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La noche llegó más rápido que de costumbre, cálida y espesa, demasiado sofocante para estar dentro de la casa. 

Hyunjin salió al porche delantero y se apoyó en una de sus columnas con la vista clavada en la oscuridad. Una débil brisa acarició las hojas de los árboles, provocando un ligero murmullo; el único sonido dentro de un inquietante silencio. 

—No se escuchan ni los grillos —dijo Changbin a su espalda. 

—Los animales presienten el mal mejor que nosotros —comentó con calma.

Dejó que sus sentidos sondearan la noche en busca de alguna presencia. Cuando estuvo seguro de aquí allí fuera no había nada, a excepción de los licántropos, se relajó un poco y miró con algo más de atención a Changbin. 

—No tienes buen aspecto, ¿cuánto hace que no duermes? 

—No demasiado —respondió Changbin. Guardó silencio unos segundos, pero de pronto volvió a hablar en tono ansioso—. ¡Esta espera me mata! ¿Estás seguro de que hacemos lo correcto quedándonos aquí, esperando sin más? —preguntó nervioso. 

—Si nos separamos, nos irán matando uno a uno. Juntos tenemos alguna posibilidad. Son demasiados, Changbin. 

—¿Crees que vendrá esta noche?

Hyunjin asintió, hasta cierto punto conocía a Ji Eun, y era demasiado impaciente e impulsiva. 

—Apostaría cualquier cosa. Y espero que no me decepcione haciéndome esperar —dijo esbozando una fría sonrisa—. Quiero acabar con todo esto.

Los árboles volvieron a agitarse con un largo estremecimiento. Changbin emitió un gruñido sordo y sus ojos adquirieron un tono dorado nada tranquilizador. 

—¿Lo hueles? —susurró. Hyunjin asintió y se concentró en el camino que llevaba a la casa. —¿Crees que todo este tiempo ha sido un espía? —continuó Changbin y su rostro reflejó un atisbo de pena y decepción. 

—Pronto lo sabremos.

Un aullido sonó a lo lejos. Uno de los hermanos de Cassius anunciaba la presencia del visitante. Un segundo aullido pedía permiso para atacar y Changbin respondió con un gruñido, ordenando que lo dejaran pasar. Unos segundos después, Stephen se detenía frente a ellos. Llevaba la misma guerrera que el día que lo conocieron y el mismo petate colgado del hombro. Su expresión era seria, sin rastro de temor; solo cuando habló, Hyunjin se dio cuenta del apremio que sentía. 

—¡Ya vienen! —dijo con una sonrisa inquietante. 

Hyunjin entró en la casa, seguido de Stephen; Changbin cerraba la marcha. Felix se levantó del sofá donde estaba leyendo, pero volvió a sentarse cuando Hyunjin le pidió con un gesto que lo hiciera. El chico se colocó delante de él, dándole la espalda, y supo que lo hacía para protegerlo si era necesario. 

—¿Quién viene? —preguntó Hyunjin clavando sus ojos fríos como el acero en el vampiro.

Junho entró en el salón con Eunwoo y Rowon. Habían percibido la presencia del nuevo vampiro. 

—¿Quién es este? —preguntó Junho. 

—Stephen, el vampiro del que te hablé —respondió Eunwoo a su padre. 

—¿Y qué hace aquí? —volvió a preguntar Junho muy serio. 

—Eso intento averiguar —contestó Hyunjin. Se acercó a Stephen con actitud desafiante—. ¿Quién viene? —repitió la
pregunta. 

—Ya sabes quién —dijo Stephen—. Estarán aquí en menos de media hora. 

—No sé de qué estás hablando. 

Donde el cielo cae... [HYUNLIX ver.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora