Héctor Fort
5 de junio de 2024Entro al vestuario con las voces de los jugadores de fondo pero yo no me meto en las conversaciones y voy directamente hasta mi mochila para sacar el móvil.
Enciendo el aparato y miro todas las notificaciones llevándome la desgracia de que no tengo ninguna de Haizea.
Antes de comenzar el entrenamiento le mandé un par de mensajes lo cuales siguen sin contestación y he estado tres horas haciendo ejercicio sin poder sacarme ese hecho de la cabeza.
¿Le habrá pasado algo?
¿Estará enferma?
¿Enfadada?
No, si estuviera enfadada me lo habría dicho... o eso creo
Miro a Pau quien parece estar en una situación similar a la mía debido a que mira su teléfono con el ceño fruncido y gira su mirada hacia mi.
–¿Maia?
–No contesta.
–Haizea tampoco.
–Tíos, relajaos un poco.– Fermin se acerca a nosotros y coloca sus brazos sobre nuestros hombros.– Dejad a esas chicas tener un poco de espacio mientras nosotros nos lo pasamos bien.– Miro al rubio desconfiado quien solo ríe.– No en ese sentido, vamos a jugar al futbolín un rato que Gavi a venido a visitarnos antes de que nos vayamos a Madrid por la Eurocopa.– Asiento más tranquilo.
Los tres salimos del vestuario después de que Fermin nos haya quitando los móviles.
(...)
Hemos estado tres horas jugando al futbolín y creo que estoy más cansado por ello que por el entrenamiento pero la fatiga ahora me importa poco. Entro a mi habitación de la Masía con el móvil en la oreja.
Un pitido...
Dos pitidos...
Tres pitidos...
Cuatro...
–¿Héctor? ¿Pasa algo?– Es lo primero que me dice cuando descuelga y suelto un suspiro de alivio.
–No, es solo que ni tú ni Maia contestabais y Pau y yo estábamos preocupados.
–Estamos las dos en mi casa con las demás haciendo un día de chicas y no había mirado el móvil.– Me cuenta.
–Oh, vale, vale. Entonces lo siento por interrumpiros.– Oigo como le dan un par de golpes a la puerta y me acerco a ella.
–No te preocupes, Fort.– Abro encontrándome con Lamine y Pau.
–¿Es Haizea? ¿Está con Maia?– Pregunta el de ojos verdes esperanzado.
–¡Haizeaaaaa! ¿Estás con la rubia?–Lamine prácticamente me roba el móvil y se va corriendo hacia la otra punta de la habitación.– Que a Cubarsí le va a dar un patrusque si no sabe de ella en dos minutos. Espera que te paso al novio dramático.– El moreno se acerca a nosotros y le da mi móvil como si fuera el suyo propio.
–Yo estaba hablando con mi novia.– Murmuro.
–Hola, Haizea. ¿Puedo hablar con Maia? Es que no me contesta los mensajes.– Su preocupación se nota desde lejos.– ¿Con su madre?
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¿Rojiblanco o azulgrana? // H.Fort
RomanceElla odia la atención Él adora la fama que tiene como jugador Ella ama leer Él ama el fútbol ¿Conseguirán ser más que amigos aunque ella sea vasca y él catalán? ¿Aunque ella odie el fútbol y él leer? ¿Aunque él la vea como la fan del Athletic y e...