El rugido de la ambulancia me envolvía, pero su sonido se sentía distante, como si el miedo y la preocupación hubieran creado un muro entre mí y el mundo exterior. La luz intermitente de las sirenas iluminaba el interior del vehículo, proyectando sombras frenéticas sobre los rostros tensos de los paramédicos. Me aferraba a la mano de Sarah con una desesperación casi desesperada, buscando alguna señal de que estaba bien, de que no se había ido, que aún había una oportunidad para que todo saliera bien.
—Sarah, stay with me—susurré, mis palabras apenas audibles entre mis sollozos. Cada vez que miraba su rostro, esa gota de sangre que caía de su frente me recordaba lo cerca que había estado el desastre.
Sarah estaba tendida en la camilla, su respiración era débil pero constante, y la sangre había sido limpiada parcialmente por los paramédicos. Me sentía completamente impotente, sentada al borde del asiento, intentando no estorbar, pero incapaz de apartar la vista de mi hermana. La ambulancia se sacudía con cada giro de la carretera, y cada sacudida parecía multiplicar mi angustia.
Al llegar al hospital, la ambulancia frenó de golpe, y las puertas se abrieron con un estruendo que resonaba en mis oídos. Los médicos y enfermeras se movieron rápidamente alrededor de nosotros, y el caos del entorno hospitalario me envolvió mientras intentaban sacar a Sarah de la ambulancia. Mi corazón se aceleró al ver cómo la camilla se movía hacia la entrada del hospital, y mi primer impulso fue seguirla, pero uno de los paramédicos me detuvo.
—Necesitamos que se haga un examen rápido. Puede haber estado expuesta a estrés y trauma que también debemos evaluar —me dijo con una voz firme pero comprensiva.
Negué con la cabeza con vehemencia, mi voz quebrándose mientras intentaba explicarles.
—No, no puedo. No voy a separarme de ella. No quiero estar lejos ni un segundo. Necesito estar con mi hermana-Dije desesperada.
El médico parecía comprensivo, pero la necesidad de asegurarme de que estuviera bien me hacía incapaz de considerar cualquier otra cosa. No podía, simplemente no podía imaginar estar separada de Sarah en este momento.
—Lo entiendo, pero si no se examina también, podríamos estar poniendo en riesgo su salud sin saberlo. Será solo unos minutos, y puede acompañarla durante todo el proceso-Dijo en un tono profesional.
Mis manos temblaban, y sentí que el miedo me oprimía el pecho. Miré a Sarah, que estaba siendo llevada por un pasillo hacia la sala de emergencias, y mi mente estaba en un caos total.
—¿Hay alguna forma de que al menos me dejen estar cerca de ella mientras la examinan? —pregunté, mi voz llena de desesperación. —No puedo esperar aquí sola, por favor.
El médico me miró con una mezcla de preocupación y profesionalismo y asintió lentamente.
—Está bien, haremos lo que podamos. Pero necesito que, al menos por unos minutos, se deje examinar para asegurarnos de que no haya sufrido ningún daño adicional-Acepté de mala gana, sabiendo que era necesario, pero mi corazón seguía rompiéndose con cada paso que daba para alejarme de Sarah.
Acompañé a los médicos hasta la sala de emergencias, mi mirada fija en la camilla, en mi hermana que estaba a punto de ser atendida.
Una vez dentro, el personal médico comenzó a trabajar rápidamente, y yo me senté en una silla cercana, sin apartar la vista de Sarah ni un solo momento. Mi mente seguía enredada en pensamientos caóticos, imaginando lo peor, mientras los médicos realizaban sus exámenes y trataban de estabilizarla. El tiempo parecía ralentizarse, cada minuto que pasaba era una eternidad, y mi ansiedad no hacía más que crecer.
A pesar de la atención médica que Sarah estaba recibiendo, mi mente no dejaba de pensar en el horror de lo que había pasado, en el peligro que había estado a punto de causarle. El peso de la culpa y el miedo me abrumaban, y me aferraba a la esperanza de que todo saldría bien, de que mi hermana se recuperaría y que el caos de esa noche finalmente llegaría a su fin.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, uno de los médicos se acercó a mí.
—Su hermana está estable ahora, sigue inconsciente pero volveremos a examinarla en cuanto despierte-Explicó el médico con delicadeza.
