XVII

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Olivia

La música retumbaba en todo el lugar, vibrando en el suelo bajo mis pies y haciendo que las luces parpadeantes parecieran latir al ritmo del bajo. El ambiente era electrizante, con risas y conversaciones mezclándose en un murmullo constante. Me encontraba cerca de la barra, intentando relajarme mientras charlaba con una chica que había conocido hacía apenas unos minutos. Era guapa, con el cabello castaño brillante y una sonrisa cálida que, poco a poco, había logrado que mis nervios se calmaran un poco.

Desde el principio, la conversación había sido fluida, algo que no me sucedía muy a menudo. Normalmente, me costaba soltarme con desconocidos, y menos en una situación como esta. Pero había algo en su manera de hablar, en la forma en que me miraba, que me hizo sentir más cómoda de lo habitual. Hablamos sobre la música, sobre lo llena que estaba la discoteca, incluso sobre lo difícil que era encontrar un buen sitio donde sentarse en un lugar como este.

Mientras la conversación continuaba, comencé a notar pequeños detalles que me hicieron pensar que tal vez había algo más entre nosotras. Su sonrisa se mantenía constante, y de vez en cuando me tocaba suavemente el brazo mientras hablábamos. Cada gesto parecía encajar en esa atmósfera de coqueteo que Beth había mencionado antes, y aunque mis nervios seguían ahí, una parte de mí empezó a emocionarse. Quizás esta noche realmente podía ser diferente.

En un momento, la chica se inclinó un poco más hacia mí, acercándose para poder hablar sin tener que gritar por encima de la música. Podía sentir su perfume, dulce y ligeramente floral, que se mezclaba con el aire cargado de la discoteca. Sus ojos brillaban bajo las luces, y me sonrió de una manera que hizo que mi corazón latiera un poco más rápido.

-Oye, eres muy simpática-dijo, con un tono que parecía tener un matiz especial. -De hecho, estaba pensando… mi amigo está por aquí. Es un tipo genial. ¿Te gustaría conocerlo?

El suelo pareció desaparecer bajo mis pies. Sentí cómo la sonrisa que había estado tratando de mantener se congelaba en mi rostro, mientras mi cerebro intentaba procesar lo que acababa de decir. Por un instante, me quedé en blanco, completamente aturdida. Había interpretado todo mal. Todo el tiempo que habíamos estado hablando, todos esos pequeños gestos que yo había creído que eran coqueteo… solo eran amabilidad. La chica no estaba interesada en mí en absoluto; solo estaba buscando a alguien para emparejar con su amigo.

Forcé una sonrisa, aunque internamente me sentía como si me hubieran dado un puñetazo en el estómago.

-Oh, um… gracias, pero creo que voy a pasar-dije tratando de mantener un tono educado.-No estoy realmente buscando algo así ahora mismo.

La chica asintió, sin darse cuenta de mi incomodidad.

-No hay problema- respondió-De todos modos, ha sido genial hablar contigo.

-Sí, lo mismo digo- contesté, aunque por dentro solo quería desaparecer. Intercambiamos un par de despedidas más, y luego me alejé lentamente, sintiendo cómo la decepción se asentaba en mi pecho.

Me abrí paso entre la multitud, buscando a Beth. Cuando la vi, estaba hablando con un grupo de personas, riendo como siempre. Al verme acercar, sus ojos se iluminaron y me hizo un gesto para que me uniera a ellas.

-¿Cómo ha ido?-preguntó, visiblemente emocionada por saber si había habido algún progreso.

Intenté sonreír, pero no pude evitar que se me escapara un suspiro.

-Bueno, resulta que he interpretado todo mal. La chica era hetero… y solo quería presentarme a su amigo-Dije algo decepcionada.

Beth me miró sorprendida, y luego soltó una pequeña risa, pero no era una risa burlona, sino comprensiva.

-No te preocupes. Quien no intenta, no encuentra, ¿no?-Dijo animándome.

