XXVIII

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El día siguiente llegó más rápido de lo que esperaba, y con él, una oleada de nervios que no había sentido en mucho tiempo. Pasé la mañana intentando distraerme, pero mi mente siempre volvía al mismo lugar: a la invitación de Ona, a su casa. Había algo en esa simple invitación que me hacía sentir un torbellino de emociones, una mezcla de emoción y ansiedad que no lograba controlar del todo.

Cuando finalmente llegó la hora, me encontré caminando hacia su casa, con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Respiré hondo varias veces antes de tocar el timbre, intentando calmarme. Al abrir la puerta, Ona me recibió con una sonrisa que, de alguna manera, logró tranquilizarme. Parecía tan natural, tan relajada, que me sentí un poco tonta por haber estado tan nerviosa.

Me invitó a pasar, y mientras me adentraba en su casa, mis ojos no tardaron en fijarse en una estantería que dominaba una de las paredes del salón. Estaba llena de libros, organizados de manera impecable, y algo en esa vista me atrapó. La mayoría de los lomos eran de colores suaves, con títulos que iban desde clásicos de la literatura hasta obras más modernas, y me sorprendió ver una colección tan amplia y variada.

—Tienes muchos libros —comenté, mi curiosidad superando mis nervios. Me acerqué un poco más para leer algunos de los títulos—. ¿Estás leyendo alguno ahora?

Ona se acercó a la estantería, observando su colección con una mirada que reflejaba el cariño que tenía por sus libros. Se detuvo un segundo antes de señalar un libro que estaba tumbado sobre una mesa cercana.

—Sí, justo ese —respondió con una sonrisa, señalando el libro—. Es una historia de amor.

-Diana Vila...no había escuchado nunca sobre esta autora-Dije leyendo la portada del libro.

-Es mi favorita, estoy esperando a terminarme este para comprarme el nuevo-Dijo con entusiasmo.

-¿Me lo dejarás?-Le pregunté algo atrevida y ella sonrió nerviosa.

-¿Te gustan los libros de romance?-Preguntó curiosa y yo asentí.

-Depende, ¿Como se llaman los protagonistas?, es un dato importante, para mí los nombres hacen mucho en la historia-Dije con una risa.

-Ariadna y Nate-Contestó también sonriente.

-Me gusta, cuando te lo termines ya me lo dejarás-Dije con un guiño y ella sonrió de nuevo.

La conversación fluía con una naturalidad que me sorprendía, como si el espacio que compartíamos, rodeado de libros y el ambiente tranquilo de su casa, nos diera la libertad de ser nosotras mismas. La presencia de Ona, tan calmada y segura, me hacía sentir en paz, como si todo estuviera bien, como si no necesitáramos apresurarnos ni forzar nada.

Nos sentamos en el sofá, cerca de la estantería, y Ona comenzó a contarme un poco sobre el libro. Mientras hablaba, la observé con más atención de lo que me había permitido antes. Cada gesto, cada palabra suya, me hacía darme cuenta de cuánto me gustaba estar cerca de ella. Era como si, en este espacio íntimo, rodeada de sus cosas, pudiera ver una parte más profunda de ella, una que me hacía querer conocerla aún más.

A medida que la conversación continuaba, sentía que los nervios que había traído conmigo se desvanecían, reemplazados por una sensación de comodidad y conexión. Estar en su casa, compartir este momento con ella, me hacía sentir que estaba exactamente donde debía estar.

Estábamos sentadas en el sofá, la conversación fluyendo con una tranquilidad que me hacía sentir como en casa, cuando mi teléfono vibró sobre la mesa. Lo ignoré al principio, concentrada en escuchar lo que Ona estaba diciendo sobre su libro, pero la vibración persistió. Finalmente, decidí echar un vistazo, sin esperar gran cosa. Sin embargo, al ver la notificación en la pantalla, me quedé de piedra.

La nueva canción del grupo había llegado a 10,000 visualizaciones.

Para nosotros, un grupo pequeño que apenas estaba empezando a hacerse notar, era algo impresionante, casi increíble. Mi corazón comenzó a latir más rápido y una mezcla de emoción y sorpresa me inundó. ¿Cómo había pasado esto? Apenas hacía unas semanas que habíamos lanzado la canción y ahora estaba alcanzando un número que nunca habíamos soñado.

—¿Qué pasa? —preguntó Ona, notando mi expresión de asombro.

La miré con los ojos muy abiertos, tratando de procesar la noticia.

—La nueva canción—dije, casi sin aliento—.Ha llegado a 10,000 visualizaciones

Ona parpadeó, y luego una sonrisa comenzó a formarse en su rostro. Para mi sorpresa, soltó una pequeña risa, como si algo la divirtiera mucho.

—¿De qué te ríes? —pregunté, confundida. No esperaba esa reacción.

Ona negó con la cabeza, aún sonriendo, y señaló mi teléfono.

—Mira mi última publicación en Instagram —me dijo con un brillo en los ojos.

Curiosa, abrí la aplicación y busqué su perfil. Allí estaba, su última publicación de esa misma tarde. Eran varias fotos de ella en el gimnasio, capturadas en medio de su entrenamiento. Pero lo que más me sorprendió fue lo que estaba justo encima del post, nuestra canción sonando.

Mi boca se entreabrió, comprendiendo lo que había pasado. La publicación había explotado, recibiendo una cantidad masiva de likes y comentarios en cuestión de horas. No solo eso, sino que Ona había etiquetado la cuenta de nuestro grupo en el post, dándole aún más visibilidad.

—¿Esto… es gracias a ti? —pregunté, aún asimilando la idea. Era una mezcla de gratitud y sorpresa lo que sentía.

Ona se encogió de hombros con modestia, pero sus ojos brillaban de orgullo.

—Quería apoyar tu música —dijo suavemente—. Sabía que la canción era especial para ti, y pensé que tal vez a algunas personas más también les gustaría.

Una calidez se extendió por mi pecho mientras volvía a mirar la publicación. No podía creer que Ona hubiera hecho algo tan dulce y considerado sin decirme nada. Me di cuenta de que había estado pensando en mí, en nosotras, más de lo que me había atrevido a imaginar.

Sonreí, y antes de darme cuenta, me incliné hacia ella y la abracé, sintiendo una gratitud inmensa.

—Gracias, Ona —murmuré contra su hombro, sin poder ocultar lo feliz que estaba—. De verdad, esto significa mucho para mí.

Ella me devolvió el abrazo, sus brazos rodeándome con una suavidad que me hizo sentir increíblemente afortunada. Y en ese momento, con el sonido de nuestra canción todavía resonando en mi mente, supe que este era solo el comienzo de algo increíble, tanto para el grupo como para nosotras.
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Se nos hace famosilla la guiri

¿A alguien le suena la autora del libro?🤔😝

𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐔𝐒𝐈𝐂 𝐎𝐅 𝐎𝐔𝐑 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora