Capítulo 17

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El amanecer alcanzó las calles de Naruhata con una luz suave y dorada, marcando el fin de una noche larga y agitada para Izuku Midoriya. Había patrullado la ciudad sin descanso, deteniendo a los criminales que acechaban en la oscuridad y una reciente pelea con la heroína Mirko. Sin embargo, mientras el cielo se iluminaba, había un último deber que cumplir antes de que pudiera descansar: reunirse con Knuckleduster.

Knuckleduster, el veterano vigilante que había sido su mentor y compañero en muchas ocasiones, había estado patrullando una parte diferente de la ciudad. Ambos habían acordado encontrarse en el edificio donde se habían separado, antes de comenzar su patrulla nocturna.

Izuku llegó al lugar acordado, sus sentidos en alerta mientras buscaba cualquier señal de su compañero. Pero algo estaba mal. La azotea del edificio estaba vacía, y su intuición le gritaba que algo andaba mal.

Izuku: Esto es raro... -Dijo viendo el lugar- Debería de estar aquí. 

El peliverde decidió esperar sentado al vigilante con el cual había aprendido un sin fin de cosas, ciertamente estaba preocupado. Si el vigilante no aparecía para dentro de 20 minutos tendría que buscarlo.

Izuku: Es solo un edificio de 17 metros, aunque no tenga un quirk con sus habilidades físicas puede escalarlo con facilidad. 

Habían pasado 15 minutos, pero la impaciencia de Izuku se hizo presente.

Saltando desde la azotea con una agilidad asombrosa, Izuku utilizó capacidad de volar para suavizar su aterrizaje, deslizándose entre las sombras mientras avanzaba rápidamente hacia su destino. La ciudad estaba tranquila, casi demasiado tranquila para su gusto. Algo en el aire no se sentía bien, una sensación de inquietud que no podía ignorar.

Izuku: Debo ir a la zona norte. -Dijo para quitarse las vendas de sus ojos-

Cuando llegó al norte de la ciudad, la preocupación en su pecho aumentó. El lugar estaba en completo silencio, sin señales de Knuckleduster por ningún lado. Izuku frunció el ceño, su mente comenzando a pensar un sin fin de posibilidades. Knuckleduster era fuerte y experimentado, pero incluso él no era invulnerable.

Izuku: ¿Dónde estás? -murmuró Izuku para sí mismo mientras comenzaba a buscar por los alrededores, sus sentidos estaban al máximo-.

Después de unos minutos, encontró algo que hizo que su corazón se detuviera por un segundo: huellas de una lucha reciente. Había marcas en el suelo, fragmentos de concreto esparcidos, y un rastro de sangre que lo llevó hacia un callejón oscuro detrás de una fábrica. La ansiedad en su pecho se transformó en una mezcla de miedo y determinación.

Con el corazón latiendo con fuerza, Izuku avanzó cautelosamente, sus ojos escaneando cada rincón en busca de cualquier indicio de lo que había ocurrido. Fue entonces cuando lo vio: Knuckleduster yacía en el suelo, su cuerpo cubierto de heridas, inconsciente.

Izuku: ¡Knuckleduster! -exclamó el peliverde, corriendo hacia él-.

Se arrodilló junto a su compañero, rápidamente evaluando sus heridas. Estaba respirando, pero con dificultad, y su cuerpo mostraba signos claros de una pelea intensa. Sus nudillos estaban ensangrentados, su ropa rasgada y su rostro tenía cortes y moretones.

Izuku: ¿Qué te hicieron...? -murmuró, con los dientes apretados-. 

Izuku sintió un nudo en el estómago mientras su mente trataba de procesar lo que había pasado. Conocía la fuerza y la habilidad de Knuckleduster; para que alguien lo dejara en este estado, debía haber sido un enemigo formidable.

De repente, Izuku sintió una vibración en el aire, seguida de un rugido gutural que resonó en los edificios cercanos. Se levantó de un salto, sus ojos buscando la fuente del sonido. Fue entonces cuando los vio, saliendo de las sombras: tres Nomus, criaturas monstruosas con cuerpos deformados y ojos vacíos que emanaban pura maldad.

Izuku el más fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora