•● 13 ●•
Abandonaron el local con paso rápido. Apelando a su fuerza de voluntad, Hyunjin logró entrar en el coche como si no pasara nada de nada. Por dentro un zumbido hacía vibrar su cuerpo con la sensación de que en cualquier momento esa vibración saldría a la superficie desdibujando su piel. La sangre de la chica le supo increíblemente dulce y su esencia... Dios, su esencia... Ni siquiera tenía palabras para describir lo que había sentido. Fuerza y poder en estado puro, ilimitado.
—¿Estás bien? —preguntó Christopher.
Christopher miraba a su hermano, preocupado. Sus ojos descendieron hasta las manchas de sangre que le habían salpicado la piel bajo la mandíbula. No podía quitarse de la cabeza la imagen de Hyunjin bebiendo de la joven humana, la expresión de absoluta maldad en su rostro al separarse del cuerpo sin vida y el desconsuelo en sus ojos al comprobar que estaba muerta. Había sacrificios que jamás compensarían el precio que se pagaba por ellos. Por suerte, el resto de su séquito no había visto la escena. Cyrus había sido prudente a la hora de hacerles salir un instante antes.
—La he matado, Chris. No he sido capaz de detenerme —susurró con la vista fija en algún punto solo visible para él. Se sentía como un violador, un asesino… Un monstruo.
—Esa chica ya estaba condenada antes de que tú llegaras. Al menos, no ha sentido miedo y ha servido a un buen propósito. ¡No te atormentes, hermano! No pienses.
Hyunjin lo miró de reojo. Dos lágrimas descendían por sus mejillas, parecían perlas.
—Lucho para evitar que cosas así ocurran y me he convertido en lo que combato.
—¡No, has hecho un sacrificio necesario! ¿Acaso crees que yo no cargo con mis propios demonios? Mientras le seguía el juego a Ji Eun y a Marcelo, no tuve más remedio que hacer… «cosas». Aunque siempre me detuve antes de que la vida abandonara al humano. Siempre he tenido miedo de llegar tan lejos. Mi oscuridad está demasiado presente para ponerla a prueba.
—Yo no he podido detenerme —se lamentó Hyunjin. Rechinó los dientes; de repente sentía una necesidad casi física de acabar con aquella conversación y alejarse de todo—. Para el coche —le ordenó al guerrero que conducía. El vampiro obedeció de inmediato y Hyunjin descendió del vehículo.
—¿A dónde vas? —preguntó Christopher bajándose tras él.
El coche que les seguía se detuvo y Mihail y Somi salieron con sus armas en las manos, recorriendo con la vista el entorno tratando de localizar la amenaza.
—¿Qué ocurre? —inquirió Mihail.
—Nada —respondió Hyunjin. Su mirada se encontró con la de Somi. Ella hizo ademán de ir a acercarse, pero se detuvo en el último momento, ocupando su oposición tras su superior—. Aquí hemos terminado. Quiero que regresen a Heaven Falls para preparar el siguiente paso. Nos encontraremos allí.
—Pero... mi señor, eso no es prudente. No debes quedarte desprotegido, ahora eres demasiado importante para la raza —le recordó Mihail.
—Es una orden —gruñó Hyunjin. Odiaba que lo llamaran así.
—Está bien —aceptó el vampiro, vacilante. Christopher se pegó a él y sujetándolo por un codo le habló al oído.
—¿Qué te pasa?
La cara de Hyunjin se puso tensa y el tono de su voz se volvió inexpresivo.
—Nada, solo necesito estar solo un rato y... caminar. Acabaré volviéndome loco dentro de ese coche. No te preocupes, ya sabes que tengo mis medios para regresar a casa.
ESTÁS LEYENDO
Donde el cielo cae... [HYUNLIX ver.]
Hayran KurguHyunjin es callado, distante, y su mirada esconde grandes secretos. Sus cambios de personalidad intimidan y su atractivo revela tantas luces como sombras. Quizá, por eso, Felix no puede quitárselo de la cabeza. Pronto descubrirá que no es un chico...