Me encogí de hombros, sintiéndome un poco tonta por haber malinterpretado todo.

;Lo sé, pero… no sé. Supongo que esto es lo que pasa cuando me arriesgo. Me siento fuera de lugar, como si no supiera lo que estoy haciendo-Beth puso una mano en mi hombro, su expresión se suavizó.

-Olivia, es normal sentirse así. Pero mira, al menos lo has intentado. Eso ya es un gran paso. No todas las interacciones van a salir como esperamos, pero eso no significa que debas dejar de intentarlo. Además, esto es solo el principio de la noche. Aún queda mucho por disfrutar-Añadió con una sonrisa.

Asentí lentamente, reconociendo la verdad en sus palabras.

-Tienes razón, no puedo dejar que esto arruine la noche. Supongo que solo tengo que seguir adelante y ver qué pasa-Dije confiada.

-Exactamente-dijo Beth, sonriendo de nuevo.-Y quién sabe, tal vez la próxima conversación que tengas sea la indicada. No te cierres, ¿de acuerdo?

Respiré hondo y dejé que sus palabras calaran en mí. Tenía razón, no podía dejar que un malentendido me desanimara. Quizás esta noche no terminaría como esperaba, pero al menos había dado un paso adelante, y eso ya era algo.

-De acuerdo- respondí, sintiéndome un poco mejor.-Sigamos disfrutando de la noche.

Beth asintió con entusiasmo, y juntas volvimos al centro de la fiesta. La música seguía sonando, y aunque el golpe de decepción seguía presente, poco a poco comencé a soltarme de nuevo, recordándome a mí misma que cada experiencia, buena o mala, era parte del camino.

La música seguía vibrando en el ambiente mientras me movía entre la multitud, tratando de dejar atrás el pequeño bajón que me había dado después de lo ocurrido con la chica en la barra. Beth había logrado animarme un poco, como siempre lo hacía, y empezaba a sentirme más relajada, lista para disfrutar de la noche sin expectativas.

De repente, sentí la vibración de mi teléfono en el bolsillo. Lo saqué y vi que tenía un mensaje de Sarah, mi hermana. Al abrirlo, leí la pregunta que me había enviado

¿En qué discoteca estás? Las chicas y yo estamos pensando en ir. ¿Te parece?

Una sonrisa se formó automáticamente en mi rostro al leer el mensaje. Sarah siempre había sido de las que prefería las fiestas y no me sorprendía que viniese, así que saber que ella y sus amigas habían decidido venir aquí me alegró de inmediato. Estaba claro que sería una noche especial.

No perdí tiempo y me respondí, mandé el mensaje y me quedé mirando la pantalla un momento, anticipando su llegada. La idea de que Sarah y las chicas del equipo se unieran a la fiesta me daba un nuevo impulso. Sarah siempre tenía esa energía contagiosa, y estar rodeada de más gente conocida me hacía sentir más cómoda.

Beth notó mi sonrisa y se acercó curiosa.

-¿Qué pasa? ¿Algo bueno?-Preguntó animada.

-Sarah y sus amigas van a venir-le expliqué, emocionada.-Me acaban de preguntar en qué discoteca estamos-Beth sonrió ampliamente y asintió emocionada.

La emoción empezó a burbujear dentro de mí. Sabía que la noche podía dar un giro completamente diferente con Sarah y las chicas allí.Con su espíritu alegre y su habilidad para hacer que cualquiera se sienta a gusto, Sarah siempre lograba que todo fuera más divertido.

Miré hacia la entrada, imaginándome ya la cara de Sarah cuando llegara, seguramente con esa gran sonrisa que la caracteriza. Y con la noche aún joven, sentí que las posibilidades se abrían de nuevo, esta vez con un entusiasmo renovado.
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Dos que yo me sé se van a ver en la discoteca🤭

A ver qué cositas pasan

𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐔𝐒𝐈𝐂 𝐎𝐅 𝐎𝐔𝐑 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora