*Capítulo 70: Revelaciones entre amigas (Versión de Danielle)*
La noche había caído sobre la ciudad, y las luces del skyline se reflejaban en los ventanales del departamento de Danielle. Sentada en la cocina con una taza de café que ya había enfriado, su mirada estaba perdida en la nada, como si intentara descifrar un rompecabezas que no tenía solución. Frente a ella, Macarena, su única amiga cercana, la observaba con una mezcla de curiosidad y preocupación.
—Dani, me estás asustando. ¿Qué está pasando? —preguntó Macarena mientras se inclinaba hacia la mesa, con los codos apoyados y las manos entrelazadas—. No eres de las que se queda callada por tanto tiempo.
Danielle dejó escapar un suspiro, pasando una mano por su cabello castaño. Había estado evitando este momento, pero sabía que si había alguien en quien podía confiar, era Macarena.
—No sé cómo decirlo... ni siquiera sé cómo sentirme al respecto —admitió, bajando la mirada hacia su taza.
Macarena ladeó la cabeza, con una leve sonrisa para aliviar la tensión.
—Vamos, Dani. Si hay algo que aprendí de ti es que nunca te quedas con nada adentro. Suéltalo. —Le dio un golpecito juguetón en la mano para animarla.
Danielle sonrió levemente ante el gesto de su amiga, pero su expresión volvió a ensombrecerse.
—Es Stefania —soltó de golpe, como si esas dos palabras llevaran el peso de todo lo que había estado reprimiendo.
Macarena arqueó una ceja, claramente intrigada.
—¿Stefania? ¿La italiana? ¿Tu rival? —preguntó, enfatizando la última palabra con incredulidad.
Danielle asintió lentamente, jugueteando con el borde de su taza.
—Sí, mi rival... pero ya no sé si es solo eso, Maca. Cada vez que la veo, siento que mi mundo se tambalea. Es como si tuviera que esforzarme para recordar por qué debería odiarla, y, honestamente, ya ni siquiera estoy segura de querer hacerlo.
Macarena la miró fijamente, evaluando cada palabra.
—¿Esto tiene algo que ver con lo que pasó en la pista? Cuando ella te salvó, ¿verdad? —preguntó, cruzando los brazos mientras apoyaba la espalda en la silla.
Danielle asintió, su mirada se endureció, como si intentara mantener el control de sus emociones.
—Eso fue parte de ello. Pero desde antes... desde ese primer beso. Stefania tiene una forma de meterse en mi cabeza y hacerme sentir cosas que nunca he sentido antes. Y cuando me salvó... no fue solo el hecho de que arriesgara tanto por mí, fue cómo lo hizo. La forma en que me miró, como si yo fuera algo más que su rival. Como si realmente le importara.
Macarena abrió los ojos, sorprendida, y dejó escapar una risa baja.
—¿Un beso? Espera, ¿me estás diciendo que tú y Stefania...? —Dejó la frase en el aire, esperando que Danielle completara la idea.
Danielle asintió, su rostro enrojecido.
—Sí, fue un momento que no planeé, que no entendí en ese momento. Pero desde entonces, no puedo olvidarlo. Es como si todo en mi vida se hubiera dividido en un antes y un después de Stefania.
Macarena apoyó la barbilla en la mano, claramente disfrutando el drama, pero también notoriamente interesada.
—Dani, eso suena mucho más que simple rivalidad. ¿Qué sientes exactamente por ella?
Danielle frunció el ceño, como si las palabras fueran difíciles de encontrar.
—No lo sé, Maca. Me gusta verla enojada, cuando intenta mostrar que no le importo y sé que no es verdad. Me encanta cuando me desafía, porque es cuando más viva me siento. Pero también... hay momentos en los que solo quiero que todo desaparezca. Las carreras, los contratos, las presiones... todo. Solo quiero estar con ella, hablar, conocerla. Y eso me asusta. Porque no sé cómo hacerlo, no sé cómo manejarlo. —Su voz se quebró ligeramente al final.
Macarena extendió la mano y la colocó sobre la de Danielle, dándole un apretón tranquilizador.
—Dani, ¿has pensado que tal vez ella siente lo mismo? —preguntó suavemente—. Después de todo, no cualquiera hace lo que hizo por ti en la pista. Si tú sientes algo, ¿por qué no podría ella sentirlo también?
Danielle negó con la cabeza, frustrada.
—Es más complicado que eso, Maca. Stefania es fuerte, decidida. Parece que nada puede tocarla. ¿Cómo voy a saber si lo que siento es correspondido? Y, además, mi padre nunca lo permitiría. Ya sabes cómo es.
Macarena chasqueó la lengua, su expresión se endureció al escuchar la mención de Richard.
—Olvídate de tu padre por un momento. Este no es su asunto. Si Stefania significa algo para ti, deberías averiguarlo. No puedes dejar que él controle cada aspecto de tu vida, Dani.
Danielle se quedó en silencio, sus pensamientos girando como un torbellino. Finalmente, dejó escapar un suspiro.
—Tal vez tengas razón. Pero no sé por dónde empezar. No sé cómo acercarme a Stefania sin que todo se derrumbe.
Macarena le dio una sonrisa alentadora.
—Empieza siendo honesta. No como corredora, sino como Danielle. Dale la oportunidad de conocerte realmente, y date a ti misma la oportunidad de conocerla a ella. Pero hazlo pronto, Dani. Antes de que sea demasiado tarde.
Danielle asintió lentamente, sabiendo que las palabras de su amiga tenían razón. Aunque el miedo seguía allí, también lo estaba la esperanza. Y por primera vez en mucho tiempo, sintió que tal vez podría dejar que alguien viera más allá de la fachada que había construido toda su vida.
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Rivalidad -
FanfictionEn el mundo de las carreras, dos mujeres se enfrentan en una batalla que va más allá de la pista. Stefania Spampinato, una prometedora corredora italiana, llega a Los Ángeles con la misión de vencer a Danielle Savre, la campeona local. Mientras sus...