El alivio fue inmenso al escuchar esas palabras, pero el miedo y la preocupación aún permanecían. Sabía que este era solo el principio de una larga recuperación, y que la noche aún no había terminado. Pero, al menos por ahora, Sarah estaba segura, y yo estaba allí, a su lado, lista para enfrentar lo que viniera a continuación.
Desperté con el dolor de cabeza punzante y un cuerpo que parecía llevar el peso de una noche interminable. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas del hospital, creando un juego de sombras y luces en las paredes que me hacía sentir más desorientada. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que aún estaba en la misma silla incómoda junto a la cama de Sarah. A su lado, ella yacía en una cama de hospital, rodeada de equipos médicos que emitían pitidos regulares que, a pesar de ser un recordatorio constante de la situación, también me brindaban una ligera sensación de alivio.
Mi corazón seguía golpeando con fuerza, no por el cansancio, sino por el miedo y la culpa que se apoderaban de mí. Anoche había sido un torbellino de angustia y desesperación. El recuerdo del hombre que me acosó, sus manos indeseables y la forma en que me hizo sentir vulnerable y aterrorizada, seguía grabado en mi mente. Cada vez que cerraba los ojos, veía su rostro, escuchaba su voz, sentía sus manos. Intentaba dejar esos pensamientos a un lado, concentrándome en Sarah, pero la ansiedad no me dejaba en paz.
Mi teléfono vibró en el bolsillo de mi chaqueta, un sonido que se había convertido en un nuevo tipo de dolor para mí, una distracción de la angustia que estaba sintiendo. Saqué el teléfono, casi sin fuerzas, y leí el mensaje del grupo de la banda. Me habían preguntado si iría al ensayo de ese día. Me sentí mal al pensar en no estar allí, pero no podía estar con ellos ahora. Mi lugar estaba aquí, junto a Sarah, quien necesitaba todo el apoyo que podía ofrecerle.
Con movimientos lentos y pesados, escribí mi respuesta. Cada letra era una carga, cada palabra me recordaba cuánto deseaba que la situación fuera diferente.
Apenas había terminado de enviar el mensaje cuando mi teléfono vibró de nuevo. Esta vez era Ona. El corazón me dio un vuelco al ver su nombre en la pantalla. Su mensaje era simple y lleno de esa calidez que tanto necesitaba en estos momentos.
Bon día ¿Cómo estás? ¿Cómo va la resaca?
El mensaje me hizo sonreír de manera involuntaria, pero esa sonrisa se desvaneció rápidamente cuando recordé la realidad en la que me encontraba. No tenía fuerzas para explicar en detalle lo que había pasado, así que decidí mantener mi respuesta breve y honesta.
La tristeza se asentó de nuevo en mi pecho, y mi mente comenzó a divagar por los recuerdos de la noche anterior. La angustia que sentí cuando el hombre me acorraló y me tocó, la desesperación de no poder zafarme, me abrumaba. Mi mente se llenaba de imágenes de Sarah golpeada por ese hombre y la culpa se instalaba en cada rincón de mi ser. Si no hubiera salido, si no hubiera estado en esa fiesta, tal vez todo habría sido diferente.
Sentía que había fallado a Sarah de la peor manera posible. Ella había venido conmigo para pasar una noche divertida, y en su lugar, había terminado en una situación horrible. Cada vez que veía las lágrimas en su rostro, sentía que era mi culpa, que había fallado en protegerla, que el hombre que la agredió era consecuencia de mi incapacidad para hacer las cosas bien.
Miré a Sarah, con la respiración tranquila y el rostro pálido, y me pregunté si alguna vez sería capaz de perdonarme por lo que había pasado. La preocupación por ella me mantenía en una especie de limbo emocional. Me preguntaba si mi vida volvería a ser normal algún día, si la culpa y el miedo desaparecerían con el tiempo.
Apagué el teléfono con la esperanza de que el silencio me diera un momento de paz.
____Al menos no ha muerto😁😁
Muchas gracias a claufdzv por la ayuda eres la mejor😘
culo_de_clarke y a ti te lo dedico porque es drama y se que te encanta😈

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𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐔𝐒𝐈𝐂 𝐎𝐅 𝐎𝐔𝐑 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞
AcakOlivia, una joven con grandes sueños de convertirse en una estrella de la música, trabaja duro en sus estudios y en sus presentaciones locales, pero siempre siente que su sueño está a años luz de hacerse realidad. Un día, conoce a Ona, una talentosa...