•Capitulo 56•

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MADELINE
|LA MUDANZA|

Todo con Victoria había ido increíblemente bien después de la confrontación. La noche anterior, habíamos salido a cenar en un restaurante íntimo, donde ella me sorprendió con un collar de rubí. La piedra preciosa, que reflejaba la luz de manera encantadora, era un símbolo de su amor y su compromiso conmigo. A pesar de las tensiones anteriores, su gesto me hizo sentir más cerca de ella y aliviada.

A la mañana siguiente, Victoria seguía dormida en la cama. Aproveché para levantarme y prepararme un café. La mañana se presentaba calurosa, y me senté en el desayunador mientras revisaba los mensajes en mi teléfono.

Elena💗
Maddie, necesito tu ayuda.

Holi, claro, dime en qué.

Nos vamos a mudar con Maggie a otro departamento mucho más grande, y me estoy desesperando porque es demasiado terca.

Jaja, claro, llegaré con Vic para poder ayudarlas.

Dejé mi teléfono a un lado y vi a Victoria al frente, viéndome con una sonrisa.

—Buenos días, bonita—. Me acerqué a ella y le di un beso de buenos días.

—Good morning, baby—. Me respondió, envolviéndome en sus brazos.

—Elena me preguntó si podemos ayudarla con su mudanza—. Le dije, y ella asintió con entusiasmo.

Después de haber desayunado, nos dirigimos en auto al nuevo departamento de Elena y Maggie. El camino estuvo lleno de charlas sobre planes futuros y anécdotas divertidas. La atmósfera en el auto era relajada, y el sol brillante de la mañana parecía reflejar nuestro estado de ánimo.

Cuando llegamos al nuevo departamento, el caos de la mudanza era evidente. Cajas estaban apiladas por toda la sala, y el nuevo gatito anaranjado, Lila, corría entre las cajas con curiosidad. El lugar aún tenía un aire de desorden que contrastaba con la emoción de la nueva etapa.

—¡Hola, Lila, te extrañé mucho!—. Dije, mientras el gatito ronroneaba contento al verme.

—¡Al fin llegan!—. Dijo Elena, con voz cansada pero aliviada—. Gracias por venir.

Se notaba el esfuerzo que había puesto en la organización del nuevo hogar. Había cajas etiquetadas por habitaciones y una pequeña zona de descanso donde estaban las bebidas y bocadillos que había preparado para nosotros.

Durante la mudanza, entre risas y un poco de caos, el ambiente se llenó de camaradería. A medida que ayudábamos a mover cajas y muebles, la conversación fluía naturalmente.

—No puedo creer lo que me costó convencer a Maggie de dejar algunas cosas—. Dijo Elena, riendo mientras movíamos una caja pesada—. Es muy terca con sus cosas.

—Eso me recuerda a ti cuando quisiste mantener esos posters de bandas de hace diez años—. Contesté en tono bromista.

—Cállate, Madeline, eso es del pasado—. Respondió la pelirroja, riendo también.

Mientras trabajábamos, la música de fondo ayudaba a mantener el ánimo alto. Victoria y yo nos encargamos de colocar las cajas en las habitaciones correctas, y a veces, el peso de las cajas parecía convertirse en una excusa para intercambiar bromas y recuerdos.

En un momento, Maggie y Elena tomaron un descanso para tomar agua, y Victoria y yo aprovechamos para acomodar un par de cajas más. El sol empezaba a bajar, y la luz dorada que entraba por las ventanas le daba al departamento un toque cálido y acogedor.

Finalmente, después de varias horas de trabajo, la mudanza estaba casi completa. Elena y Maggie estaban exhaustas pero felices con el resultado. Las cajas que aún quedaban eran las que contenían artículos decorativos, y el mobiliario esencial ya estaba en su lugar.

—No sé qué hubiéramos hecho sin ustedes—. Dijo Maggie, sonriendo y abrazándonos—. La ayuda fue invaluable.

—Siempre estamos aquí para ustedes—. Respondí—. Ahora solo falta terminar de acomodar algunas cosas.

Después de ayudar con la organización, Elena y Maggie nos invitaron a quedarnos un rato para relajarnos. Nos acomodamos en el nuevo sofá, charlando y disfrutando de unas bebidas mientras el sol comenzaba a ponerse.

—Este lugar es maravilloso—. Comentó Victoria, admirando el espacio—. ¿Qué opinas, Maddie?

—Es increíble—. Respondí, sintiéndome cómoda en el nuevo ambiente—. Ustedes han hecho un gran trabajo.

—Pronto podríamos mudarnos tú y yo—dijo Victoria mientras me daba un beso en los labios—. Y que sea en Puerto Rico de preferencia.

—Tonta—fue lo único que pude decir, sonriendo.

El timbre del nuevo departamento sonó y Maggie corrió a abrir la puerta. Después de un rato, apareció con unas bolsas de comida y parecía extremadamente emocionada.

—¡Llegó la cena! Al fin, porque me moría de hambre—dijo, dejando las bolsas en la mesa.

Mientras nos acomodábamos en el salón, el ambiente se volvió aún más acogedor con la llegada de la comida. Los platos llenos de delicias nos ofrecieron un alivio bien recibido, y el cansancio de la mudanza empezó a desvanecerse entre risas y charlas.

—¿Y ustedes cómo van?—preguntó Elena, con una sonrisa curiosa—. ¿Todo genial?

—Sí, ya todo se aclaró y ahora estamos felices—respondí, sintiendo una oleada de alivio al hablar de la reconciliación.

—Eso es bueno—dijo Elena, levantando su copa—. Porque si no, me hubiera tocado ir a buscar a Victoria con una pala—añadió con tono juguetón, haciendo que todos soltáramos una risa.

—No te preocupes, si hubiera hecho algo mal ya me hubiera enfrentado a ti—dijo Victoria, riendo mientras se escondía detrás de su plato.

—Por favor, no hagas eso—dije, con una sonrisa burlona—. Sabes que si Elena te encuentra con una pala es solo porque está buscando excusas para usarla contra Jared.

—¡Oye!—exclamó Elena, con una mano en el corazón—. Solo quería que supieran que soy la guardiana de la felicidad de Maddie. No de mis más errores.

—Eso no quita que golpeaste a Jared porque andabas enojada—respondió Maggie, burlándose de su novia.

—Puñeta, qué agresiva saliste—dijo Victoria, riendo.

—¿Y tú creías que me ibas a dejar sola con esta pandilla de locos?—respondió Elena, con una sonrisa—. Si no me defiendo, no podría vivir en paz.

La conversación continuó con más bromas y comentarios ligeros. La tarde se deslizaba en un ambiente cálido y relajado, donde el cansancio de la mudanza se olvidaba entre risas y anécdotas compartidas. Mientras ayudábamos a desempacar y organizarnos.







 Mientras ayudábamos a desempacar y organizarnos

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HOLIIIIII, les tengo una triste noticia que esta historia muy pronto llegará a su fin. 😔

BESOS NIX 💗

I CAN SEE YOU (YOUNG MIKO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora