Haizea Mendizabal
23 de abril de 2024Salgo de la cocina junto a Maia sin dejar de pensar en lo que acabo de recordar. La escena se repite en mi cabeza una y otra vez sin parar y no sé cómo voy a mirarle a Héctor a la casa sin ponerme roja.
Él se acordará?
Entramos al comedor viendo al rizado concentrado en su teléfono y a Pau terminándose mi bocadillo aunque parece entre sorprendido y concentrado.
–Bueno, vámonos ya que la fiesta no empieza hasta que yo llegue.– Habla mi amiga feliz por mi declaración del beso y que va a empezar la segunda noche de las fiestas.
Salimos de la casa para encontrarnos con Nerea, Saioa y Jare esperándonos abajo. Y volvemos a hacer la misma rutina de ayer, ir a buscar los litros y volver a la plaza donde la música ya ha empezado.
–¿Fermin volverá a salir con mi hermano?– Le pregunto a Héctor tratando de que la situación entre nosotros no se ponga incómoda.
–Eso creo aunque supongo que nos los encontraremos en la plaza, ¿no?
–No lo sé.– Admito.– De alguna manera Aratz casi siempre consigue que no nos veamos cuando salimos de fiesta a pesar de que nuestro pueblo es bastante pequeño.– Le explico y me mira sorprendido.– Es que cree que no sé que fuma cuando sale de fiesta así que intenta esconderse para que no lo vea pero llevo años sabiéndolo.– Le cuento.
La música de hoy no nos convence demasiado por lo que terminamos en las barracas donde hay también bastante gente, todos, al igual que nosotras con bebidas en las manos.
Salvo Héctor
Incluso Pau ha vuelto a beber con la promesa de que beberá mucho menos de lo que lo hizo ayer, igual que yo.
Juro que mañana recordaré todo lo que haga hoy
–¿Quieres subirte?– Héctor señala una de las atracciones cuando me ve mirándola.
–No, no. Si lo hago igual vomito y no queremos eso.– Río y él también lo hace, pero más suave. Miro a mi alrededor observando las cosas que hay hasta que veo algo que me llama la atención.– ¿Te gusta conducir?
–¿Los autos de choque? Si.– Habla mirando el lugar.
–Entonces vamos.– Le agarro del brazo para llevarlo a por una entrada.
Cuando veo que Héctor va a pagar otra lo vuelvo a agarrar para alejarnos de la taquilla.
–¿Que pasa?
–Tú conduces.– Le doy la entrada demandando.
–¿Que?– Pregunta confundido.
–Si, odio conducir pero me encanta la adrenalina que hay cuando estas ahí montado.– Explico.
–De acuerdo.– Acepta.
Nos subimos al coche dándome cuenta de que estamos demasiado juntos y empiezo a arrepentirme un poco. Obviamente no quiero que note que actúo diferente con él pero me es imposible olvidar ese beso a pesar de que él actúe como si nada hubiera pasado.
Después de un par de golpes comienzo a pasármelo mejor y olvido por un rato mis problemas para concentrarme en divertirme junto a Héctor
ESTÁS LEYENDO
¿Rojiblanco o azulgrana? // H.Fort
RomanceElla odia la atención Él adora la fama que tiene como jugador Ella ama leer Él ama el fútbol ¿Conseguirán ser más que amigos aunque ella sea vasca y él catalán? ¿Aunque ella odie el fútbol y él leer? ¿Aunque él la vea como la fan del Athletic y e...