Madeline Bennett, una reconocida modelo de Inglaterra, aceptó una invitación para una entrevista que prometía ser distinta a cualquier otra que hubiera tenido antes. Con nerviosismo y curiosidad, se preparaba para lo inesperado.
-Por cierto, ¿has oí...
Hoy era el día del gran evento, y para mi buena suerte, Victoria no sabía que yo estaba aquí. Mis amigas y yo llegamos al lugar con anticipación. Aunque todo parecía tranquilo, sentía una mezcla de tristeza y enojo por Carre. Tras un largo rato de espera, me apresuré a bajar para dirigirme al interior, donde sabía que Miko se estaba preparando para su actuación.
Mis amigas se quedaron en la sala principal mientras yo descendía con cuidado. Mi teléfono vibró con un mensaje, y al leerlo, no pude evitar sonreír.
Vicky 💘 Hello baby, pronto voy a salir, i miss you.
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Yo también te extraño, suerte bonita.
Ojalá verte en este momento, en serio te extraño :(
Cuando leí el mensaje, noté que Victoria estaba justo delante de mí, de espaldas. Mariana me observó con ojos sorprendidos, y le hice un gesto para que no dijera nada. Ella asintió en silencio.
Con mucho cuidado, me acerqué a Victoria. Podía ver que ella estaba rodeada de chicas que la miraban con admiración. Sin hacer ruido, rodeé su cintura con mis brazos. Ella se tensó al principio, pero cuando giró la cabeza y me reconoció, sus ojos se abrieron con sorpresa.
—Aquí estoy, vicky—le susurré al oído, estirándome para alcanzar su cuello.
—No me jodas, puñeta—exclamó, reconociéndome de inmediato. Me abrazó con tanta fuerza que mis pies casi se levantaron del suelo debido a su altura. —Maddie, ¿por qué no me dijiste que estabas aquí?
—Porque era una sorpresa—le respondí con una sonrisa, mientras le daba un beso suave en los labios.
Victoria me miró con una mezcla de asombro y felicidad. Su abrazo se volvió aún más apretado, reflejando el alivio y la emoción que sentía. El esfuerzo por mantener la sorpresa había valido la pena. En ese momento, nada importaba más que estar juntas.
Victoria me mantuvo abrazada por un momento, disfrutando de la cercanía como si estuviera intentando memorizarla. Finalmente, nos separamos y vi cómo su rostro se iluminaba con una sonrisa radiante.
—¿Cómo llegaste aquí sin que me diera cuenta?—preguntó, aún incrédula.
—No es fácil, pero con un poco de ayuda y mucho sigilo se puede lograr—respondí, riendo.
—Te extrañé tanto—dijo Victoria, dándome otro beso en los labios.
—Yo también te extrañé—le aseguré, mientras pasaba la vista por el lugar. El ambiente estaba lleno de energía, y la emoción en el aire era palpable. —¿Estás lista para salir?
—Sí, solo quería ver cómo llegabas—dijo con una sonrisa traviesa.
Nos dirigimos hacia el área de backstage, donde el equipo estaba ultimando los detalles para el evento. Victoria me presentó a algunas personas y me hizo sentir cómoda entre su círculo. La platinada estaba radiante y parecía disfrutar cada momento, a pesar del estrés que implicaba prepararse para una actuación en vivo.
