● 12 ●
—Hola, soy yo otra vez. Creo que
deberíamos hablar de esto… —guardó silencio un segundo. Era el quinto mensaje que le dejaba en el buzón de voz y ya no sabía qué más decir—. Llámame, aunque solo sea para decirme dónde estás. Estoy preocupado por ti… —Hizo otra pausa—. Aunque eso no significa que me arrepienta de nada, porque no lo hago. ¡Oh! —rugió con frustración y continuó muy enfadado —: ¡Vale, si no quieres hablar conmigo, muy bien, genial! ¡Yo tampoco quiero hablar contigo!Colgó el teléfono y se quedó mirando la
pared. Había pasado toda la noche despierto, esperando a que él regresara, pero no lo había hecho. No dejaba de darle vueltas a todo lo ocurrido entre ellos, y seguía sin entender esa reticencia que Hyunjin tenía a convertirlo. No quería hacerlo, pero no podía evitar pensar mal. Quizá no estaba en los planes del vampiro pasar toda una vida con él.Tomó su billetera, una chaqueta y salió de la habitación como un rayo. Necesitaba salir de allí, el silencio de la casa pesaba sobre él ahogándolo. Bajó la escalera y cruzó el vestíbulo, segundos después empujaba la puerta de la cocina.
—Buenos días —saludó sin poder disimular que se encontraba mal.
Harriet y Changbin, que se encontraba
desayunando, alzaron la cabeza.—Buenos días, Felix. ¿Te apetece
desayunar? —preguntó Harriet.—No, gracias. ¿Tiene algún mapa de la
zona? Un mapa de carreteras.—No, lo siento. Pero si necesitas ir a algún sitio, Henry puede…
—No se moleste, ya me las arreglaré.
Dio media vuelta y abandonó la cocina bajo la atenta mirada de Changbin. Las luces del garaje parpadearon antes de encenderse por completo y los ojos de Felix se abrieron como platos. Aquel lugar parecía un concesionario de coches de lujo. Se acercó hasta el BMW de Hyunjin, solo para comprobar con decepción que las llaves no estaban puestas. Paseó la mirada por el recinto y vio un pequeño armario en una pared.
—¡Bingo! —exclamó al encontrar las llaves dentro. El ruido del motor invadió el garaje y le embotó los oídos. Agarró el volante algo inseguro, aquel coche no se parecía en nada a su viejo Volkswagen. Se sentía como si de golpe hubiera abandonado su triciclo para subirse a una moto de gran cilindrada.
Accionó el mando y la puerta del garaje se abrió. Changbin estaba justo en medio del camino, con las manos enfundadas en los bolsillos de sus vaqueros, y no parecía que tuviera intención de moverse. —No estoy de humor para numeritos de chico duro. Así que, o subes al coche y vienes conmigo o te quitas de en medio y me dejas pasar —dijo Felix sin paciencia.Changbin sacudió la cabeza y una sonrisa se dibujó en su cara. Se acercó al coche, abrió la portezuela y se sentó junto a él sin decir una palabra.
Unos minutos más tarde se adentraban en las calles de Shrewsbury. Aparcaron cerca del río y desde allí se desplazaron a pie. Pasearon por el centro de la ciudad, repleto de edificios con entramado de madera en blanco y negro. Recorrieron estrechas y empinadas calles medievales. Tomaron té y pastas en una terraza, y después dormitaron al sol junto a la orilla del río. Comieron en un pequeño restaurante cerca de la plaza. Visitaron la estatua de Darwin y compraron algunos regalos. Felix adquirió una
preciosa pamela para Alice, un chal para Martha y un bolso para Jisung. Y el día pasó casi sin darse cuenta.—Tengo hambre —dijo Changbin, sobándose el estómago.
—¿Otra vez?
—¡Es casi la hora de cenar!
Felix suspiró con los ojos en blanco. No
entendía dónde metía el chico aquellas
cantidades ingentes de comida que solía tragar al cabo del día. Ni un ápice de grasa engordaba su cuerpo, era puro músculo.
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Donde el cielo cae... [HYUNLIX ver.]
FanficHyunjin es callado, distante, y su mirada esconde grandes secretos. Sus cambios de personalidad intimidan y su atractivo revela tantas luces como sombras. Quizá, por eso, Felix no puede quitárselo de la cabeza. Pronto descubrirá que no es un chico...