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Ona

Habían pasado varios días desde que Olivia y yo comenzamos a hablar más seguido. Lo que al principio eran conversaciones ocasionales se había convertido en una rutina diaria. Cada tarde nos conectábamos en videollamada, compartiendo momentos, risas y, sobre todo, su música.

Esa tard no fue diferente. Vi a Olivia acomodarse frente a la cámara, con su guitarra sobre las piernas. Siempre me encantaba cuando me mostraba lo que había estado componiendo; había algo tan genuino en su forma de tocar que siempre lograba impresionarme. Después de un rato charlando sobre cualquier cosa, Olivia me dijo que tenía algo nuevo para enseñarme.

Comenzó tocando un par de piezas que había compuesto en los últimos días. Escuché con atención, dándole comentarios aquí y allá, y noté cómo se iluminaba cada vez que le decía lo mucho que me gustaba alguna parte. Pero, en algún momento, su expresión cambió; se puso un poco más seria, casi nerviosa.

-Hay una más que quiero enseñarte- dijo, bajando la mirada hacia su guitarra. -Es la misma del otro día, creía que había llegado a la perfección y que solo me faltaba la letra, pero no sé… no termina de convencerme. Siento que le falta algo, o tal vez le sobra, ¿Te importa que la vuelva a tocar?-Preguntó algo tímida.

-Sorprendeme-Le dije sonriente intentando animarla.

Olivia asintió y comenzó a tocar. La melodía era suave, pero a la vez tenía una profundidad que me atrapó de inmediato. Ya me la había mostrado antes, pero esa vez se sintió diferente, como si la estuviera escuchando por primera vez. Cuando terminó, me miró con expectativa, esperando mi reacción.

-¿Qué piensas?-preguntó, mordiéndose ligeramente el labio.

Tomé un segundo para reunir mis pensamientos y entonces hablé

-Honestamente, esta es mi favorita desde que me la enseñaste por primera vez-Dije sincera con una sonrisa.

Olivia me miró sorprendida, casi como si no pudiera creerlo.

-¿En serio? Pensaba que era la peor…-Dijo alucinada.

-Para nada. Tiene algo especial. Cada vez que la tocas, siento que hay algo profundo ahí, algo que no tiene ninguna otra de tus canciones-Vi cómo se relajaba y sonreía, como si de repente toda la inseguridad que tenía sobre esa canción desapareciera.

-Tal vez necesitaba escucharlo de ti- dijo con un tono más ligero.

En ese momento, me di cuenta de lo mucho que esas videollamadas significaban para ambas. No era solo la música lo que compartíamos, sino algo más profundo: la confianza, la honestidad y una conexión que seguía creciendo con cada melodía y con cada conversación.

Seguimos hablando de sus canciones cuando de repente escuché un ruido en la habitación de Olivia. Ella se detuvo a mitad de una frase y giró la cabeza, mirando hacia la puerta.

-¿Pasa algo?-pregunté, un poco desconcertada.

Antes de que pudiera responder, escuché una voz familiar al otro lado de la pantalla. Era Sarah, la hermana de Olivia.

-¿Otra vez encerrada aquí? Deberías salir más, siempre estás con la música-la regañó, claramente sin darse cuenta de que Olivia no estaba sola.

Olivia suspiró y respondió en un tono bajo.

-Sarah, ahora no…-Dijo entre dientes mirando a su hermana.

-¿Ahora no, qué?- La puerta se abrió un poco más y, de repente, Sarah se asomó, sus ojos se agrandaron cuando vio la pantalla y se dio cuenta de que Olivia estaba en una videollamada. Al darse cuenta de que había alguien más, su tono cambió por completo.

-Oh, lo siento-dijo Sarah, con una mezcla de sorpresa y nerviosismo. Me di cuenta de que había reconocido mi rostro en la pantalla. Hubo un momento de incómodo silencio antes de que ella me dirigiera una sonrisa algo tímida.

-Hola… Ona-Dijo con amabilidad pero bastante sorprendida.

