Haizea Mendizabal
25 de marzo de 2024–No ha salido tan mal después de todo, ¿no?– Pregunta el chico de rizos una vez entramos a mi habitación de manera nerviosa.
–Todo ha salido perfecto.– Al decir eso Héctor suelta un suspiro que me hace reír.
–Por un momento creí que tu padre me odiaría.
–Él es igual que mi hermano, es difícil que alguien le caiga mal.– Me encojo de hombros.
–Como vaya a un partido del Athletic los chicos se van a reír de mí durante un año entero.– Bromea haciendo una mueca.
–Nadie te obligará a ir al partido.
No quiero que se sienta obligado en hacer algo que no le gusta solo por mi o mi familia.
–Y nadie me obligará.– Y dicho eso se tumba en la cama dejándome con la duda de si iría o no al partido.
Hago lo mismo que él en mi cama pero después de más de media hora sigo dando vueltas sin poder dormir.
–¿Héctor?– Susurro sin querer despertarlo al no saber si está dormido o no.
–¿Si?– Murmura.
–¿Te he despertado?
–No, no.– Se sienta en la cama para poder mirarme a pesar de que apenas hay luz.– ¿Que pasa?
–Es que no puedo dormir.– Me excuso.
–Yo tampoco.– Admite.
–Yo...– No me atrevo a pedirlo pero antes de decir algo más se sube a mi cama junto a mi.
–¿Mejor así?– Asiento y apoyo mi cabeza en su bíceps una vez coloca su brazo alrededor mío.
No sé si es el calor que emana o la tranquilidad que me transmiten los latidos de su corazón o ambos pero poco a poco noto como comienzo a dormirme. Antes de hacerlo siento los dedos del chico acariciar mi pelo.
Nadie me había hecho eso nunca
Y me encanta
(...)
Abro los ojos lentamente notando que estoy prácticamente encima de Héctor por lo que me separo rápidamente no queriendo aplastarlo a pesar de lo que me dijo ayer.
Al estar acomodada en una esquina sin molestarlo lo miro, me fijo en su mandíbula marcada, sus labios entreabiertos ni muy grandes ni muy pequeños, sus rizos desordenados que lo hacen ver aún más atractivo y con esos ojos marrones, que tanto me gustan, que ahora están cerrados.
Héctor siempre me mira de esa manera en la que sientes que conoce todo de mi, que haría todo de mi.
Por qué estoy pensando eso?
El chico a mi lado empieza a removerse como si buscara algo hasta que abre los ojos para mirarme.
–Creí que te habías ido.– Susurra con esa voz ronca que por alguna razón que desconozco tanto me gusta.
–No me iré.
Nunca
Héctor me sonríe mientras se estira lo que me hace reír ya que la cama está a mi medida por lo que le queda bastante justa a él.
–Me gustaría despertarme así siempre, contigo y tu risa.
(...)
ESTÁS LEYENDO
¿Rojiblanco o azulgrana? // H.Fort
RomanceElla odia la atención Él adora la fama que tiene como jugador Ella ama leer Él ama el fútbol ¿Conseguirán ser más que amigos aunque ella sea vasca y él catalán? ¿Aunque ella odie el fútbol y él leer? ¿Aunque él la vea como la fan del Athletic y e...