Izuku Midoriya se encontraba solo en su apartamento, sumido en un pesado silencio. La noche había caído sobre la ciudad, pero él no podía evitar sentir el peso de la tristeza en su pecho. Mientras la luz suave de la lámpara iluminaba la pequeña sala, Izuku sostenía una taza de café humeante entre sus manos. Había preparado el café más por hábito que por deseo real, buscando alguna forma de consuelo en la rutina.
El día había sido abrumador, cargado con la pérdida de Kota, junto con la de Nighteye y la perdida de los quirks de Mirio. Había intentado encontrar algún alivio en sus pensamientos, pero la noticia de Mirio era la única que le importaba, lo había golpeado con una dureza inesperada.
Mientras miraba la taza de café, Izuku se preguntaba cómo había llegado a este punto. La ausencia de Bakugo y Shouka, quienes solían estar cerca para ofrecerle compañía y apoyo, hacía que el dolor se sintiera aún más agudo. Ambos ocupados por el recuperatorio de la licencia provision
Bakugo había sido una constante en su vida, su rivalidad y amistad habían sido la base de muchas de sus experiencias y aprendizajes. Su falta se notaba especialmente en momentos como estos, cuando las palabras de aliento y la presencia desafiante de su amigo eran justo lo que necesitaba. Y Shouka, la cual era su interés amoroso, era una fuente de calidez que ahora parecía lejana. Su ausencia también se sentía profundamente, como una parte de su vida que había sido arrancada sin previo aviso.
Izuku se recostó en el sofá, dejando la taza de café sobre la mesa, aún caliente y sin tocar. Su mente estaba llena de pensamientos confusos y dolorosos, y el silencio del apartamento solo hacía que las emociones se sintieran más intensas. Miraba las paredes, las mismas que solían ser un refugio, y ahora parecían cerrarse sobre él, aumentando su sensación de aislamiento.
Se levantó y caminó hacia la ventana, mirando hacia el exterior. Las luces de la ciudad parpadeaban en la distancia, y aunque la vida seguía su curso, el mundo parecía un poco más sombrío sin el brillo de las personas que solían compartir su camino. Los recuerdos de Bakugo y Shouka llenaban sus pensamientos, cada uno aportando un matiz diferente a su tristeza.
Izuku sabía que no podía quedarse atrapado en este dolor para siempre. Había responsabilidades y desafíos que enfrentar, y aunque el peso de la pérdida era abrumador, entendía que debía encontrar una manera de seguir adelante. Sin embargo, en este momento, lo único que podía hacer era aceptar su tristeza y permitir que el dolor siguiera su curso.
La noche se extendía, y mientras el café se enfriaba lentamente, Izuku se sumergió en sus pensamientos, esperando que el tiempo le ofreciera alguna forma de alivio. Por ahora, se aferraba a la esperanza de que, aunque las personas y las circunstancias cambiaran, el valor de enfrentar la tristeza y el dolor era parte del viaje hacia adelante.
Izuku Midoriya terminó su café con lentitud y, tras un momento de reflexión, se levantó del sofá con una mezcla de resignación y determinación. Sabía que debía seguir adelante, a pesar del peso de la tristeza que sentía. Se dirigió hacia su dormitorio, preparándose para una noche de descanso que esperaba pudiera ofrecerle un respiro, aunque fuera temporal.
Se metió en la cama, pero el sueño no llegó de inmediato. Pensaba en que ahora mismo estaba obligado a volverse el símbolo que la gente necesitaba, pero finalmente el cansancio se hizo presente y logró dormir, inmerso en un sueño inquieto. La noche avanzó lentamente, y cuando el sol comenzó a asomar por la ventana, Izuku se despertó con el primer rayo de luz.
El nuevo día llegó con una rutina familiar. Se levantó de la cama, tomó una ducha rápida y se vistió con su uniforme de la UA. A pesar de la tristeza, se preparó para enfrentar el día con la determinación que siempre le había caracterizado. Su rutina matutina, aunque simple, ofrecía un momento de normalidad en medio de la tormenta emocional que enfrentaba.
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Izuku el más fuerte
FanfictionEn un mundo donde el 80% de la población tiene un poder llamados "quirks", Izuku Midoriya ha nacido con un quirk poderoso. La cima está hecha para los más fuertes, ¿verdad? Pues Izuku Midoriya, reconocido por el mismo como el más fuerte, ahora tendr...