-Hola Sarah+Le devolví la sonrisa, sintiéndome también un poco avergonzada.

Olivia rodó los ojos y se tapó la cara con la mano, claramente avergonzada por la interrupción.

-Sarah, ¿podrías…?-Dijo haciéndole un gesto con la mano para que se marchase.

Pero Sarah, en lugar de irse, se acercó un poco más a la pantalla.

-No sabía que estabas en videollamada… perdón, de verdad- dijo, aunque su curiosidad parecía superar su vergüenza.

Nos miramos a través de la pantalla por un segundo, compartiendo esa pequeña incomodidad que surge cuando alguien irrumpe en un momento privado. Finalmente, Sarah rompió el hielo con una sonrisa más relajada.

-Bueno, os dejo con lo que sea que estéis haciendo-Dijo Sarah alejándose.

Olivia exhaló con alivio mientras Sarah se despedía con un gesto rápido y cerraba la puerta detrás de ella. Cuando nos quedamos solas nuevamente, Olivia negó con la cabeza, claramente mortificada.

-Lo siento por eso…-dijo Olivia, todavía un poco sonrojada.

-No te preocupes- le respondí, sonriendo. -es bueno ver que tu hermana también se preocupa por ti, aunque sea para regañarte.

Ambas nos reímos, y la incomodidad se desvaneció tan rápido como había llegado. Volvimos a nuestra conversación, pero no pude evitar pensar en lo gracioso que había sido el momento, y en cómo, aunque un poco torpe, nos había acercado un poco más.

Olivia

Cuando terminó la videollamada, cerré el portátil y me quedé un momento en silencio, pensando en lo bien que había salido la conversación, a pesar de la interrupción de Sarah. Suspiré y decidí que ya era hora de salir de mi habitación, así que me dirigí al salón. Me dejé caer en el sofá, disfrutando del cambio de ambiente. Pero no pasaron ni dos segundos antes de darme cuenta de que Sarah me estaba observando desde el otro lado de la habitación, con una sonrisa pícara en el rostro.

Arqueé una ceja, un poco desconcertada.

-¿Qué te pasa?-le pregunté, frunciendo el ceño.

Sarah no perdió la sonrisa mientras se acercaba un poco más.

-Nada… solo me preguntaba por qué estabas tan metida en esa videollamada con Ona- dijo, alargando el nombre de Ona de una manera que dejaba claro que estaba insinuando algo.

Parpadeé, sorprendida por su tono.

-¿Qué quieres decir con eso?-Pregunté confusa.

Sarah se sentó a mi lado en el sofá, con los ojos llenos de diversión.

-Vamos, Olivia. Pasas horas hablando con ella, y por cómo te vi hace un rato, parecía que estabas en una cita o algo así-Dijo sin filtro y yo me quedé flipando.

Sentí cómo me subían los colores al rostro y le respondí rápidamente, con un tono un poco más alto de lo que pretendía.

-No digas tonterías, solo estábamos charlando, como siempre-Dije desmintiendo sus pensamientos.

Sarah soltó una risita, claramente disfrutando de mi reacción.

-Sí, claro. Pero dime, ¿hay algo más que amistad entre vosotras? No me sorprendería…-Dijo con una risilla.

La interrumpí antes de que pudiera continuar, negando con la cabeza.

-No, solo somos amigas, nada más. De verdad, Sarah, no empieces con esas ideas raras-Me miró con una ceja levantada, obviamente no convencida del todo, pero decidió no insistir.

-Está bien, está bien. Solo era curiosidad-dijo con un tono desenfadado, aunque la sonrisa traviesa seguía en su rostro.

Bufé y desvié la mirada, intentando ignorar la incomodidad que me había dejado la conversación. Sabía que Sarah solo estaba bromeando, pero no podía evitar sentirme un poco nerviosa. ¿Por qué, de repente, me costaba tanto sacarme esa idea de la cabeza?
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Empezamos con lo bueno😝

Sarah la capitana de este barco

𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐔𝐒𝐈𝐂 𝐎𝐅 𝐎𝐔𝐑 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora