Le encantaba que su padre cantara aquella canción, con su voz de tenor y ese timbre claro y brillante. Siempre cantaba mientras conducía. A su lado, su madre agitaba los brazos y movía la cabeza al ritmo de la música sin dejar de reír. Abrazó a Theo, su conejito, entornó los ojos y sonrió somnoliento a su padre, que lo miraba a través del retrovisor.
Doblaron la curva y dos haces de luz cayeron sobre ellos, deslumbrándolos. El grito de su madre le taladró los tímpanos y el volantazo que dio su padre, para evitar chocar contra el coche que se les echaba encima, provocó que su cabeza rebotara en la ventanilla. El impacto contra el agua lo lanzó hacia delante y su carita golpeó el asiento.
Quedó aturdido y una explosión de dolor le provocó náuseas. Muy despacio, el coche se hundió en el río helado y el interior comenzó a inundarse con rapidez. El arnés de su sillita se había roto y su cuerpo diminuto flotó por el habitáculo.
El parabrisas resquebrajado cedió y la corriente del río lo arrastró fuera del coche. El agua helada le quemaba los pulmones. Gritó, pero solo consiguió tragar más líquido. Se golpeó contra algo muy duro, quizá una roca o la carrocería del vehículo, y flotó desorientada unos segundos. Pataleó con todas sus fuerzas tratando de aferrarse a cualquier cosa en la oscuridad. No había nada, solo agua negra y fría. Probó a quitarse el abrigo, pesaba demasiado y lo arrastraba hacia abajo. No sentía las manos y los botones se le resbalaban de entre los dedos.
Dejó de resistirse en cuanto comprendió que todo era inútil. A pesar de su corta edad, entendía perfectamente qué le estaba ocurriendo. Se moría.
Poco a poco se hundió, hasta posarse en el fondo con el último latido de su corazón.
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Donde el cielo cae... [HYUNLIX ver.]
FanfictionHyunjin es callado, distante, y su mirada esconde grandes secretos. Sus cambios de personalidad intimidan y su atractivo revela tantas luces como sombras. Quizá, por eso, Felix no puede quitárselo de la cabeza. Pronto descubrirá que no es un chico...