El pitido final del partido resonó en el estadio y, mientras el eco de la bocina se desvanecía, sentí una mezcla de cansancio y satisfacción. Había dado lo mejor de mí en el campo, pero mi mente y mi corazón estaban enfocados en otra cosa: encontrar a Olivia. Me apresuré hacia el aparcamiento, la emoción acelerando mis pasos.
Al llegar, el bullicio del estadio había disminuido y el aparcamiento estaba tranquilo, iluminado solo por las luces de los faros y las farolas. Allí estaba Olivia, de pie junto a su coche, esperándome con una mezcla de nervios y esperanza en su mirada. En cuanto me vio, una sonrisa se dibujó en su rostro, y sin pensarlo, corrí hacia ella.
La abracé con todas mis fuerzas, sintiendo cómo el peso del partido se desvanecía en el contacto cálido de sus brazos. Su cuerpo era un refugio reconfortante después de la intensidad del juego. Mientras la abrazaba, sentía su respiración y el latido de su corazón, lo que me daba una sensación de paz y felicidad que no había experimentado antes.
Finalmente, nos separamos, pero nuestras miradas seguían conectadas. La emoción en el aire era palpable. Sin mediar palabra, nos inclinamos y nos besamos suavemente. El beso era dulce y lleno de ternura, un contraste perfecto con el bullicio de la tarde. En ese instante, todo lo que había fuera de ese pequeño rincón del aparcamiento parecía desaparecer.
Olivia rompió el hechizo del momento con un susurro tembloroso.
-Tengo una sorpresa para ti- dijo, su voz casi inaudible. Con un gesto delicado, abrió la puerta del coche y, con una gracia que parecía propia de un sueño, sacó un pequeño ramo de flores. Las flores eran de un tono pastel, con pétalos suaves que reflejaban la luz de las farolas. Su delicadeza me hizo sonreír, una sonrisa genuina que no podía contener.
Ella me miró, sus ojos llenos de una mezcla de nervios y esperanza, y continuó con un tono suave pero firme.
-Ona, me haces increíblemente feliz. Quiero que sepas cuánto significas para mí y cómo me gustaría que nuestra relación creciera. ¿Quieres ser mi novia?-Dijo con timidez y nervioso pero con decisión.
Mis sentimientos eran una maraña de sorpresa, felicidad y emoción. Las palabras me salieron en un susurro, entrecortadas por la intensidad del momento.
-Sí, Olivia, claro que quiero- respondí, mi voz temblando mientras tomaba las flores con cuidado, como si fueran el tesoro más preciado. Miré a Olivia y vi cómo su rostro se iluminaba con una mezcla de alivio y alegría.
La tarde, que había comenzado con el estruendo del partido y el bullicio del estadio, se había transformado en un momento de calma y conexión profunda. A medida que nos abrazábamos nuevamente, supe que este era solo el comienzo de algo hermoso y significativo. La promesa de lo que vendría estaba encapsulada en ese pequeño ramo de flores y en la sinceridad de sus palabras.
El trayecto en coche desde el estadio a casa fue un festín de risas y complicidad. Olivia y yo nos mirábamos a menudo, nuestras sonrisas cargadas de intenciones juguetonas. Las bromas y las miradas furtivas se alternaban con toques suaves en el brazo y risas que llenaban el vehículo. Cada gesto, cada mirada, estaba cargado de una pícara tensión que hacía que el trayecto se sintiera como una danza de anticipación.
Olivia, sentada a mi lado, se inclinaba hacia mí, sus dedos a veces rozando mi mano o mi pierna. Yo respondía con risas y toques suaves, sin poder evitar la emoción que crecía con cada instante compartido. La música de fondo se convirtió en un ruido blanco comparado con la chispa que encendía nuestra interacción.
Cuando finalmente llegamos a casa, el ambiente se cargó de una intensidad palpable. Mientras aparcábamos, nuestros ojos se encontraron con una mezcla de deseo y diversión. Abrí la puerta con un gesto decidido y, en cuanto pisamos el umbral, no pude esperar más. Me giré hacia Olivia, y sin mediar palabra, la besé con urgencia.

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𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐔𝐒𝐈𝐂 𝐎𝐅 𝐎𝐔𝐑 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞
عشوائيOlivia, una joven con grandes sueños de convertirse en una estrella de la música, trabaja duro en sus estudios y en sus presentaciones locales, pero siempre siente que su sueño está a años luz de hacerse realidad. Un día, conoce a Ona, una talentosa...