Capítulo 49

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Despues de su charla con Fuyumi, Izuku se sentía un poco más confiado, aunque el encuentro con Natsuo aún lo inquietaba. Tomando aire profundamente, decidió dejar esos pensamientos a un lado por el momento y regresó a la habitación de Shouka. Abrió la puerta despacio, tratando de no hacer ruido, y la encontró sentada en la cama, absorta en su laptop. La luz de la pantalla iluminaba su rostro, y el ambiente se sentía más relajado en comparación con el resto de la casa.

-¿Todo bien? -preguntó Shouka sin apartar la vista de la pantalla.

-Sí... bueno, más o menos -admitió Izuku mientras cerraba la puerta detrás de él-. Hablé con Natsuo, o al menos lo intenté.

Shouka levantó la mirada, mostrando un atisbo de curiosidad.

-¿Y cómo te fue?

Izuku se sentó al borde de la cama y suspiró.

-No muy bien. Me dijo que no le hablara más y se fue. No sé cómo ganarme su confianza... parece que no quiere escucharme.

Shouka dejó la laptop a un lado y se acomodó en la cama, cruzando las piernas. Su mirada se suavizó, y aunque su rostro permanecía impasible, Izuku podía sentir su preocupación.

-Natsuo siempre ha sido el más sensible de todos nosotros cuando se trata de nuestra familia -dijo en voz baja-. Lo que ocurrió con mi padre y nuestra infancia le afectó profundamente, mucho más que a mí o a Fuyumi. Creo que por eso le resulta tan difícil aceptar a alguien nuevo en nuestras vidas, especialmente a alguien como tú, que está tan involucrado en la muerte de All Might.

Izuku asintió. Lo entendía, pero aun así sentía el peso de la situación.

-Lo sé, pero quiero intentarlo. Si de verdad quiero estar contigo, sé que también tengo que ser parte de tu familia, no solo a la distancia.

Shouka lo miró fijamente, como si estuviera evaluando sus palabras. Después de unos segundos, asintió lentamente.

-Me alegra que pienses así -dijo finalmente-. Mi familia es complicada, lo sé. Pero el hecho de que quieras hacer un esfuerzo... significa mucho para mí.

Izuku se sintió aliviado al escuchar esas palabras. No era fácil para él lidiar con la situación, pero saber que Shouka lo apreciaba hacía todo el esfuerzo valioso.

-De todos modos -dijo Shouka con una leve sonrisa-, no tienes que resolver todo esta noche. Solo... sigue siendo tú mismo. Eso es lo que más me importa.

La habitación se sumió en un silencio cómodo, solo interrumpido por el suave zumbido de la laptop. Izuku se recostó contra la cabecera de la cama, observando a Shouka mientras se acomodaba a su lado. Aunque el día había estado lleno de tensión y momentos incómodos, aquí, en este espacio, se sentía más tranquilo.

-¿Sabes? -comenzó Izuku, rompiendo el silencio-. Cuando era más joven, nunca pensé que estaría en esta situación. Quiero decir, estar en la habitación de una chica que realmente me importa.

Shouka lo miró, arqueando una ceja ligeramente, pero sin perder su expresión calmada.

-¿Ah sí? -preguntó con un tono ligeramente burlón-. ¿Nunca imaginaste algo así?

Izuku se rascó la cabeza, riendo nerviosamente.

-Bueno, cuando estaba en la secundaria, era tan arrogante que creía que ninguna chica estaba a mi nivel. Siempre que pensaba en alguna chica conmigo, me daba asco. Nunca me interesé realmente en el amor. Y ahora... bueno, aquí estoy, tratando de ganarme a tu familia y resolver cosas más grandes de lo que pensé que enfrentaríamos.

Shouka lo escuchaba atentamente, sin interrumpir. Después de un momento, ella habló con sinceridad.

-Yo tampoco pensé mucho en eso -admitió-. Siempre vi a mi familia rota, y no creía que tener una relación o confiar en alguien pudiera arreglarlo. Pero contigo... es diferente. Desde que me ayudaste en el Festival Deportivo era obvio que eras una persona diferente a las demás, pensé que si alguien puede ayudarme a unir todo, ese alguien eras tú.

Izuku el más fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora