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A pesar de la música y la decoración, en el ambiente no se respiraba el aire de fiesta que envolvía a los bailes. Los miembros del Consejo y el resto de asistentes aún estaban conmocionados por los últimos sucesos y lo precipitados que estos habían sido. Todas las conversaciones giraban en torno al nuevo rey y a los cambios que esa realidad podría suponer dentro del clan vampiro.
Hyungsik había sido un buen rey, firme, autoritario e implacable; pero bueno y leal a su estirpe. Hyunjin poseía todas esas aptitudes, aunque siempre había estado rodeado de un halo misterioso y siniestro que, junto a sus cualidades como guerrero y asesino, invitaban a guardar las distancias con él.
—¿Jugando al escondite?
Felix dio un respingo y su cuerpo se estremeció al notar un aliento en su cuello. No necesitó verle para saber que era Jeongin quien se encontraba a su espalda. Asintió con la cabeza y continuó observando a las personas que bailaban en el centro del patio ajardinado. Se había refugiado bajo la
galería porticada que sostenían las columnas del claustro, esperando pacientemente a que Hyunjin apareciera. Yeji le había dicho que se retrasaría un poco por culpa de una discreta reunión.—¿Y te escondes de alguien en especial? —preguntó Jeongin bajando el tono hasta convertir su voz en un ronroneo. Su humor estaba mejorando por momentos. Dentro de aquella burbuja asfixiante que era el palacio, solo Felix tenía ese efecto sobre él. Él era uno de los pocos rayos de luz que disipaban sus sombras.
—Creo que de todos —respondió él, mirándolo por encima del hombro. Frunció el ceño y se puso seria—. No esperaba encontrarte aquí.
—No es tan raro. No hay nadie más metido hasta el fondo que yo en este asunto.
—Tú también sabías de qué iba todo esto, ¿verdad? ¿También te hizo prometer que no me dirías nada? —preguntó con malhumor.
Jeongin contempló un instante. Solo necesitó un segundo para darse cuenta de por qué estaba enfadado. Sonrió y le apartó un mechón de pelo de la cara.
—Si estás pensando en echarme la bronca y pagar conmigo tu rabia, lo siento, pero no sabía nada de todo este asunto hasta que llegué esta mañana. Y te juro que, de haberlo sabido, te habría ido con el cuento. —Le guiñó un ojo con picardía—. Lo que sea para ganarme tu agradecimiento.
Felix disimuló una sonrisa y trató de mantenerse serio. Jeongin chocó su hombro contra el de él de forma juguetona.
—Anda, demos un paseo.
Felix negó con la cabeza.
—Espero a Hyunjin.
Jeongin se encogió de hombros.
—Créeme, tardará un buen rato en aparecer. Y estoy seguro de que prefieres pasar este tiempo conmigo que con esos cretinos. —Hizo un gesto despectivo hacia los vampiros, más atentos a ellos que al baile.
Felix sopesó su oferta y finalmente aceptó acompañarlo. Jeongin le ofreció su brazo y, sin decir una palabra, pasearon por la villa hasta encontrar un pequeño invernadero repleto de flores y plantas trepadoras, que se enroscaban en la estructura metálica que sostenía los cristales. Se sentaron en un banco de piedra situado entre lilas. Permanecieron el uno junto al otro durante un buen rato, sumidos en un silencio cómodo y natural.
—Lo siento —dijo de repente Jeongin.
Felix parpadeó un par de veces y ladeó la cabeza buscando su mirada, que de pronto se había vuelto esquiva.
—¿Qué es lo que sientes?
—Esto —respondió él, rozando con la yema del dedo el pulso que debería latir en la muñeca del chico—. Siento cada minuto que ha pasado desde que te conocí. Te arrebaté la vida y el derecho a decidir sobre esa vida…
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Donde el cielo cae... [HYUNLIX ver.]
FanfictionHyunjin es callado, distante, y su mirada esconde grandes secretos. Sus cambios de personalidad intimidan y su atractivo revela tantas luces como sombras. Quizá, por eso, Felix no puede quitárselo de la cabeza. Pronto descubrirá que no es un chico...