Capítulo 16

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La noche en Naruhata continuaba siendo fría y silenciosa. El aire estaba impregnado del olor de la lluvia reciente, y las luces parpadeantes de los callejones añadían una sensación de peligro latente. Izuku Midoriya, todavía con su traje de héroe, se movía entre las sombras, siguiendo a Knuckleduster, su mentor y compañero en esta misión.

Desde que había comenzado a trabajar junto a Knuckleduster, Izuku había aprendido mucho más que en cualquier otro lugar. Knuckleduster, cuyo verdadero nombre era Tsukauchi O'Clock, había sido un héroe profesional antes de perder su Quirk. Sin embargo, en lugar de rendirse, había decidido continuar su lucha contra el crimen como vigilante. Su estilo era rudo, directo, y muchas veces brutal, pero había algo en su determinación que Izuku respetaba profundamente.

Izuku: Hacía mucho no conectaba uno de esos "Destellos Negros" 

Knuckleduster: Así que tu quirk tenía más sorpresas. -Dijo para detenerse- ¿Tus "Seis Ojos" no vieron nada en ese tipo? ¿Algo como "Trigger"?

Izuku: No, esto seguro de que no haya usado "Trigger", pero de lo que si puedo estar seguro... Es que ese tipo tenía más de un quirk.

Knuckleduster: ¿Más de un quirk? -Dijo recordando el sujeto que le había robado su quirk- Quizás ese sujeto este involucrado en todo esto. 

Izuku: ¿Hablas del sujeto que puede robar quirks? 

Knuckleduster: Sí... Como sea, sigamos patrullando. 

Había pasado 2 horas en las que el peliverde y el vigilante habían decidido patrullar, y como era de esperarse no se encontraron nada.

La ciudad de Naruhata estaba sumida en un silencio inquietante. Desde lo alto de un edificio, Izuku y Knuckleduster observaban las calles iluminadas por las luces de los faroles, mientras la brisa nocturna acariciaba sus rostros. Habían patrullado juntos durante unos días, enfrentando criminales, salvando algunas vidas, y forjando un vínculo de maestro-alumno y respeto mutuo.

Izuku, vestido con su traje de héroe, confiado como siempre. Había aprendido mucho al lado de Knuckleduster, y cada misión le había dado la experiencia que antes le faltaba. Ahora, las sombras de la ciudad no le inspiraban desconfianza, sino un desafío que estaba dispuesto a enfrentar.

Knuckleduster: Hemos cubierto mucho terreno, pero hay más que hacer -dijo el vigilante, rompiendo el silencio. Su voz era firme, pero había un tono diferente, como si estuviera preparando a Izuku para algo más grande.

Izuku asintió, manteniendo la vista fija en las calles abajo.

Izuku: Lo sé. Naruhata es grande, y no podemos estar en todas partes a la vez. Pero hemos hecho un buen trabajo manteniendo estas calles seguras -respondió Izuku, su voz llena de determinación.

Knuckleduster lo miró, evaluando sus palabras. Estaba claro que Izuku había cambiado su forma de pensar, y ya no era el joven inmaduro que había conocido hace unos días. Había demostrado ser un vigilante capaz, alguien en quien se podía confiar para proteger a los inocentes, aunque con algunas conductas problematicas.

Knuckleduster: Es hora de que nos separemos, chico -dijo el vigilante finalmente-. Hay otras zonas que necesitan ser patrulladas, y no podemos dejar ningún rincón desatendido. Tú te quedas aquí y aseguras esta área. Yo iré a cubrir el distrito norte. Si algo grande está pasando, quiero asegurarme de que no nos tomen por sorpresa.

Izuku asimiló las palabras con una tranquilidad que sorprendió incluso a Knuckleduster. No había rastro de duda en su mirada, solo una aceptación segura y decidida.

Izuku: Entendido. Me encargaré de que todo esté bajo control aquí. No dejaré que nada se escape -dijo Izuku con una sonrisa confiada-. Y si encuentras algo en el norte, estaré listo para unirme a ti en cuanto sea necesario.

Izuku el más fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora