Madeline Bennett, una reconocida modelo de Inglaterra, aceptó una invitación para una entrevista que prometía ser distinta a cualquier otra que hubiera tenido antes. Con nerviosismo y curiosidad, se preparaba para lo inesperado.
-Por cierto, ¿has oí...
—Yo solo diré que estuviste genial—, dijo Mariana desde el otro lado de la llamada.
—Es verdad, baby, desde ahora serás mi modelo favorita—, comentó Victoria, dándome un guiño a través de la pantalla.
Estaba en videollamada con Vicky, quien estaba de concierto durante el día de mi pasarela. Nos habíamos pasado más de tres horas hablando sobre todo y nada, desde las idioteces del día hasta los detalles de mi desfile.
—Siento que te agarré odio a la nena esa, ¿cómo puede querer opacarte después de todo lo que has hecho?—, dijo Mauro con disgusto.
Solté una carcajada, sabiendo que su frustración era genuina. Mientras tanto, Elena apareció en la habitación, sosteniendo un café frío que me entregó.
—Lamento decirte que tienes que cortar la llamada con tu novia—, dijo, y yo le lancé una mirada fulminante al escuchar el término que usó. —Tenemos que irnos antes de la entrevista.
Me había olvidado por completo de la entrevista programada para ese día. Sabía que algunas preguntas serían sobre Victoria, pero decidí aceptar la entrevista porque no podía permitirme perder ninguna oportunidad.
—Te escribo luego, besos—, le dije a Victoria.
—Cuídate, baby—, respondió ella antes de que colgara la llamada.
Agarro mi bolso y salimos del hotel. Fuera, un Tesla negro nos esperaba. Subimos al auto y noté la mirada inquisitiva de Elena.
—¿Qué?—, pregunté, confundida.
—¿Tú y Victoria?—, inquirió Elena, y yo negué con la cabeza.
—Nada, simplemente amigas y ya.
—Claro, Maggie y yo fuimos mejores amigas y terminábamos cogiendo a escondidas. Ahora es mi novia, así que no me vengas con ese cuento porque ese libreto ya me lo sé—, dijo, con una sonrisa astuta.
Ya te dije, nada que ver—, insistí, aunque no pude evitar sonreír ante su comparación. —Simplemente somos amigas. Se que pasaron algunas subida de tono, pero no ha vuelto a pasar.
«Cogiste en la cocina» a veces siento que tengo esquizofrenia y es mi mayor hater.
Elena alzó una ceja, claramente no del todo convencida, pero decidió cambiar de tema mientras el Tesla avanzaba por las calles de la ciudad.
—De todos modos, la entrevista va a ser interesante. Tienes que estar lista para preguntas sobre tu carrera y, sí, también sobre tu vida personal.
—Lo sé. Estaré bien. —respondí, tratando de parecer tranquila.
El auto llegó a los estudios de la entrevista. Salimos y nos dirigimos hacia la entrada. Elena me miró una vez más con curiosidad, pero no dijo nada más al respecto.
Dentro del edificio, el equipo de producción ya estaba preparándose. Me ofrecieron un espacio para arreglarme antes de comenzar. Me miré en el espejo, ajustando mi atuendo y repasando mentalmente las respuestas a las posibles preguntas.
La entrevista comenzó puntualmente. Me senté frente al presentador, quien me recibió con una sonrisa profesional.
—Bienvenida, Madeline—, dijo el presentador. —Vamos a comenzar con tu impresionante desfile en París. ¿Cómo te sientes al haber sido la mejor en la pasarela?
—Fue una experiencia increíble—, respondí con confianza. —Trabajé muy duro para llegar hasta aquí y estoy muy contenta con cómo salieron las cosas.
—Hablando de tu carrera, ¿cómo manejas la competencia en la industria del modelaje, especialmente con rivales como Davina?—, continuó el presentador.
—Siempre trato de enfocarme en mi propio trabajo y no compararme con los demás. Cada modelo tiene su propio estilo—, contesté. —Lo importante es dar lo mejor de ti misma.
El presentador asintió y cambió de tema a preguntas más personales, pero mantuve mis respuestas diplomáticas, evitando entrar en detalles que pudieran generar controversia.
Hablemos ahora de la cantante con la que has sido vista muy junta en los últimos meses. ¿Qué puedes decirnos sobre eso?— preguntó el presentador.
—La gente siempre crea rumores, y los periodistas a veces exageran para llamar la atención—, respondí con calma. —Solo diré que Victoria es una muy buena amiga.
En ese momento, mi teléfono vibró y me disculpé para revisar el mensaje. Al leerlo, sentí cómo mis mejillas se calentaban.
baby miko: No creo que las amigas tengan sexo en la cocina y se besen cada vez que pueden.
—¿Qué pasa, Maddie? Te has puesto como un tomate—, bromeó Jimmy, notando mi rubor.
—Nada, solo que está haciendo calor en el estudio, ¿no lo sientes?— mentí, tratando de disimular mi incomodidad.
baby miko: Te ves muy linda, pachosa. Pero mejor cuando gimes.
De nuevo, sentí que mi rostro se ponía rojo. Jimmy, viendo mi incomodidad, se rió y dijo:
—Bien, que alguien le traiga una botella de agua al tomate.
Un asistente me entregó una botella de agua. Bebí un sorbo para calmarme antes de regresar a la entrevista.
—Entonces, Maddie, ¿qué es lo más atractivo que encuentras en Young Miko?— continuó el presentador con una sonrisa curiosa.
—Sus tatuajes—, respondí sin vacilar.
El presentador soltó una carcajada.
—¿¡Qué!? Son muy sexys—, me defendí rápidamente.
—Cada quien tiene sus gustos—, dijo el presentador con una sonrisa comprensiva. —Para cerrar, ¿qué proyectos tienes en el futuro?
—Estoy trabajando en varios proyectos interesantes, tanto en modelaje como en colaboraciones con marcas y diseñadores—, respondí mientras me movía en mi asiento con entusiasmo. —Siempre busco maneras de crecer en mi carrera.
—Basta, te viste muy tierna—. dijo jimmy con una sonrisa.
La entrevista terminó, y me sentí aliviada de haberla manejado con éxito. Elena me esperó a la salida con una sonrisa aprobadora.
—Lo hiciste genial—, me dijo. —Ahora, vamos a relajarnos un poco y disfrutar del resto del día en París.
Acepté con gusto, aliviada de dejar atrás la tensión de la entrevista y lista para disfrutar del tiempo libre en la ciudad.
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HELLOOOOOOOOOOOO, ESPERO LES GUSTEEEE BESOS A SU MAMI💗
