Ella odia la atención
Él adora la fama que tiene como jugador
Ella ama leer
Él ama el fútbol
¿Conseguirán ser más que amigos aunque ella sea vasca y él catalán? ¿Aunque ella odie el fútbol y él leer? ¿Aunque él la vea como la fan del Athletic y e...
Me levanto sin querer hacer ruido para no despertar a la chica que está dormida a mi lado. Le doy un beso en la frente sin despertarla, me cambio y dejo un par de cosa en su escritorio.
La gafas azules
Unas rosas de papel
Agarro mi maleta y salgo del cuarto encontrando a Aratz en el sofá.
–¿Vas a abandonar a mi hermana y por eso vas tan silencioso?– Habla sin apartar su mirada del móvil.
–No, pero debo irme ya. Ella lo sabe y no quería despertarla.– Explico sin querer darle una mala imagen.
–Es broma, ya lo sé. Fermin está abajo esperándote.
Salgo encontrando el coche enfrente del portal, entro al auto encontrándome al rubio y Pau pero los dos se ven preocupados. Arrancan y el menor me mira fijamente.
–Que si, ya sé que es una mierda que las fiestas hayan terminado pero quitad esas caras que parece que acabáis de salir de un funeral.– Me quejo.
–Héctor, ¿no has mirado el móvil?– Pregunta Fermin mirándome por el retrovisor.
–Que va, si me he despertado hace menos de media hora. ¿Que pasa?– Ninguno de los dos me contestan.– Chicos, ¿que pasa?– Insisto y Pau me enseña la pantalla su teléfono.
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–Mierda.– Saco mi móvil dándome cuenta de que tengo demasiadas notificaciones.
Mensajes de mis compañeros, de Xavi, comentarios en mi instagram y tiktok hablando despectivamente sobre Haizea...
–Mierda, mierda, mierda...– Murmuro leyendo los comentarios.– ¡Joder!– Grito tirando mi teléfono al suelo con ira.– Sabía que iba a pasar, Haizea me lo dijo pero yo solo quería pasar tiempo con ella.– Murmuro para mi, noto como el chico a mi lado coloca su mano sobre mi hombro dándome apoyo.
Mis ojos empiezan a aguarse, coloco mis codos en mis rodillas apoyando mi cara entre mis manos. Me froto el rostro y el pelo con las manos sin saber que hacer, mis pensamientos van a toda máquina pero ninguna solución me viene a la mente.
Ya no se puede revertir nada
Agarro mi móvil del suelo, trato de encenderlo pero me doy cuenta de que está tan cascado que no funciona.
–Mierda. Tendría que haberlo sabido. ¿Que voy a hacer?– Miro a Pau aunque lo veo borroso por las lágrimas en mis ojos.
–Haizea estará durmiendo todavía así que por ahora dejémosla. Cuando despierte ya hablarás con ella por mi teléfono.
–¿Quien crees que podría haber filtrado esas fotos?
–No lo sé, puede haber sido cualquier persona. Cualquiera que te haya reconocido, que conozca a Haizea y no se lleven bien...
