30. Comer es importante

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Haizea Mendizabal
16 de mayo de 2024

Oigo voces.

Trato de abrir mis ojos pero la luz tan potente que hay no ayuda y no lo consigo.

Me remuevo mientras sigo tratando de abrir los ojos hasta que lo consigo. Veo a mi hermano y a...

¿Kenar?

No entiendo que hace él ahí, y hablado con Aratz hasta que recuerdo que el hermano de Kenar es amigo del mayor por lo que se conocen pero sigo sin entender que hace él aquí.

Antes de poder decir algo ambos parecen escucharme ya que se giran hacia mi.

–Haizea, ¿como estas? ¿Te duele algo? ¿Necesitas algo?– Niego respondiendo a dos de sus preguntas sin apartar la mirada de mi compañero de clase.

–¿Que hace él aquí?– Noto lo rasposa que está mi voz pero me da igual.

–Yo... –Mira a mi hermano y rápidamente a mi.– yo te encontré en las escaleras cuando caiste.

–¿Que pasó?

–Te desmayaste, Haizea. Por no comer.– Noto en su voz la desesperación.– Te caiste por las escaleras y te diste un pequeño golpe en la cabeza, es por eso que ha estado todo el día aquí.

–¿Todo el día?– Pregunto sorprendida.

–Si, ya es viernes.– Asiente.

–¿Y aita y ama?– Pregunto por mis padres.

–Aita está trabajando y ama hablando con el médico. Iré a ver cómo va.– Y dejándome un beso en la frente sale de la habitación.

–Enserio, ¿que haces aquí?– Miro al chico quien observa todos los sitios salvo a mi.

–Bueno... ya sabes que conozco a Aratz por mi hermano.– Asiento.– Y bueno, nos llevamos bien.– Vuelvo a mover la cabeza.– La cosa es que se enteró que algunos de clase no te tratan del todo bien y me pidió que te ayudara un poco. Ya sabes, como soy de su cuadrilla he estado intentando que te dejen en paz y en parte lo conseguí pero no vi venir que Naia hiciera eso. En San Valentín, vi como Héctor vino solo por ti ya que se me olvidó un libro en clase y justo en ese momento la vi. Vi como estaba intentando sacaros una foto pero antes de que lo hiciera intenté distraerla y lo conseguí hasta que os fuisteis. Pero no creí que volviera a hacerlo o te habría avisado, lo siento.– Noto el arrepentimiento en su voz pero no es su culo.– Debí habértelo dicho y probablemente todo esto no habría pasado.– Hace una mueca.

–Kenar... no es tu culpa. Te agradezco que hayas intentado ayudarme y todo eso pero no soy tu responsabilidad, bastante has hecho por mi.– Le agradezco.

–Me caes bien, Haizea. Y siento todo lo que mi grupo te ha hecho, sé que cualquiera me diría que me alejara de ellos pero son mis amigos desde siempre y...– Lo interrumpo.

–No te voy a decir que los dejes, sé lo difícil que es eso.– Hablo recordando a Naia.– Pero con que tú no les sigas el royo todo bien.

–A mi no me parece bien muchas cosas de las que hacen y trato de evitarlo pero a veces no lo consigo.– Se excusa.

–Haces lo que puedes.

(...)

Finalmente conseguí que Kenar se fuera sin tanta culpa y ahora está mi madre echándome la bronca por no comer y mi hermano al lado. Sé que me padre también haría lo mismo que mi madre pero está trabajando y sé que no puede faltar.

–Tienes que comer, es lo más importante en esta vida.

Y bla bla bla

¿Rojiblanco o azulgrana? // H.FortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora