cabello negro que me había estado mirando se movió para sentarse frente a mí.

—Hola, linda— saludó con una voz suave, llena de confianza.

—Hola— respondí, con un tono distante, mientras mi mente seguía perdida en el mensaje de Victoria.

Intenté enfocarme en la conversación, en la música, en el ambiente del antro, pero todo parecía haberse apagado en mi interior. El dolor de las palabras de Victoria era demasiado reciente, demasiado crudo. Sabía que esa noche no sería lo que Jared esperaba, y la verdad, tampoco lo sería para mí.

I CAN SEE YOU (YOUNG MIKO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora