This is happening

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Hyerin era todo lo que me imaginaba que podía ser: baja, pelo con mechas californianas, labios operados, bronceado falso y uñas largas. Era una de esas mujeres que parecían guapas porque se pasaban dos horas maquillándose y gastaban cientos de dólares en ropa y peluquería.

Salía hablando en el vídeo de la entrevista, gesticulando y gritando indignada delante de Jane Moore, quien incluso parecía una princesa en comparación con Miss Barrios Bajos de Queens. Ambas estaban sentadas en sillas de diseño rosadas, en el estudio de grabación de la página web con fondo negro y unas letras en rosa pálido que decían «This is happening!».

—¡Los muy cabrones se provecharon de mi prima, se rieron en su cara y la trataron como a la mierda! En la última cena incluso la dejaron tirada sin dar ninguna explicación y salieron corriendo como las putas ratas que son —decía Hyerin con aquella forma tan rápida de hablar y su tono alto—. Siempre hacían cosas sin ella, no le contaban nada y la trataban como si fuera algún tipo de mascota. Yo ya sabía que algo pasaba, porque ese Yeonjun no se portaba como tenía que portarse. ¡No le contaba nada nunca! No la invitó a su casa jamás, solo la llevaba a fiestas para pasearla delante de las cámaras y sacarse fotos y después la dejaba tirada en casa. ¡En cuatro meses ni le dio la mano! Él decía que era tímido... —y se rio de una forma desagradable y cruel—. ¡El muy hijo de puta estaba follándose a ese secretario suyo todo el tiempo!

—Entonces, ¿crees que ya tenían una relación desde hace mucho tiempo? —preguntó Jane, cuyo tono de voz parecía sumamente suave y dulce en comparación a Hyerin—. ¿Quizá incluso cuando habían salido los primeros rumores y el vídeo de ellos juntos en el Metro?

—¡Claro que sí! ¡Esos dos son unos cabrones mentirosos! ¿Te puedes creer que Beomgyu siempre estaba delante cuando tenían una cita? ¡Les acompañaba a todas partes y solo hablaban entre ellos, dejando a mi Lanita totalmente de lado y sola! Durante las cenas, Yeonjun se iba a hablar con su ayudante, diciendo que tenía que «repasar unos datos». ¡A saber lo que hacían! Quizá les pusiera cachondos follar sabiendo que Lia estaba allí sola. ¡Eses dos putos enfermos y pervertidos!

—¿Crees que les excitaba tener encuentros sexuales a espaldas de Lia y en lugares públicos?

—¿Eso te sorprende, Jane? Ya has visto el vídeo. ¡Todos lo han visto!—gritó mirando a la cámara—. ¡Son unos putos raritos y están enfermos de la puta cabeza! Quizá hicieran otras guarradas con más hombres, orgías, irse a antros nocturnos o cosas de esas. Y Lia en casa llorando y preocupada por ese pedazo de cabrón... Una vez dijo que estaba enfermo, le mintió, por supuesto, y al día siguiente aparecieron en la Fashion Week y se sacaron fotos todo sonrientes... —puso cara de asco y negó con la cabeza, haciendo balancearse los enormes aros de plata que llevaba colgados de las orejas—. Mi prima le llamó veinte veces para preguntarle qué tal se encontraba e incluso le había hecho una sopa para llevársela a casa.

—Vaya... —asintió Jane con una mueca consternada y triste—. Qué chica más dulce.

—¡Ese es el problema! ¡Que los hijos de puta como eses se aprovechan de la gente inocente como Lanita! Ella quería a ese hombre con todo su corazón y cayó como una tonta en sus mentiras y gilipolleces. ¡Tienen un puto anillo de compromiso, Jane! ¡Y lo llevaban delante de ella como si nada!

La reportera abrió sus labios y aspiró aire de la sorpresa. Miró a cámara y después a Hyerin.

—¿Qué? ¿Estás segura? —le preguntó, como si aquella fuera una página que necesitara pruebas y contrastara datos antes de soltar sus rumores y mentiras—. ¡Dices que Choi Yeonjun y Lee Beomgyu están prometidos!

—Llevan prometidos dos meses, mínimo —afirmó Hyerin, como si estuviera totalmente segura de lo que decía—. Un día aparecieron con el anillo y Lia les preguntó y, ¿sabes lo que le dijeron?

El jefe (Yeongyu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora